Las noches de los martes le pertenecen ahora a una villana. La despiadada mirada y la implacable frialdad de Victoria Grayson, principal antagonista de la serie
Antes de que su calculadora interpretación la trajera de regreso a la fama, Madeleine Stowe compartió escena con reconocidos actores como John Travolta, Mel Gibson y Brad Pitt.
Lo que pocos saben es que esos ojos oscuros que brillan con maldad en
Sí, exacto, los mismos atributos que en 1994 la colocaron en la lista de las 50 personas más hermosas de la revista
La larga y prolífera carrera de esta actriz, de 53 años, comienza varias décadas atrás, con el viaje de su madre a los Estados Unidos.
Unos años después, Mora conocería al ingeniero Robert Stowe y contraerían matrimonio. El 18 de agosto de 1958, nacería Madeleine, su primera hija.
La timidez, que la misma Stowe reconoce que todavía sufre, no arrojó ninguna pista en su niñez de la mujer que se convertiría y de su éxito en Hollywood.
La joven prefería los estudios y tocar el piano, arte en el que fue discípula del maestro ruso Sergei Tarnowsky. Fue hasta los 18 años que Madeleine se aventuró a tener su primera cita.
La “muchachita inteligente”, como la describió su madre, optó por estudiar Cine y Periodismo en la Universidad de California del Sur, pero sus planes dieron un giro repentino cuando fue descubierta por un famoso agente.
“Él le había hecho a Gregory Peck y a Marlon Brandon sus primeras pruebas de cámara... Me llamó a su oficina y me dijo que esto era algo que podría interesarme intentar”, relató Stowe, en una entrevista para el programa
Mucho trabajo, encanto y profesionalismo la conducirían a
Después vendrían escenas con Jack Nicholson (
Tras una prolongada pausa en su carrera para dedicarse a la maternidad, y el fracaso de varios pilotos televisivos, la actriz se ha reinventado a sí misma, y se presenta a una nueva generación de espectadores bajo la apariencia de una hermosa pero malévola mujer.
La caracterización de Stowe ha desbancado sin esfuerzo a otras colegas veteranas como Jessica Lange (
“Felicidades Madeleine, usted logra que cualquier otro personaje dramático de horario estelar parezca un conejito desdentado con una sonrisa tonta”, escribe Rob Sheffield, columnista de cultura pop de la revista
El rol reúne todas las características de la melodramática villana de novela y da suficiente material a la gente para hablar de ella toda la semana.
Victoria proviene de la clase media y fingió un embarazo para lograr que Conrad se casara con ella.
De la mano de intrigas e hipocresía, Victoria reina en las exclusivas esferas de la sociedad donde mueve a todas las piezas a su antojo, hasta la llegada de Emily (Emily van de Kamp). La nueva vecina no es otra persona que Amanda Clarke, la niña a la que Victoria encerró en una institución psiquiátrica y la hija del hombre al que condenó a la cárcel por medio de un engaño.
Emily está determinada a destruir y humillar lentamente a Victoria, pero la indomable mujer no está dispuesta a ceder el control fácilmente. La artista atribuyó el éxito del programa al apetito del público por la revancha.
“La venganza es un instinto muy primitivo para todos nosotros, es un tema fascinante para explorar”, aseguró en exclusiva a la publicación
No obstante, en la vida real, la estrella de televisión gravita lejos de la indiferencia. Stowe es una figura clave en la organización Artists For Peace And Justice, que trabaja y reúne fondos para ayudar a la reconstrucción de Haití.
“Creo que, tal vez, hemos visto lo intangible al estar junto a otros y acercarnos a desconocidos necesitados, tomando sus fuertes manos”, escribió en su