Hace más de un año se anunció la “desaparición” de dos piezas arqueológicas que estaban en un área de acceso restringido de la Embajada de Costa Rica en Madrid (España). Hasta este momento, el Ministerio de Relaciones Exteriores no ha sentado ningún tipo de responsabilidad sobre ninguno de los funcionarios públicos que estaban a cargo de su protección.
Las piezas forman parte de la Colección Patterson, que el exdiplomático tico Leonardo Patterson presentó en Galicia, en el norte de España, en 1997.
Tras quejas de distintos países latinoamericanos (que consideraban que los objetos les pertenecían) y años de trámites, las autoridades españolas comenzaron a devolver varias piezas, entre ellas un metate y un jarrón a Costa Rica.
Ambos objetos fueron entregados al país el 14 de julio del 2010 al entonces embajador de Costa Rica en España, Melvin Sáenz Biolley, en un acto celebrado en el Museo de América, Madrid.
“Si un pueblo no cuida y respeta su historia con seguridad, es un pueblo sin sueños y sin futuro”, había enviado como declaración a la prensa el entonces canciller René Castro, al congratularse por el trabajo realizado para lograr la devolución de los objetos.
Sin embargo, el 25 de octubre del 2010, Relaciones Exteriores informó de que las piezas habían “desaparecido” y Sáenz había presentado una denuncia por ello el 24 de agosto. Las piezas desaparecieron de una habitación de la Embajada a la cual el público no tenía acceso.
Esa denuncia original fue desestimada por falta de pruebas y obligó al nuevo embajador, Ekhart Peters, a poner una nueva denuncia. Sáenz fue nombrado embajador en Panamá y allí labora actualmente.
Según la Cancillería, esa nueva denuncia permitió reabrir el caso, pero la investigación se mantiene en una etapa de “secreto sumarial” (en secreto por investigación).
No obstante, Relaciones Exteriores informó de que autoridades españolas han visitado tres veces las instalaciones de la Embajada (en junio y setiembre de este año), han tomado declaraciones de los funcionarios y han solicitado información de Leonardo Patterson y de Sara Quirós Maroto, quien firmó como abogada de Patterson en un trámite en España al mismo tiempo que laboraba como funcionaria de la Cancillería tica.
Las autoridades españolas también pidieron saber si en Costa Rica existen denuncias por la desaparición de las piezas. Ni autoridades de Relaciones Exteriores ni del Museo Nacional han dado cuenta de que exista una denuncia en nuestro país sobre este tema.
La Cancillería explicó que un “proceso interno de investigación preliminar” realizado por la Dirección de Asesoría Jurídica concluyó que lo que se debe hacer es esperar a que las autoridades de España establezcan responsabilidades penales por la desaparición.
“Esta Cancillería deberá de examinar si, de conformidad con la prueba recopilada ante esas autoridades españolas, existe alguna responsabilidad de índole administrativa, civil o de otra índole, imputable a los involucrados en el ilícito acaecido y que pueda ser sancionada en la jurisdicción competente costarricenses”, se lee en el informe que se presentó y del cual
Ni la Embajada de España en Costa Rica ni la Policía española quisieron dar declaraciones sobre este tema.