“¡Pura vida Costa Rica!”, gritó en la entrega de premios el costarricense. Por su parte Rubén Blades, al recibir el premio a ‘mejor álbum’ del año expresó: “Es una gran sorpresa. Yo tengo una ambivalencia con los premios porque ganarse un premio a expensas de que otros pierdan, nunca me ha agradado. No es que sea yo mejor que nadie. Este premio lo aceptamos a nombre de todos los que están nominados, aquí todo el mundo gana”.

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“El éxito siempre es muy complicado, no solo es mi éxito, es el de muchas personas que contribuyen, que hacen que todo sea posible”, agregó el panameño.

Marín, de 51 años, vecino de Alajuela, lleva casi 30 años laborando en la ingeniería de sonido. La relación laboral de Marín con Blades empezó en los años 90.

“El hecho de que el trabajo sea con un artista como el que es (Rubén Blades), entonces le da a uno una ventana más amplia para que la gente se fije en el producto y pueda llegar a ser nominado en esas categorías tan importantes”, comentó previo a la gala.

Marín, quien estuvo en Las Vegas, Estados Unidos, para asistir a la ceremonia de premiación, comentó en medio de felicitaciones y la algarabía por haber ganado que estaba muy satisfecho por el reconocimiento.

“Estoy muy feliz, es un orgullo. Estamos todos muy felices, todos los compañeros de la banda, estamos contentísimos”, dijo en medio de múltiples aplausos.

Buena yunta

Según rememoró Marín, el contacto laboral con Rubén Blades y su ascenso en el mundo de la música internacional empezó con el disco Tiempos, en 1996.

“En ese momento él (Rubén) inició una relación con el grupo Éditus. Yo estaba grabando otro disco en el mismo estudio en el que estaba Éditus. Ellos ocupaban acelerar un proceso de grabación (...), me pidieron ayuda, dije que sí. Empezamos a grabar maquetas para Tiempos en el 96 y 97. Conocí a Rubén. Con este disco ganamos el primer Grammy”, recordó.

De paso, uno de los reconocimientos más importantes que otorga la Academia Latina de la Grabación (responsable de los Latin Grammy), es el premio a Persona del año, que este 2021 quedó en las manos de Rubén Blades.

Por su trabajo, Marín ya ha sido postulado anteriormente a los Grammy en 11 ocasiones, de ellas ha ganado cinco premios latinos y uno anglosajón.

“Uno hace las cosas no pensando en si va a ser nominado o no. Mucha gente me molesta porque nunca pienso si voy a estar en los Grammys, no me acuerdo muchas veces que los discos se nominan. Uno lo hace porque le gusta y quiere que el trabajo salga bien”, dijo el ingeniero a Viva, a comienzos de octubre.

El otro costarricense nominado a los Latin Grammy, edición 2021, fue el experimentado y galardonado compositor Eddie Mora, quien lastimosamente no consiguió ayer obtener el gramófono en la competencia de mejor composición clásica, por la producción Desde la tierra que habito.