La vida de una empleada doméstica es dura. Se demuestra cuando trascienden historias de cientos de mujeres explotadas por patronos que no les pagan el salario justo y tampoco las aseguran para que puedan tener acceso a servicios de salud y gozar en el futuro de una pensión por vejez.
La artista escazuceña Carmen Siliézar Solano retrata en un conjunto de 14 cuadros diferentes rostros de la vida de las trabajadoras domésticas, en un intento por convertir el arte en megáfono de la vida.
Su exposición, titulada “Patronaje”, se inaugura este martes 16 de abril en la galería del Consejo Universitario de la Universidad de Costa Rica (UCR), en la sede Rodrigo Facio, en San Pedro de Montes de Oca. La exposición se prolongará hasta el 23 de mayo.
En esta muestra, Siliézar procura dignificar el trabajo doméstico que, a su juicio, es ignorado por la sociedad costarricense a pesar la importancia que tiene. No en pocos hogares costarricenses son las domésticas quienes cuidan a niños y adultos mayores con algún grado de dependencia, al tiempo que asumen los oficios domésticos y otras tareas del hogar.
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Originaria del cantón de Goicoechea, en San José, Carmen Siliézar Solano conjuga su conocimiento artístico con una sensibilidad que tiene desde que vivía en los alrededores del cantón de Goicoechea.
Para contar sus historias, Siliézar Solano utiliza textiles, retazos de telas, hilos, plástico, materiales de construcción, espumas y pelusa. También se atreve a experimentar con silicón, arena, pastas e insumos que se usan en acabados de la construcción.
“Quiero dignificar con mi obra el trabajo doméstico, el trabajo que a nadie le importa, pero del cual toda la humanidad se beneficia. En buena parte, es desarrollado por mujeres con rostro”, comenta Siliézar.
Manuel Solano Sanabria fue su abuelo materno y quien le heredó la vena artística que Siliézar luego perfeccionó con estudios en la Casa del Artista. Sus sentimientos e ideas sobre la vida las ha expresado por medio del dibujo, la pintura y escultura. Se le reconoce como artesana escazuceña.
En esta exposición, Siliézar se apropia de una lucha: la dignificación del trabajo doméstico y la denuncia de la estructura patriarcal, la violencia, y el trabajo anónimo y rutinario que hace la mujer.
Sus cuadros se transforman en esa voz para denunciar las estructuras de poder, las labores repetitivas que ejecutan cotidianamente este ejército de trabajadoras y las imposiciones sociales que cargan sobre sus espaldas.
El curador de la exposición, Vicente Alpízar Jiménez, describe la muestra como “una reflexión constante sobre las dinámicas sociales que la atraviesan. Lo femenino, la sociedad industrial y las dinámicas económicas del entorno son solo algunos de los elementos que sobresalen en la superficie de sus obras”.
Agrega Alpízar: “La autora realiza una exploración congruente de lo textil, la decoración y el concepto de mujer partiendo de la historia para demostrar cómo el poder define roles entre las personas”.
Antes de la pandemia, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) tenía registradas 150.000 empleadas domésticas en el país. Ese número bajó a poco más de 100.000 en el 2022.
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Los oficios domésticos encabezan una lista de siete grupos laborales que carecen de seguro. Se calcula que, al menos, un 62% de todas las empleadas domésticas en Costa Rica no están aseguradas, lo cual representa unas 83.000 mujeres.
La exposición de Siliézar se localiza en el tercer piso del Consejo Universitario y es de acceso gratuito. Estará abierta de lunes a viernes, de 8 a. m. a 5 p.m.