Carmen Naranjo Coto (1928-2012) se despidió del mundo terrenal el pasado 4 de enero. Tras su partida, le dejó a Costa Rica su propio mundo –uno muy complejo y contradictorio–, pero con el que cada uno de nosotros puede identificarse pues es sencillamente la esencia humana.
No existe un solo camino; son muchos, pero todos conducen a la voz de una mujer que diseccionó la sociedad que le tocó vivir y hurgó en lo más profundo de su personalidad en busca de respuestas.
En cada una de sus obras quedaron impregnadas sus reflexiones, sus emociones, sus propias preguntas, su visión crítica y ácida de las contradicciones de la condición humana, pero también su anhelo por el amor como sentimiento supremo.
Estas son algunas de las obras que usted no puede pasar por alto si quiere leer a Carmen Naranjo.
En opinión de Jorge Chen, catedrático de la Escuela de Filología, Linguística y Literatura de la Universidad de Costa Rica, el primer libro que debería leerse es precisamente con el que hizo su
“Es una obra de gran sinceridad emotiva, de ahí que lo llame ‘de ternura’, con ese afecto hacia la escritura y el lector”, expresó Chen.
Jorge Chen sugiere continuar con otro poemario,
El escritor, promotor cultural y amigo de Naranjo, Alfonso Chase, y Yalena de la Cruz, también amiga de la autora, recomiendan el poemario
“Este libro revela mucho de su personalidad, pero yo diría que, en esa ‘guerrilla’ consigo misma y contra el sistema, ella no era una combatiente, sino una francotiradora”, opinó Chase, ganador del Premio Magón en 1999.
Tanto Alfonso Chase como el escritor Uriel Quesada destacaron el libro de cuentos
Sobre uno de los relatos, llamado “En todas partes se puede”, Uriel Quesada recordó una anécdota que la propia Naranjo le contó.
“El cuento trata de una mujer, en Nueva York, que para, sobrevivir, se mete en una enorme tienda por departamentos y se hace pasar por maniquí. Resulta que una versión en inglés llegó a manos de Woody Allen, quien estuvo interesado en comprar los derechos de autor para hacer una película. Le ofrecieron a Carmen una jugosa cantidad de dinero, algo así como $500.000, pero ella rechazó la oferta. El problema fue que Allen quería plena libertad para cambiar los personajes”, narró.
En cuanto a novela, hay consenso en que su primera obra de este género,
En esa novela, Naranjo desnuda la clase media y a los burócratas con la minuciosidad de alguien que los conocía muy bien.
Hay que recordar que fue la primera mujer en ser ministra de Cultura (1974-1976) y que ejerció altos cargos en instituciones públicas, como la Caja Costarricense de Seguro Social y el Instituto Costarricense de Electricidad.
“En la época de Carmen, esos perros no ladraban, pero ahora hasta muerden”, bromeó Chase.
Otra novela destacada es
A partir del personaje principal, Isabel, la escritora plantea todas las contradicciones asociadas al ser femenino y contrapone a la mujer ideal frente a la mujer real, en relación con los roles asignados socialmente a cada sexo.
“La autora nos invita a realizar un recorrido por la naturaleza, a adentrarnos en ella y a emprender la búsqueda de ese punto geográfico denominado Parismina [...], pero también hacia una naturaleza más vasta y más profunda: la humana”, explicó la investigadora Virginia Borloz en su libro
En cuanto al ensayo, los expertos consultados citan la obra
Ella parte de cinco expresiones populares, como “¡Idiay!” y “¡Qué me importa!”, para indagar en la identidad del tico. “El ‘idiay’ no busca una respuesta con verdad, sino un simple movimiento de sobalevas, bajo el efecto de creerse calificado con justicia y gozar del reconocimiento como hecho concesivo y gracioso”, escribió Naranjo.
El crítico literario Juan Murillo advirtió: “ Naranjo es una escritora meramente crítica; no le gustará a la gente que lee para divertirse pues su obra plantea una crítica social, filosófica y política” .