México
Gabriel García Márquez, considerando el máximo escritor de la lengua española en más de tres siglos, fue homenajeado en el Palacio de Bellas Artes, donde lectores y admiradores acompañaron sus cenizas.
Minutos antes de las 4 p. m., la urna con las cenizas del Nobel de literatura colombiano fue colocada en el vestíbulo principal del máximo recinto cultural de la capital mexicana. El homenaje, acompañado de música clásica interpretada por un cuarteto, comenzó con una guardia de honor de su esposa Mercedes con sus hijos Gonzalo y Rodrigo.
También estuvieron en la primera guardia el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México, Rafael Tovar y de Teresa y la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes, María Cristina García.
Minutos antes de la llegada de la urna con las cenizas del escritor, seguidores formados en una fila de cientos de metros aguardaban ansiosamente para dar el último adiós al escritor.
La gente pasa a unos metros de la urna, sin que pueda acercarse, mientras que amigos y familiares del autor realizan guardias de honor en torno a la urna colocada sobre un pedestal, rodeado de rosas amarillos.
Al homenaje han acudido los escritores mexicanos Héctor Aguilar Camín, Ángeles Mastretta, Homero Aridjis y Jaime Abello, director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
Un trío musical se detuvo frente a la urna e interpretó una canción de vallenato, la música tradicional colombiana.
Los presidentes de México y Colombia se unirán al homenaje con una guardia de honor prevista para el lunes por la noche. Ese mismo día, en su pueblo natal de Aracataca, le harán un funeral simbólico.
García Márquez, Nobel de Literatura 1982, falleció el jueves a los 87 años de edad en su casa de la capital mexicana. "Gabo fue un parteaguas en mi vida", dijo Nelly Hernández, una maestra mexicana de 52 años, quien esperaba a que se abrieran las puertas del Palacio, que es a la vez el principal teatro de ópera del país.
"Me enseñó a gozar de la vida a través de la literatura", añadió la mujer, mientras en su mano izquierda sostenía un par de mariposas amarillas hechas de papel. El amarillo era el color predilecto del escritor, y las mariposas evocan una célebre escena de su obra maestra, Cien años de soledad.
Unos metros más atrás, Fernanda Gómez, estudiante mexicana de 21 años aseguró que "Cien años de Soledad es uno de los libros fundacionales para mí". Tras leerlo decidió estudiar literatura.
"Es un libro que trata todos los temas: habla del amor, política, familia, religión", comentó la joven que sostenía un ramo de rosas amarillas.
La familia de García Márquez trasladó sus cenizas hasta el Palacio, en el centro de la ciudad, donde permanecerán por tres horas, mientras un cuarteto y una orquesta tocarán fragmentos de música clásica de autores como el húngaro Bela Bartok y el italiano Giovanni Botessinni, según autoridades culturales mexicanas.
Luego, por la noche, habrá una ceremonia que encabezarán los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y de Colombia, Juan Manuel Santos. Ambos tienen previsto dar un mensaje para recordar a Gabo, como cariñosamente era conocido el escritor y periodista.
García Márquez mantuvo lazos importantes con ambos países: nació en Colombia, pero escogió México como lugar de residencia hace varias décadas y allí escribió algunas de sus obras capitales como Cien años de soledad.
No sólo mexicanos llegaron a despedir al escritor, sino también algunos compatriotas. "Es mi oportunidad para acompañar a García Márquez", dijo Lorena Moreno, de 40 años y originaria de la ciudad colombiana de Barranquilla. Dijo que reside en México desde hace siete años y que cuando se pone nostálgica de su patria relee algunos de los textos de García Márquez.