Entretener al público adulto y, más difícil aún, por medio de la ilusión y la fantasía fue la tarea que tuvieron anoche los magos Daniel Ketchedjian y Diego Vargas, con el show Más que magia en el Cine Magaly.
En el espectáculo fusionaron la magia y el humor, pues, para ellos, es una fórmula valida porque “la magia aporta mucho el suspenso y el humor es el escape para aflojar tensión”.
El uruguayo Ketchedjian tiene cerca de 20 años dedicado a la magia y ha trabajado incluso en el Magic Castle Hollywood, que reúne a los mejores exponentes del arte escénico.
Por su parte, Vargas, tico de 24 años, se dedica a su gran pasión desde hace más de 10 años. Él se ha preparado en países como Guatemala, Chile y Colombia.
Juegos mentales. Los magos conversaron con Viva acerca de cómo convencen a un público adulto y, sobre todo, cómo se sostiene y se reinventa la magia con el paso de los años.
Para Daniel, el truco de hacer magia para adultos es saber “jugar el juego”. “Con los adultos se crean juegos mentales; creamos ilusiones con las que la lógica no tiene cabida en el espectáculo”, expresó.
Diego considera que si los espectadores están dispuestos, la mesa está servida. A su juicio, todo es posible porque la magia “es universal y no distingue edad”.
El uruguayo considera, además, que parte de la reinvención que experimentan los magos está ligada, básicamente, con la técnica que utilizan.
“Antes se pensaba que era a partir de una técnica manual, en que los magos eran más rápidos con las manos que la vista. Hoy día, la magia va más allá de la parte manual; lo que se hace es tratar de engañar al intelecto. En cuanto más lento el truco, será más impactante”, dijo.
Antes los magos realizaban los trucos más rápido con el fin de que no se notará el secreto. Actualmente, la técnica es otra.
“La magia ha evolucionado; en los últimos 100 años creció muchísimo en cuanto a las técnicas. Los magos empezaron a estudiar detenidamente qué lo que creaba la ilusión no era lo físico, sino lo mental”, detalló.
Fantasía. Estos dos magos coinciden en que su trabajo puede “cambiar la realidad de las personas”.
Durante una hora, la gente puede desconectarse de lo cotidiano y vivir un mundo de fantasía en la realidad. “Lo que hacemos es producto de una ilusión, de un secreto; así se puede creer que todo es posible durante esa hora de magia. Estamos muy agradecidos sabiendo que la gente puede vivir momentos únicos en el show ”, dijo Vargas.