Sostenida por un mercado editorial cambiante y, por lo tanto, afectada por limitadas oportunidades de mercado, la literatura tica sobrevivió al año con una producción sostenida de prosa de alta calidad.
“Se sigue mostrando que aquí hay una buena generación de novelistas. En cuento, ha sido un año más nutrido en títulos, pero no tanto en calidad”, opina el escritor Warren Ulloa quien además dirige la revista digital Literofilia.
Para Ulloa, títulos de prosa indispensables de este año son la novela La romana indómita (Planeta) de Anacristina Rossi – Ulloa afirma que “revela todo el calibre de narradora, novelista e investigadora que es”–; Negra noche en blanco (Uruk), de Abril Gordienko, y el libro de cuentos La sombra decapitada , de Santiago Porras.
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Por otro lado, el crítico de literatura Manuel Bermúdez destaca el libro de relatos Si te vino mea cuerdo (Arlekín), de Rodolfo Arias Formoso.
Este último fue una grata sorpresa para los seguidores del autor que vieron en esos cuentos una progresión del estilo de su novela Guirnaldas (bajo tierra) (Lanzallamas, 2013).
Precisamente por esa última obra fue que Arias Formoso recibió en marzo de este año el premio bienal de la Academia Costarricense de la Lengua.
El prestigio del reconocimiento también fue positivo para que Si te vino mea cuerdo fuera recibido como uno de los notorios de este año.
En poesía, las valoraciones de Ulloa y Bermúdez no son tan contundentes. Ambos coinciden en que la producción poética ha aumentado pero los escritores todavía luchan por consolidar estilos propios.
Ulloa cita como sus poemarios favoritos a Los amores imaginarios (Euned), de Gustavo Arroyo, y Wallau , de Gustavo Adolfo Chaves (editado en México por Valparaíso).
Fuera del país. Varios autores se beneficiaron de ediciones fuera de Costa Rica.
El ejemplo más contundente es la recopilación del poeta Luis Chaves Falso documental (poesía completa 1997-2016) editada por la sede argentina de la editorial española Seix Barral. Recibió reseñas muy positivas en medios argentinos y españoles.
En México, Anacristina Rossi publicó La romana indómita .
En España, fueron publicados Jeymer Gamboa – Una temporada en el Centro , Amagord– Evelyn Ugalde – Cuando los cuentos crecen , Verbum –, Paola Valverde –reedición ilustrada de La quinta esquina del cuadrilátero con Lápices de Luna– , Mauricio Molina – Treinta y seis daguerrotipos para Diotima desnuda – y Carlos Cortés – Festín en época de peste. Antología: 1980-2015 –, estos últimos trabajaron con el pequeño sello independiente La Isla de Siltolá.
“Es importante estimular la creación literaria”, dice Cortés, quien fue parte de los escritores del país en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
“En Costa Rica hay muchas alternativas de edición, muchas alternativas editoriales y lo que falta es fortalecer el mercado: crear muchos más puntos de venta, verdaderamente crear un espacio entre el Estado, la Cámara del Libro y el sector editorial universitario”, asegura Cortés.
Grandes retos. Este año, el Ministerio de Cultura y la Cámara del Libro rediseñaron la ubicación espacial de los salones para actividades de discusión de la Feria Internacional del Libro.
Las carpas ubicadas fuera de la Antigua Aduana solucionaron los problemas de hacinamiento que ocurren anualmente. Dentro de los homenajes realizados, se incluyó uno especial para el escritor José León Sánchez cuya novela La isla de los hombres solos fue adaptada a teatro y reeditada por la editorial del Teatro Espressivo.
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“El Ministerio hizo una apuesta interesante en ciertos aspectos. Sin embargo, hay muchas falencias en el marco de la Cámara del Libro”, valora Warren Ulloa. “Ocupamos más contenido en la Feria del Libro: más mesas, más paneles y más discusión. Hay mucho recital de poesía, pero poco contenido. Hay tanto que hablar de traducciones, de derechos de autor. Le hace falta más contenido a nuestro mundo del libro”.
Contra esos obstáculos propios de un mercado en construcción, el sector crece lentamente.
“Me parece que la emergencia de nuevos actores, sobre todo en el caso de libreros y editoriales, destaca más que los propios autores”, estima Bermúdez sobre las pequeñas librerías como Libros Duluoz, la Librería Andante, Buhólica, Frantz & Sarah y la recién estrenada Da Capo ( de la Librería Internacional) que proveen a los lectores especializados.
Algunos regresos
Rodolfo Arias Formoso. Los cuentos de Si te vino mea cuerdo (Arlekín) consolidan al autor como un gran referente contemporáneo . En marzo pasado, ganó el premio de la Academia Costarricense de la Lengua por la novela Guirnaldas (bajo tierra) (Lanzallamas, 2013).
Catalina Murillo. Tras trece años sin publicar, Tiembla, memoria (Uruk) arroja al lector al universo íntimo y onírico de un despecho amoroso.
Arabella Salaverry. La poetisa publicó este año su primera aproximación a la prosa: los cuentos de mujeres Impúdicas (Uruk).
Alfonso Chase. La recopilación Secretos perfectos (Euned) reúne a sus poemas amorosos.
Algunas migraciones
Luis Chaves. La destacada editorial española española Seix Barral recopiló Falso documental (poesía completa 1997-2016).
Carlos Fonseca. Tras publicar en el 2015 su primera novela con Anagrama, Coronel Lágrimas fue traducida al inglés por Restless Books.
Anacristina Rossi. Su última novela histórica La romana indómita fue publicada por la editorial mexicana Planeta.
Paola Valverde. La editorial española Lápices de Luna publicó una nueva edición ilustrada del poemario La quinta esquina del cuadrilátero, publicado en dos ediciones en Costa Rica (la última de ellas con Arlekín en el 2013).