Los caballos de la artista costarricense Marcia Salas vestirán las paredes de la Galería Dau al Set, en Los Yoses, a partir del próximo sábado 28 de febrero a las 7 p. m.
La exposición, que llevará por nombre Eco-Equino , está dedicada a sus sobrinos, y tiene la particularidad de que estará montada para los niños, con las pinturas colocadas a una altura más baja para la estatura de los chiquitos.
En total, la colección cuenta con 23 piezas, unas realizadas en acrílico, y otras en lápiz sobre papel.
Sin embargo, en todas ellas destaca el fuerte colorido y la creatividad de la artista.
Caballos de la infancia. Al entrar en casa de Marcia Salas rápidamente se puede intuir su verdadera pasión por los caballos. Figuritas de equinos decoran el mobiliario, además de protagonizar varios cuadros.
Marcia se crió en la zona sur, en un mundo rural donde vacas y caballos configuraban el paisaje que veía a través de su ventana. Confiesa que añora mucho ese lugar y por ello ha sentido siempre la necesidad de retratarlo en su obra.
Los caballos representan la memoria de su infancia y le acercan los recuerdos de su niñez, y esa ha sido la razón de que lleve más de diez años pintando y haciendo grabados de estos animales.
Vida artística. Ella cuenta que pinta desde los cuatro años, y desde los nueve ya sabía que quería ser artista. Estudió pintura y grabado, pero durante un tiempo fue ilustradora en el periódico La República .
Le gusta variar, no estacionarse siempre en un mismo tema, ni en una misma técnica ya que, en palabras suyas, “a uno no siempre le gusta comer el mismo plato”.
Sin embargo, podemos decir que sus dos grandes temas han sido, por un lado, la mujer y los estándares de belleza y, por otro, los caballos, su gran obra gráfica.
Su primer premio de pintura a nivel nacional se lo dieron con 15 años. Ha viajado y exhibido sus cuadros en muchos países, y algunas de sus pinturas se encuentran distribuidas en el extranjero.
Después de decenas de exposiciones individuales y colectivas, nacionales e internacionales, Marcia reconoce que sigue sintiendo nervios a la hora de exhibir sus obras. Pero hace lo que le gusta, y eso se nota.
Con gran sentido del humor y una amplia sonrisa afirma que “lo más difícil de ser artista es la libertad financiera” y que cuando vende una pieza lo que siente es un “fuerte alivio económico”.
Su próximo trabajo será una obra en la que fusione las dos artes, el grabado y la pintura; y sus dos temas, la mujer y los animales, un nuevo reto para la artista que se podrá disfrutar en unos meses en la Galería Nacional.