El escritor chileno-costarricense Jaime Sabah llevaba más de una década esperando el momento adecuado para lanzar su segundo libro.
Después de publicar Me lo trajo el mar (2013), Sabah quería contar una historia íntima, que abordara reflexiones que le resultan necesarias de desahogar. Así nació Te invito a mi funeral, novela publicada en junio pasado, por la editorial Club de Libros.
La historia del libro es la siguiente: el ingeniero Alberto Larriaga se enfrenta, de forma inesperada, a un secreto que lo lleva a descubrir que tiene ascendencia judía.
Esta revelación, aunada al misterio que encierra un libro de la época de la Inquisición española, hace tambalear todo su mundo, su familia y sus creencias.
Con este pretexto, el autor de 83 años ahonda en reflexiones sobre el odio, la discriminación religiosa y, especialmente, las afrentas que con las que ha debido lidiar el pueblo judío (Sabah profesa el judaísmo).
En conversación con La Nación, Sabah ahonda sobre su interés en estos temas y los propósitos que se propuso alcanzar con esta publicación del sello Club de Libros.
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—El libro habla sobre la fe y la existencia, temas muy complejos de representar. ¿Cómo fue asumir ese reto?
—El mundo ha estado marcado permanentemente por las diferencias de todo tipo, llámense de género, políticas, religiosas, el color de la piel, la forma de los ojos, etc. y esto nos han llevado en muchísimos casos al extremismo y al odio. Aprendimos a odiar al que no profesa nuestra fe, nuestro color político y hasta nuestro amor por el color de la camiseta deportiva. Ese odio se ha convertido en extremismo peligroso en todos los ámbitos de nuestras vidas, aspecto que me preocupa.
”En este libro ese mensaje está explícito sin siquiera intentar que la finalidad del mismo sea un tema religioso. Por el contrario, es una interesante novela de aventuras que atrapa al lector desde el comienzo y en él se demuestra lo importante que es respetar la fe. En el libro se habla de la Inquisición Española y la Segunda Guerra Mundial, recordando los días en que la humanidad perdió el juicio, masacrando y asfixiando a los judíos en las cámaras de gases y quemándolos vivos en los hornos crematorios de los campos de concentración. La maldad en su máxima expresión.
—El tema de descubrir secretos sobre nuestras familias siempre suena curioso, pero también puede causar terror ante lo incierto. ¿Qué tono decidió darle a su historia en ese sentido?
—Conocidos míos vinieron a mi oficina trayendo legados familiares que ellos no entendían: libros de rezos judíos, un manto para rezar e historias de sus abuelitas que ayunaban un día cualquiera. Fueron muchos los que se interesaron en enseñarme su conexión judía que por años mantenían en secreto. Un oficial de aduanas me trajo unas antiquísimas filatelias que pertenecieron a su abuelo venido de Polonia, por ejemplo. Todas estas anécdotas nutrieron el libro.
”Descubrir lazos familiares, remontándonos al pasado, nos enseña a vivir. Nos enseña a aceptar el hecho de tener una herencia de sangre. Nos obliga de cualquier forma a aceptar lo que somos y a respetar esos recuerdos. No debemos temerle a nuestros ancestros extranjeros. Están en nuestro ADN.
—La religión y las creencias también son protagonistas del libro. ¿Cómo entra su vida a retratar a los personajes de la novela?
—Fue un trabajo relativamente sencillo dado la proximidad que tengo con la comunidad judía de Costa Rica. Yo mismo soy judío. En los años setenta trabajaba como gerente de ventas en una gran empresa textil y mis mejores clientes eran los “polacos”. Muchos de ellos llegaron al país trayendo tatuados en sus brazos los malditos números de los campos de concentración y con todo ese sufrimiento a cuestas pudieron sobrevivir a pesar de sus pesadillas.
“Entendí su sufrimiento, su alegría y el amor por la vida. Eso me inspiró a retratar a estos personajes. El resto lo dejé a mi imaginación y resultó muy bien”.
—Es una novela, como usted dice, de aventuras, pero con un trasfondo religioso e histórico muy profundo. ¿Cuál es la intención final de este libro?
—Gracias por esta pregunta. Ojalá el lector se llene del maravilloso espíritu que nace de creer y luchar por la paz, de creer que cada ser humano es valioso y que solo con el respeto y la tolerancia podemos conseguir un mundo mucho mejor para nosotros y para las generaciones futuras.
”Dentro de nuestras leyes está una que se llama ‘Tikun Olam’, que significa ‘reparar el mundo’. Con pequeñísimas acciones, al hacer el bien a nuestros semejantes, podemos contribuir a mejorar esta tierra y no permitir jamás que una masacre como el Holocausto vuelva a ocurrir.
”Si logro a través de esta novela sembrar una semilla de bondad y desterrar el odio del corazón de mis lectores, me daré por satisfecho. Valdrá la pena el esfuerzo de haber escrito este libro para que quienes al pasar las páginas logren sumergirse en una historia fascinante.
Puede conseguir ‘Te invito a mi funeral’ en Librería Internacional. También puede conocer al autor en la Feria Internacional del Libro, que se realizará a partir del 26 de agosto. Sabah estará Stand D-1.