“Los cigarros sueltos” es un texto de Luis Chaves dedicado a Adrián Poveda, miembro del dúo de pop experimental Monte . Al leerlo resulta inevitable pensar en “Cigarro suelto resiste una hora más”, la primera línea que se corea en “Vapor”, el último track del EP ( extended play) homónimo de la banda. La canción no guarda un estrecho vínculo de contenido con el texto de Chaves, pero aquella línea marca la existencia de una relación entre texto y canción.
Sin embargo, más allá de las sutiles referencias textuales va la relación que hay entre Luis Chaves y Monte, banda conformada por Franco Valenciano (batería y voz) y Adrián Poveda (guitarra y voz). Ese vínculo revela la función del texto y la literatura en el rock nacional. Dentro de la producción musical costarricense, ambos resaltan la existencia de una poética entre el ritmo marcado de la batería y las guitarras distorsionadas.
La relación del rock con la literatura se manifiesta de dos maneras: desde el uso de referencias a obras literarias en las piezas, y desde los complejos vínculos entre las letras y la música.
Las palabras y las notas. En una breve reseña del año 2007 publicada en La Prensa Libre sobre Sept Splash , el primer EP de Los Acetatos , el escritor Alfonso Chase describe las letras de la banda como “poesía urbana”. Si bien la reseña se centra en los aspectos musicales, esta mención se refiere a la compleja relación entre texto y música.
Cuando se piensa en las palabras y la música, es inevitable remitirse a las letras y sus nexos con la melodía y otros aspectos de la canción. En muchos casos, la letra de una canción carece de valor poético sin las notas que la acompañan.
La letra puede analizarse como una entidad aparte, pero la combinación de ambos elementos captura a la audiencia. Al mismo tiempo, esto permite que el oyente logre identificarse con las letras y pueda establecer paralelismos con sus propias experiencias de vida.
“Cuando escuché a Monte por primera vez, me llamaron la atención el gesto, la combinación de una sola guitarra y la batería. Me gustó lo que decían y me gustó que fuera en español”, indica Luis Chaves. Para el poeta, la atmósfera creada por Valenciano y Poveda funciona pues tanto la música como la letra establecen una relación estrecha y equitativa, en donde ninguna predomina sobre la otra.
Adrián Poveda habla de dicha relación e indica que la letra no es un aspecto superfluo. Las letras son productos de la experimentación textual y siguen un proceso complejo en el que la música está siempre presente. Tal es el caso de “Islas”, donde el tema de la primera estrofa no guarda relación con la segunda debido al uso de la cut-up technique (cambio de orden).
¿Puede la letra de una canción subsistir como un producto artístico aparte? De acuerdo con Esteban Rodríguez, el cantante y guitarrista de la banda de punk Seka , esto sí ocurre con letras de muchas de las canciones que ellos han grabado. “Desde un principio le prestamos gran importancia al contenido”, expresa.
Eso no significa que la música de Seka pierda importancia ante la letra. “Las dos en conjunto son importantes, pero también deben sostenerse por separado. La música no se crea para llenar una letra, ni la letra para llenar una canción”, añade Rodríguez.
Poveda y Rodríguez presentan diferencias en cuanto a la independencia de la palabra en el ámbito musical, pero ambos comparten la necesidad de trabajar el texto con el fin de exponer su materialidad y su artificio.
El lenguaje de las letras de las canciones se distingue del habla cotidiana ya que atraviesa procesos de creación distintos. El lenguaje se moldea y se deforma para adaptarse a su contexto musical.
Grandes influencias. Poveda afirma que “la literatura se usa para que la música agarre momentum ”, pero la relación entre el rock nacional y la literatura no es sencilla ni utilitaria. La literatura no está supeditada a la música, pero sí tiende a mostrarse de formas más discretas. Esta relación se manifiesta en el uso de la obra de uno o varios autores como base conceptual para la producción creativa de una banda.
Monte también es un buen ejemplo de cómo la obra de uno o varios autores ayuda a definir los conceptos y contenidos en la música.
Los textos del escritor estadounidense Thomas Pynchon son fundamentales para la banda. El cantante y guitarrista Poveda afirma que le tomó casi un año y medio terminar Against the Day (2006). “Leer un libro durante tanto tiempo lo afecta a uno”, dice el músico.
Un patrón similar siguen Los Detectives Salvajes y Continental, dos bandas de las cuales Poveda ha formado parte. El nombre de la primera remite a una novela del escritor chileno Roberto Bolaño. En el caso de Continental, tanto la portada como algunas canciones del EP Adiós se basan en On the Road (1958), novela del estadounidense Jack Kerouac.
El poeta Jorge Debravo es un referente importante para Seka pues su obra está presente en las letras de las canciones. Según Esteban Rodríguez, canciones como “Campesino” son alusiones directas al escritor. Además, el hecho de que tanto Debravo como la mayoría de los integrantes de la banda sean de Turrialba establece un vínculo personal con los escritos de ese autor.
Dicha influencia puede manifestarse de formas más activas. Algunos poemas escritos por Gabriel Montagné, el guitarrista de Bruno Porter –una popular agrupación de rock alternativo de finales de los años 90–, fueron trabajados en uno de los talleres literarios de Luis Chaves. Mauricio Pauly, el bajista de esta banda, utilizó una selección de esos poemas como letras para su proyecto, Leche Vaqera.
“Glenda siempre me aplaudió los labios”. Las letras de muchas bandas de rock costarricense no solo son ricas en alusiones literarias: también usan frases o poemas completos de diversos escritores. El uso de intertextos literarios responde en muchos casos a las temáticas y a los conceptos que maneja cada banda.
El EP de la banda de rock gótico Draconian Incubus , titulado Ligeia (2006), se remite a un cuento del mismo nombre de Edgar Allan Poe. Los temas del escritor estadounidense en este cuento se amoldan perfectamente a la estética oscura que maneja dicha banda. Asimismo, la canción de Bruno Porter “Glenda siempre me aplaudió los labios” es una alusión al libro de cuentos Queremos tanto a Glenda (1980), de Julio Cortázar.
Además de Monte y Seka, las referencias a la obra de autores costarricenses abundan en el rock nacional. Por su parte, la banda de rock experimental Leche Vaqera utiliza poemas de Luis Chaves en sus piezas. Por último, algunos textos de Jorge Debravo también aparecen en canciones de José Capmany y Café con Leche.
El rock nacional históricamente ha sido relegado a un plano sociológico por parte de corrientes más clásicas. Sin embargo, aquella música posee una poética y un valor artístico propios, en constante diálogo con otras disciplinas. Por esta razón, resulta contraproducente tratar la música y la literatura como productos culturales y artísticos aislados.
El caso de Monte y Luis Chaves es uno de los muchos ejemplos en los que la música y la literatura confluyen en un espacio de comunicación constante. No son entes aislados. La música, especialmente el rock nacional, no está sola.
La autora es filóloga por la UCR. Ha coeditado proyectos como la revista “Musaraña”. iNTEGRA el Consejo Directivo de la Editorial Costa Rica.