A Beatriz Zamora López la conocían como “La Cucaracha”. Beatriz nació en Pacaca (Ciudad Colón) en 1871. Siendo muy joven se trasladó junto a su hermana a la capital para servir como empleada doméstica.
Su trabajo no les permitía acceder al lujo que aspiraban y rápidamente fueron seducidas por el lucrativo negocio de la prostitución, siendo los hombres de clase más alta sus más fieles clientes.
Fue así como conoció a Ricardo Jiménez Oreamuno, quien sería en tres ocasiones presidente de nuestro país. Que una mujer con un pasado de prostitución fuera pareja de un político a inicios del siglo XX, era inadmisible, pero que se casara con un hombre como Jiménez, era ya un disparate.
El dramaturgo Melvin Méndez se tomó la tarea de contar el otro lado de esta historia, acompañado del grupo artístico Punto de Giro, Arte y Cultura .
La mariposa y el presidente, montaje teatral que será estrenado este jueves en el Teatro Eugene O´Neill, es el resultado de un proceso de investigación sobre la figura de la primera dama de Costa Rica de 1932 a 1933, que busca reivindicar la posición de las mujeres costarricenses que han formado parte de la historia sociopolítica de nuestro país, pero que se han visto invisibilizadas por prejuicios.
“Nos parecía injusto que una mujer que libró una batalla con su marido por construir una Costa Rica mejor, fuera señalada de forma machista y que la gente la recordara solamente de esa manera”, aseguró el director y creador del texto (beneficiado por el Programa Nacional para el Desarrollo de las Artes Escénicas, Proartes, en la categoría de producción y circulación).
“Uno habla con gente de unos años atrás y siempre lo que van a decir es: ‘Ah, La Cucaracha’. Nos parece que hay algo más y que la mujer no merece esto”, aseguró.
“Nos propusimos renombrar a esta mujer”, comentó. “Investigando nos dimos cuenta que ella era más interesante, no solo era la primera dama de la República, sino que también hizo una labor importante .Don Ricardo fue uno de los liberales más importantes de la Costa Rica de su tiempo y una persona comprometidísima con el progreso del país. Ella lo acompañó muchas veces en esas lides, fue su mano derecha y estuvo cerca de todas las decisiones que tomó ” en el gobierno”.
Entre esas labores, destaca su trabajo social junto a las hermanas mercedarias por los presos de la Isla San Lucas en un momento que las condiciones de vida de la prisión eran inhumanas. Además, de Beatriz quieren rescatar su cercanía con las clases sociales menos privilegiadas y su vocación artística.
Protagonizado por los actores Arnoldo Ramos y Ana Ulate, el montaje busca también dar luz a historias de mujeres injustamente relegadas al olvido.
“Le damos importancia a la historia de Beatriz un poco para reivindicar a la mujer de ese tiempo y ver que era mal visto que supiera de arte, de cultura, que leyera . La mujer en esa época tenía que estar metida en la Iglesia y de la Iglesia a la casa ”, añadió Méndez. “Beatriz aprendió varios idiomas, tocaba el piano, fue una mujer que realmente se cultivó. Más que la historia de don Ricardo, nos interesaba contar la lucha que libraron para mantener su amor”.
Para el actor Arnoldo Ramos, este montaje ha sido un reto muy rico en su carrera, ya que le ha permitido hacer una lectura propia de un personaje con muchísimas referencias. Comentó que en el tanto los costarricenses conozcamos nuestra historia, será más fácil dibujar nuestro futuro.
“Ojalá que conociendo a hombres como estos que hicieron tanto por Costa Rica, las generaciones de ahora quieran imitarlos y no a los políticos de ahora que son como de pacotilla”, dijo el actor. “ Estos de verdad eran líderes. Rescatar la sapiencia de nuestros padres de la patria y no ‘parias’ de la patria que es lo que hay ahora, es importantísimo”.
Días y horas: 31 de marzo y 1° de abril (8 p. m.), 2 de abril (4 y 8 p. m.), 3 de abril (3 y 7 p. m.) y 5, 6, 7, 12,13 y 12 de abril (9 a. m.). Lugar: Teatro Eugene O´neill. Precio: ¢6.000 (general), ¢3.500 (estudiantes y ciudadanos de oro), ¢7.000 (2x1 en preventa)