Compartiendo calurosas anécdotas de su vida, amigos y familiares se reunieron este miércoles 16 de noviembre para despedir a José León Sánchez, autor nacional ganador del Premio Magón 2017 y uno de los escritores más leídos de América Latina.
En el Camposanto La Piedad, ubicado en Heredia, se realizó el último adiós al reconocido autor de La isla de los hombres solos y Tenochtitlan: la última batalla de los aztecas.
La vela en su memoria ocurrió en la Funeraria La Piedad y allí personas cercanas al escritor compartieron algunas anécdotas sobre la constante gentileza que caracterizó a Sánchez, quien falleció el martes 14 de noviembre por complicaciones tras un infarto sufrido hace dos semanas.
María de los Ángeles Mata, quien fue colaboradora legal del escritor, trazó una relación por más de 42 años donde compartieron emotivas anécdotas sobre la vida única de Sánchez Alvarado.
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“Siempre fue un hombre conversador. Uno podía pasar horas hablando con él y aprendiendo de muchísimas cosas sobre el mundo”, recuerda. “Nunca hablaba de temas menores o superficiales, sino que proponía reflexiones intelectuales y jugosas”.
Mata contó estas historias al lado del féretro del escritor, donde se colocaron algunos de los muchos reconocimientos que gozó, entre ellos el Premio Magón, el reconocimiento Nelson Mandela a los Derechos Humanos, así como algunos retratos, su boina y una hermosa pintura realizada por la artista Maríagauri Barahona, quien fue amiga del escritor.
En la vela, Álvaro Hernández tuvo palabras de honor para su amigo, quien era un comensal habitual de su restaurante llamado El Bosque de la Hoja.
“Todo el mundo llegaba a parar la oreja para oír lo que tenía que decir José León”, rememora, pues era habitual que, en tardes de tertulia, propusiera temas de conversación sobre filosofía, política y cultura.
“Él era un científico, un historiador, un político, un hombre de pensamiento profundo. Fue muchas cosas porque siempre quiso tener un gran acervo cultural y en el bar siempre era un gusto sentarse al lado y simplemente escuchar lo que salía de su mente”, agrega.
Una emotiva despedida
Posteriormente, al momento del entierro, un mariachi acompañó el encuentro de familiares y amigos, dando un aire celebratorio a la vida de este gran escritor.
Al son de México lindo y querido, todos se unieron en un abrazo para conmemorar su legado.
Su hijo, José Juan Sánchez, tomó el micrófono para agradecer a todos los que llegaron a la cita.
“Que el buen cielo te reciba”, dijo, “celebramos tu vida y siempre te tendremos entre nosotros”.
Entre las personas que acompañaron a la familia al momento del entierro estaba el escritor Álvaro Rojas, quien conoció a Sánchez desde hace diez años.
Ambos realizaron programas de radio y proyectos culturales en conjunto, lo cual marcó para siempre a Rojas.
“Siempre fue alguien especial”, rememora, “fue un hombre iconoclasta, al que le encantaba generar conversaciones y discusiones y siempre quería absorber más y más cultura”.
Para Rojas, el legado del escritor es evidente. “Sus obras tienen que recordarse como un punto de reflexión para la literatura costarricense. Mostró costados de la historia que eran poco conocidos. Tenía dotes únicos”, agrega.
Finalmente, todos los allegados brindaron con un trago de tequila en memoria del gran escritor nacional.