Para viajar al pasado, el artista costarricense Rolando Garita no necesita una máquina del tiempo. Él trae al presente ese cúmulo de recuerdos a través de la magia de los colores, las formas, las líneas y las texturas.
Su más reciente exposición, Palabra e imagen, es como un álbum de memorias que, en vez de manifestarse en fotografías, lo hace mediante 38 obras de arte abstractas.
Su muestra se exhibe en el Museo de Arte Costarricense (MAC) y tiene el aire nostálgico que caracteriza el trabajo de Garita. “En estas obras hago un viaje de introspección en busca de mi visión interior. Es una forma de exteriorizar todas esas experiencias que todavía viven en mí”, declaró el artista, quien acumula 35 años de trayectoria.
Al intentar explicar los pormenores de esa mirada reflexiva a su propia historia, el pintor se apresuró a a aclarar: “Para mí es más fácil plasmarlo sobre el lienzo que explicárselo, pero tiene que ver con mi intuición. Es la búsqueda de la poesía en el color..., en la forma”, declaró.
Para la directora del MAC, Alma Fernández, la obra de Garita reta al espectador a descubrir el mensaje. “Es como si nos contara sus secretos con códigos cifrados. La invitación está abierta al público sensible, que busca en el arte un espejo de la psique humana”, opinó Fernández.
Si bien en el pincel de este costarricense predomina esa observación retrospectiva, el aquí y el ahora también tienen su lugar.
“Actualmente, paso la mitad del tiempo en mi taller, en Las Nubes de Coronado, y la otra mitad en una finca que tengo en Guanacaste. Por eso, en mi paleta están presentes tanto los colores fríos como los cálidos. Hay azules, grises y blancos, pero también rojos y amarillos”, resaltó Garita sobre Palabra e imagen , su vigésima exposición individual.
El niño eterno. Con 59 años, Garita dejó de ser un niño hace buen rato, pero él no lo admite. “Ahora, viejo, me he dado cuenta de que no he superado mi infancia. Un psicólogo diría que eso es un problema, pero a nivel artístico siempre estoy buscando al niño que todos llevamos dentro”.
El curador Efraín Hernández identifica dos rasgos típicos de la niñez que están presentes en la obra de Garita: la inocencia y la capacidad de asombro. “En sus cuadros, cada celda significa una vivencia; cada color, una época; cada punto focal, un recuerdo”.
La exposición se mantendrá abierta al público hasta el 29 de marzo en el MAC en La Sabana.
El horario de visita es de martes a domingo, de 9 a. m. a 4 p. m. La entrada es gratuita.