En marzo del 2012, una exposición de Ólger Arias recibió una respuesta cortante: un tonto provisto de un cuchillo (o viceversa) rasgó una enorme tela que Ólger exhibía en los Museos del Banco Central, porque el dibujo ofrecía personajes en situaciones violentas y sexuales. Lección: el artista dibuja, pero el fanatismo mata.
Hoy, Arias ha cambiado su tema, pero no su maestría, y ofrece La construcción de la familia , muestra que reúne grabados, objetos y fotografías intervenidas, en la galería del Patronato Nacional de la Infancia (PANI).
En febrero, el profesor de la historia del arte de la UCR Carlos Guillermo Montero Picado sugirió a Ólger exponer obras en el PANI. “Me gustó la idea. Comencé a imaginar qué imágenes podría exhibir, y me di cuenta de que las más próximas a mí estaban en mi propia vida, en mi familia, en mi casa”, revela el creador.
Imágines de la memoria. Arias halló el hilo conductor en fotografías familiares de años ha. En una de ellas aparecen sus padres y –cuando eran niños– una de sus hermanas y el propio Ólger.
El artista amplió la foto, la copió en un dibujo y trasladó este a una gran plancha de cartón prensado. Luego, con instrumentos de grabador, rebajó las superficies vacías de manera que se resaltasen solo las líneas del dibujo. El producto fue un “sello” de cartón que Arias entintó de negro e imprimió sobre un papel de arroz: el grabado final.
El grabador coloreó los fondos con pintura blanca, de modo que solo los contornos de los personajes se resaltasen en negro.
Como una trama de fondo, el artista talló, sobre el cartón, palabras tomadas de la tesis de filología de su padre (en máquina de escribir) y del recetario de cocina de su madre (letra manuscrita).
En el centro, Arias dejó un cuadrado vacío, y en él colocó un cuadrilátero de madera, de fondo rojo, que contiene dos juguetes ínfimos: una máquina de escribir y una oveja. “Los encontré entre las reliquias de mi infancia', explica Ólger.
La pieza de cartón se expone en una pared, algo insólito pues no suelen exhibirse las planchas de madera o de cartón, sino solo las impresiones.
Arias cortó la impresión hecha en papel de arroz en 21 cuadros iguales que forman una suerte de un rompecabezas. Escogió 8 piezas y las colocó en otra pared de la galería, pero en desorden, de modo que ya no reproducen el grabado original.
Cada cuadro suelto cobra una personalidad única; en algunos, la casualidad del corte brinda trazos insólitos, que el espectador puede interpretar libremente.
Otro cuadrilátero, de fondo rojo, contiene un prendedor de la madre de Ólger, con la imagen de un búho de metal. Una pieza del grabado (la novena) está en la entrada de la exposición.
“Como siempre, el trabajo de Ólger es excelente; ahora, además, es novedoso pues el público puede apreciar la plancha original y una impresión en papel”, dice Luis Fernando Gómez Vega, director de la galería del PANI.
“El cuadrado es la forma que elegí porque representa la estabilidad: también es el ideal de las familias”, dice Arias; pero ¿hay artistas en su familia?
–Mi mamá dibuja muy bien, pero no pudo estudiar arte porque trabajó desde joven. Ella me llevaba la mano para que siguiese las líneas cuando yo era niño: por esto le dedico la exposición.
Joven maestro. En otra pared se aprecian cuatro serigrafías: retratos fotográficos iguales de la madre de Ólger cuando ella era muy joven. El artista amplió la foto y la intervino con tinta vinílica hasta lograr colores planos y vivaces. Los cuadros se titulan Retrato de mi mamá al estilo de Andy Warhol.
Una pared recibe 25 fotos pequeñas y enmarcadas con escenas de la familia del artista: en un jardín, en un cumpleaños, en un paseo..., y también se recuerda la construcción de la casa familiar.
El nombre de la exposición motivó otra obra de arte, hecha en material plástico, diseñada por Alejandra Arrieta. El trabajo se compone de dos tipos de letras: La construcción de la (en letras de imprenta) y familia (en caligrafía). La primera parte sugiere estabilidad; la segunda, calidez.
Luis Paulino Delgado Jiménez, profesor emérito de arte de la UCR, opina: “Ólger Arias es uno de los jóvenes maestros del grabado de Costa Rica: tiene una obra ya hecha y, sin duda, nos deparará más trabajos magníficos”.
Ólger Arias seguirá con el tema de la familia, pero ahora trabaja en un grabado que mostrará en la Exhibición Anual de Estampa Artística en diciembre en el Instituto de México. Ólger presentará un grabado que se inspira en dibujos de Hugo Díaz y en Los cuentos de mi tía Panchita , de Carmen Lyra.
Ólger Arias Rodríguez es subdirector de la Escuela de Artes Plásticas de la UCR y profesor de dibujo subjetivo y de anatomías humana y animal comparadas.
La exposición de este admirable artista se ofrece hasta el viernes 28 de noviembre de lunes a viernes de 7:30 a. m. a 5 a. m. en el PANI, en el barrio Luján (San José). Teléfono 2523-0700.
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Muestras de artista
Ólger Arias Rodríguez se licenció en la Escuela de Artes Plásticas de la UCR en la especialidad de grabado. Luego cursó una maestría en artes visuales en la Academia de San Carlos, de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Arias ha mostrado sus obras en la Galería de Bellas Artes de la UCR, en la Sala de Exposiciones de La Nación, en la Galería Joaquín García Monge y en la Galería del Teatro 1887, entre otros lugares.
En México, Ólger Arias ha expuesto trabajos en la Galería David Alfaro Siqueiros (Michoacán), en el Centro Cultural Ollin Yoliztli (ciudad de México), y en la Casa Galería y en el Salón Nacional de Gráfica del Estado de México. Arias recibió el Premio Único de Adquisición del Salón Nacional de Gráfica del Estado de México.