Una ciudad es una ciudad aunque sea pequeña. En su propia escala, San José vibra con comercios y transeúntes, tal y como lo hacen Nueva York, París y Tokio.
No obstante, el centro más céntrico de la capital tica se puede caminar en menos de media hora. Recorrerlo a gusto, buscando los detalles nostálgicos escondidos en su arquitectura caótica, requiere una mañana muy dedicada.
Sentirlo respirar detrás de las vitrinas abarrotadas de mercancía, sacarle la historia a las máquinas registradoras jubiladas y a los empleados nonagenarios, fue un trabajo de varios meses para el equipo del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC).
“La fase de producción ha sido bastante intensa, empezó en noviembre”, afirma la curadora de la exposición de diseño El que no enseña no vende… Diseño de tiendas con historia en San José centro , Adriana Collado.
Doce tiendas de San José fueron seleccionadas para ser buceadas a profundidad por Collado y su equipo de trabajo: la Librería Lehmann , la tienda para caballeros Feoli , la Tienda Regis, el Almacén José Barguil , el Bazar San José, la tienda y fábrica de ropa interior Ana, La Gloria , La Favorita , el almacén de telas La Ópera , la Paragüería Rego , el Almacén San Gil y la sastrería Scaglietti. Todas tienen más de 50 años de estar en San José.
Junto a Collado trabajaron el museógrafo Osvaldo López y la comunicadora Eunice Báez, encargada de dirigir entrevistas con dueños y colaboradores de la tiendas.
“A veces estábamos en entrevista durante cuatro horas y en los últimos cinco minutos decían algo interesante”, recuerda la curadora del proceso.
El resultado estará hospedado en la sala principal del MADC. La ubicación de las instalación fue acomodada por los mismos trabajadores de las tiendas, con apoyo del personal del museo.
“Para poder contar la historia de las vitrinas yo no quería contarlo con los elementos de un museo de historia, los paneles, fichas y fotografías. Quería contarlo con los medios de un museo de arte y diseño contemporáneo: una instalación que fuera una experiencia”, explica Collado.
El MADC inaugurará El que no enseña no vende este jueves 2 de febrero, a las 7:30 p. m.
Durante los dos meses que el recorrido esté abierto, el museo organizará espacios de discusión y visitas guiadas, tanto dentro de su sala como en las tiendas de la exposición.
Una vitrina es una cara. Al oeste del Teatro Popular Melico Salazar, está el local más reciente de Feoli Hermanos. Tiene 47 años de antigüedad.
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Los anaqueles laterales contienen cajas rectangulares de ropa interior, empaques de camisas y, su prenda más insigne, los sombreros de marca Borsalino. Ellos mismos los horman al gusto y medida de sus clientes.
Durante un recorrido previo a la exposición, Collado compara el interiorismo de la tienda con un cuadro de Piet Mondrian: geométrico y con abundantes bloques de color –sobrios, eso sí–.
A cinco cuadras de distancia, La Favorita tiene cuatro pisos saturados de color: ropa china, telas para vender al por mayor, un cementerio de reliquias de 76 años al que, apropiadamente, bautizaron como el “museo”.
En el orden y en el caos, cada tienda tiene su personalidad y, en ella, un reflejo prismático de quienes la habitan a diario. El diseño vernáculo de la vida.
“La vibración y composición de cada lugar tiene que ver con algo que es de piel: los seres humanos cuando habitamos un espacio los empezamos a diseñar”, detalla Collado.
“Hay una mala concepción de que la palabra diseño esta asociada al lujo. No es cierto (...). Es una acción que está enfocada a llenar necesidades de los humanos”, sostiene la directora del MADC, Fiorella Resenterra. “Nos interesa (decir) que en Costa Rica ha habido diseño, lo que pasa es que no lo hemos sabido ver, no lo hemos sabido encontrar”.
San José importado. Las raíces de todas las tiendas de la exposición son extranjeras.
Los apellidos, las historias de migración –algunas teñidas de anécdotas tristes de luto y tensiones políticas – evidencian la evolución humana, comercial y gráfica de las ciudad más cosmopolita de Costa Rica.
Las vitrinas de El que no enseña no vende reflejan la vida en San José, una vida importada de Siria (Barguil), Polonia (Regis, La Ópera, Rego, Ana y Bazar San José), Italia (Feoli, Scaglietti), Líbano (La Favorita), España (La Gloria), Alemania (Lehmann) y Cuba (San Gil).
Sin embargo, la traducción local de todas esas raíces culturales tiene su propio color, textura, olor y sonidos.
“Si un día San José dejara de tener ese jolgorio de diseño estaríamos en otra ciudad”, asegura Collado. “La historia pesa. Los valores y el ADN del negocio viene dado de los fundadores”.
Scaglietti donó a la muestra un traje cosido para el expresidente Alfredo González Flores, en 1929. También donó el testimonio de su sastre, Eloy McLaren, quien tiene 88 años de edad y continúa cosiendo para los clientes más consentidos de la tienda histórica.
Del Bazar San José, una tienda que ofrece artículos para niños, el dueño encontró un coche de los años 60 y lo vendió a su fabricante original como un objeto de colección.
“En muchos casos ellos mismos no sabían lo que tenían en sus manos. El patrimonio forjado por tantas generaciones”, precisa Resenterra. “Siempre han sido vistos y se han visto desde el mismo lugar común. Este proyecto logró ponerlos desde otro lugar”.
Para el MADC, esta exposición es un primer paso para conectar con una ciudad que no deja de cambiar, crecer y migrar. Al mismo tiempo, una invitación abierta para que los que la recorren, sea corriendo o con tiempo, la miren con otros ojos. Los ojos del diseño.
El Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) inaugurará El que no enseña no vende… Diseño de tiendas con historia en San José centro el 2 de febrero a las 7:30 p. m. La exposición cerrará en abril. El horario del MADC es de 9:30 a. m. a 5 p. m. de martes a sábado. La entrada tiene un costo de ¢1.000.