No hay golpe que pueda con los personajes de Mundo cruel . Son cuentos sobre el prejuicio, el sufrimiento, el dolor y la muerte, pero se leen con una sonrisa en la cara.
El escritor puertorriqueño Luis Negrón (1970) se encuentra en la Feria Internacional del Libro, durante la cual compartirá una charla con el salvadoreño Mauricio Orellana sobre la literatura LGBT.
“Escribo para poder ser esa loquita que resiste”, declara Negrón, quien confiesa escribir sobre las vidas que no puede experimentar. Es un autor que pone el oído en la calle y en la vida íntima; específicamente, en las de Santurce, un barrio de San Juan que reúne, en la pobreza, a los pobladores de los márgenes de la sociedad.
El tema de su literatura es la pobreza, la vida en los márgenes. “Me han acusado de ser homofóbico porque presento el mundo gay muy trágico, muy feo. La gente no quiere eso. Lo que quieren ver es a esos gais asimilados y burgueses, pero no es lo que me interesa”, dice.
“Sí, hay carencias y hay limitaciones, pero la gente sobrevive. La mayoría de la gente en mis libros ni siquiera sabe que es marginada”, confiesa. “Hubo quien dijo que, en mi libro, el mundo ya era gay. Los personajes han aceptado lo que hacen y negocian con las limitaciones que tienen y con su realidad”, dice.
En este mundo gay todo es excesivo y melodramático; a pesar de todo, está repleto de placer. Esa es la resistencia de los personajes de Negrón: “Combatir la violencia con diversión y placer, porque es lo primero que empieza a controlarse”.
Si los gais del libro se desbordan de emoción, es porque así confirman que siguen vivos. El melodrama, género predilecto de Negrón, es una estrategia para afrontar la vida: “El sufrimiento verdadero es más difícil de manejar, o no hay tiempo o a nadie le importa”.
Fuerza. ”A mí me fascina la loquita resistente, la loquita que se atreve a vivir en el mismo barrio, la que no sale huyendo, sino que se queda a vivir ahí”, declara. “Loca”, en el vocabulario de Negrón, es una palabra cargada de dignidad: es una forma de reírse del insulto.
En Mundo cruel , esos personajes son llevados a extremos increíbles e hilarantes. “Son caricaturas, pero caricaturas que humanizan, a pesar de su exageración”, explica. “Como escritor, uno aspira a que los lectores vean esas caricaturas y perciban que, detrás de ellas, hay una vida humana”, considera.
“Estoy seguro de que, en el barrio más marginal de Costa Rica, debe haber una loquita con su salón de belleza y un maridito que lo ve a escondidas, y eso no es muerte. ¡Eso es vida!”, celebra. Allí está la base de su literatura: en las vidas que otros considerarían insoportables e insostenibles.
Dice Negrón que sus personajes advierten que nada puede contra ellos. No hay víctimas en Mundo cruel : hay pasión por vivir.