Si hace dos años le hubieran dicho a Yessenia Ramírez que iba a dirigir uno de los certámenes de belleza más importantes de Costa Rica, posiblemente no lo hubiese creído. Es más, ella se hubiera reído de tal disparate.
Sin embargo, en el 2024 está lista para elegir a la representante de Costa Rica para el Miss Universo 2024, el cual se llevará a cabo en México el próximo mes de noviembre.
¿Se arrepiente? No; por el contrario, está emocionada de poder sacar adelante la tarea, esa que se ha convertido en todo una montaña rusa de emociones.
Ramírez es oriunda de Ciudad Neily, Corredores, Puntarenas, y tiene 38 años. En entrevista con La Nación se sinceró sobre el reto que significa dirigir el certamen de belleza, el cual fue adquirido por su esposo, Carlos Valenciano, dueño del canal OPA, el pasado mes de febrero.
—¿En algún momento soñó con dirigir un certamen tan importante?
—No, en ningún momento. No me llamaba la atención un certamen de belleza, porque en realidad es algo de lo que pues me mantenía lejana. No me inspiraba, pero hace dos años un amigo tenía un certamen de belleza local y me invitó a que yo pudiera ayudarle, entonces yo me puse a ver un poco la estructura de qué se trataba y dije: ‘Bueno, eso puede ser una puerta para poder hacer labor social’.
“Sin embargo, cuando comencé a revisar el certamen, vi cosas que no van con mi moral, ni mis principios, entonces le dije que o hacía algunos cambios o yo no participaba, entonces él me dejó hacerle cambios, le estructuré el certamen y hoy se llama ‘Reinas que inspiran¡ y en lugar de calificar la belleza física, estamos calificando la belleza integral y sus proyectos sociales. Se corona a la ganadora y se le da una beca universitaria. Es un concurso de zonas rurales, para chicas entre 17 y 25 años.
“Y bueno, a mi esposo le llegó la posibilidad de comprar la franquicia de Miss Universe Costa Rica y lo conversamos. Él me preguntó si yo lo asumiría y yo le dije: ‘Sí, claro, yo lo voy a asumir porque creo que es una segunda oportunidad para poder hacer cambios positivos’”.
LEA MÁS: Miss Universe Costa Rica: Si se perdió algún capítulo del ‘reality’, aquí puede encontrarlo
—Y ahora que lo asumió, ¿cómo puede decir que ha sido la experiencia?
—Ha sido un sube y baja de emociones, porque yo creo que desde el inicio ha existido una intención muy noble; sin embargo, es algo que sabíamos que no iba a ser fácil, porque ya es una estructura que está muy... cómo le podríamos decir... hay un estigma, tal vez, de parte de la gente.
“Además, hay una minoría de personas que tienen acaparado este concepto del certamen de belleza. Entonces ha sido un tema de luchar en nuestro primer año, con poco tiempo, con pocos recursos e infraestructura, porque se requiere también infraestructura. Teletica tiene una infraestructura robusta, tiene una producción increíble y superar eso es difícil.
“Ha sido un año bastante movido porque fue muy rápido, no tenemos mucho tiempo, estamos aprendiendo muchas cosas, pero creemos que vamos bien, porque vamos trabajando conforme a la convicción que tenemos con paso firme y convencidos de que el próximo año va a ir mejorando. Yo creo que cualquier comienzo es así”.
—Incluyeron un reality y también aceptaron mujeres con y sin experiencia, ¿qué tan difícil ha sido que la gente acepte esos cambios?
—En esto había dos caminos. El primero era el más fácil, que era seguir haciendo el mismo formato tradicional, ahorrarnos tiempo, ahorrar recursos y talento, porque perfectamente pudimos haber hecho un casting de poquitas mujeres, ser un poco más selectivos y no rompiendo todo ese estereotipo, sino quedándonos con lo tradicional.
“Además hubiese sido más fácil no hacer un reality, no ir a una gira, pero si queríamos demostrar un cambio y, al hacer un cambio, teníamos que correr el riesgo de irnos por el segundo camino, que era arriesgarnos. Yo creo que esto nos está dando una enseñanza bastante grande para el próximo año.
—¿Por qué un reality?
—Yo no sabía mucho del reality, sabía que eso generaba rating, al final esto es un negocio, es un canal, pero la parte mía humana, como mujer y como agente de cambio pensaba: ‘Necesito cuidar a las chicas’, pero cuando comencé a ver el reality y comencé a ver desde el día uno quiénes eran las chicas y lo que son hoy por el reality yo dije: ‘Ya entendí, valió la pena’. Es que estas mujeres no van a ser las mismas de antes, la vida les está cambiando, no importa que no ganen la corona, pero todas van a quedar con algo que les va a funcionar en sus vidas, para sus proyectos futuros.
“Ahí ellas se vieron humanizadas, son mujeres normales, mujeres que a veces no tienen maquillaje o no están bien peinadas, se les ven las imperfecciones y esas cosas que suceden en la vida real”.
—En los certámenes de belleza siempre hay críticas, ¿estaba preparada para afrontarlas?
—Primero, siempre hay que tomar en cuenta quiénes son los que critican, porque hay muchas críticas que son críticas constructivas y que son de personas que realmente aman la belleza, aman el certamen de belleza, aman la tradición y por ese tenemos que tomar en cuenta esas críticas constructivas, porque nosotros no somos los dueños de la verdad, ni sabemos hacerlo todo.
“Pero hay una minoría, y cuando digo minoría, es porque uno se pone a ver los números y son menos las personas que difaman, juzgan, inventan y mienten, alzan calumnias y hacen campañas sucias. Es una minoría que no hace nada, simplemente hace bulla y hace daño y hay que verlo como la minoría que es; entonces eso se hace a un lado y no se toma en cuenta.
“Ese es el manejo que nosotros le estamos dando en este momento, pero claro que como seres humanos nos afecta cuando hay mentiras y calumnias. Sobre todo me afecta a mí, que no estoy acostumbrada a este medio, a este mundo de mentira, de enredos, de chismes y de cuentos, pero hay que saberlo canalizar“.
—Viendo lo que ha pasado hasta ahora con el certamen, ¿le genera ilusión lo que viene?
—Sí, me genera ilusión, porque esto tiene que tener un resultado positivo y yo necesito ver ese resultado positivo, no en la gala, no en las tantas pantallas que vayamos a poner, no en un escenario, no en los vestidos, no en la corona... yo quiero ver el resultado en la reina, en la mujer, en qué es lo que va a hacer, en qué se va a convertir a partir de esto y cómo impactar esa mujer en Costa Rica, qué va a hacer por el pueblo costarricense. Ese es mi objetivo.
—¿Qué opina ahora de los certámenes de belleza?
—Creo que me he empapado mejor de lo que son los certámenes de belleza, he podido conocer bastante de los demás certámenes internacionales, sé mucho más de lo que sabía hace un año y creo que es una puerta muy importante que podríamos usar para hacer un cambio, para levantar todo lo que es la integridad de una mujer más allá de cualquier cosa y creo que puede ser muy lindo.