Paula Piedra pasa tiempo consigo misma. Lo necesita. Después de mascullar las cosas en su cabeza, salen los cuadernos que va guardando y, cuando los años pasan, depura sus pensamientos en literatura. A sus 41 años es escritora, pero afirma con auténtica tranquilidad: "Yo no tengo prisa para esto".
Su poemario Nido en la garganta (2017) nació en "cuatro o cinco años" en los que revisó las páginas de sus cuadernos engavetados junto a los editores del sello Ambigú (la poeta Silvia Piranesi y el fotógrafo Esteban Chinchilla).
El resultado es un libro traspasado por distintas manifestaciones de artes. La lírica de Piedra coexiste con 15 ilustraciones del diseñador Eric Mora y el amoroso diseño cosido que caracteriza a la Editorial Ambigú.
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Los ejemplares se pueden comprar en Libros Duluoz –120 metros oeste de la Alianza Francesa, dentro de Casa Pagés–. El precio de cada uno es de ¢10.000.
"Mi familia y yo somos los personajes autorreferenciales de este libro", explicó la autora en entrevista con Viva. "Para mí es importante que haya salido en el 2017, para mi historia personal, porque recopila una década, mis treintas, y fueron una década de muchas búsquedas. No quiero decir que haya encontrado las respuestas, pero creo que, exhaustivamente, me pude hacer muchísimas preguntas".
El primer borrador de Nido en la garganta fue una "prosa poética" que incluso tenía bloques de varias páginas.
"Soy partidaria de los procesos largos; creo en la autocrítica. Siento que hay cosas que uno tiene que dejar macerar y reposar", dijo la autora.
"Para mí fue muy importante el proceso que hizo Esteban Chinchilla conmigo de edición", aseguró Piedra acerca de la intimidad en la construcción del libro.
"Somos muy cercanos y tenemos mucha confianza, gracias a eso él pudo decir que el libro no estaba listo cuando yo se lo mandé. Lo 'tallereamos' en un proceso de dos años como parte de ese proceso de dejarlo reposar y volver a él. Fue algo muy generoso de Esteban", agregó.
Los textos finales son poemas compactos, sin título, sin acciones concretas, pero impregnados de la intimidad de sus reflexiones: sobre el tiempo que pasa sola, con su gato, con su madre, con su apartamento.
También aborda las circunstancias que se repiten en ciclos de tiempo: con los hombres, con los asuntos pendientes, con los recuerdos de la infancia que cobran nuevos significados en la edad adulta.
"Uno –inmóvil– piensa que se está desplazando", termina un poema.
“Por eso es que hay que tomarse el tiempo para entenderse a sí mismo. Hay una aceptación de que esto es lo que soy y esto es lo que es, de asumirlo”, afirmó Piedra sobre los temas personales del poemario.
"Esto de los hombres es que uno llega a un punto que dice que todos son iguales y, de repente, uno ve que el común denominador de todos estos maes soy yo", se rió la autora.
Acerca de los dibujos de Mora, describe que "conversan" con sus letras. El escritor Diego van der Laat también donó un prólogo corto lleno de sus propias figuras y temas literarios.
"Hay mucho afecto de por medio", describió Piedra.
Tras publicar Nido en la garganta, este 2018, Piedra tiene planes de volver a editar sus columnas Seis años de sexo con la editorial Arlekín (originalmente fue publicado con Germinal en el 2014).
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A la autora también se le reconoce por sus poemarios Ejercicios mentales (Editorial Perro Azul, 2003) y el poemario doble Ejercicios Mentales/Notas al margen (Editorial Germinal, 2012).