La inversión es de ¢280 millones, pero todo este dinero “vale la pena”, destacaron Juan Castañeda y Ligia García, vendedores de granizados y vigorones –respectivamente–, quienes por más de dos décadas han recibido a centenares de turistas en este sector de Carrillo, Guanacaste.
El terreno donde hoy se terminan los 420 metros lineales de paso peatonal fue hasta hace unos pocos años zona de restaurantes que obstaculizaban la vista al mar de vecinos y visitantes.
“Para ver el atardecer, la gente tenía que ingresar a los restaurantes que había”, dijo la vicealcaldesa de Carrillo, Karla Núñez.
Muchos coqueños están ansiosos por estrenar el bulevar
“No fue fácil. En el lugar había sitios tradicionales como (los bares y restaurantes) El Papagayo y El Guajira, pero estaban en la zona pública y lo que hicimos fue aplicar la ley”, dijo Núñez.
En el 2007 también se demolieron estructuras hasta de 50 años.
La obra incluirá siembra de árboles nativos como almendros, palmeras y aceitunos, más lirios de agua. También tendrá sistemas de riego e iluminación subterráneos, lámparas de poste, zonas empedradas, tres terrazas de tablilla de plástico reciclado, una cancha de baloncesto y dos canchas de voleibol de playa.
Para una segunda etapa, se prevé la construcción del muelle que ingresará hasta el mar, dando ese toque de romanticismo que Playas del Coco tiene en la memoria de muchos costarricenses.
“Esta es una gran obra, que nos va a traer desarrollo a todos los que vivimos en esta tierra a la que muchos gustan venir”, opinó el vendedor Juan Castañeda.