El mundo llora. Elizabeth Taylor, una de las últimas estrellas de la época dorada de Hollywood y que enamoró al planeta con solo una mirada de sus ojos color violeta, lo abandonó ayer y no volverá.
Ella no quería dejarlo y luchó con fuerza hasta su último respiro, pero su corazón le falló... ese mismo corazón con el que vivió con pasión a lo largo de 79 años.
La actriz falleció en la madrugada de ayer en el Centro Médico Cedars-Sinaí de Los Ángeles, producto de una insuficiencia cardíaca congestiva, según anunció su publicista Sally Morrison.
La acompañaban sus cuatro hijos: Michael Wilding, Christopher Wilding, Liza Todd y María Burton. También le sobreviven diez nietos y cuatro bisnietos.
“Mi madre era una extraordinaria mujer que vivió la vida al máximo, con gran pasión, humor y amor. Todos sabemos que el mundo es un mejor lugar porque mi mamá vivió en él. Su legado nunca perecerá, su espíritu estará siempre con nosotros y su amor vivirá en nuestros corazones”, dijo su hijo Michael Wilding, según la agencia
Estaba internada en esa clínica desde mediados de febrero, pero toda su existencia estuvo marcada por una lucha contra distintos padecimientos y adicciones; males de amor y siempre fue una fiera activista, en especial contra el sida, enfermedad que se llevó a algunos de sus más cercanos amigos.
Además de romper corazones con su inigualable belleza, a la afamada intérprete también le tocó quebrar algunas barreras.
Ella fue la primera mujer en ganar un millón de dólares por película. Esto lo logró en 1963 cuando obtuvo el papel protagónico del filme
Su vida personal, en la que destacan sus ocho matrimonios, amenazó con eclipsar sus logros profesionales. Su lucha contra el alcohol y la adicción de pastillas para dormir y analgésicos la acompañaron por años, e incluso tuvo que internarse para recibir tratamientos que la ayudaran a superarlas.
Su madre fue actriz de teatro y de ahí surgió su pasión por el arte. También estudió ballet y hasta bailó, a los tres años, para la actual reina de Inglaterra, Isabel II.
A principios de la Segunda Guerra Mundial, la familia Taylor decide alejarse del conflicto bélico y se instala en Beverly Hills, cerca de los estudios de Hollywood.
Era inevitable que la bella niña de ojos violeta llegara al cine. Con solo diez años, en 1942, tuvo su primer papel en el filme
Su popularidad creció con las películas de las aventuras de Lassie y se perfiló como estrella en
En 1997 fue operada de un tumor en el cerebro. Valiente como siempre, en 2004 negó tenerle miedo a la muerte, a pesar de haber estado cerca de ella varias veces en su vida. “La gente debe pensar '¡Mi Dios!, ¿aún sigue viva?”, bromeó en esa ocasión, según
En total, tuvo papeles estelares en más de 50 películas, entre las que destacaron
Logró acallar las críticas que la veían más como un símbolo sexual que como una actriz de contenido al ganar dos premios Óscar. El primero por su trabajo en
Sin embargo, para la década de los 70 su carrera en el cine empezó a declinar, en parte forzada por el deterioro de su salud; incluso al final de sus días utilizaba una silla de ruedas para desplazarse.
Su última intervención en la gran pantalla fue en el filme
En los últimos años se concentró en su lucha de más de dos décadas contra el sida, en la que recaudó millones para combatirla. En 2009, hizo una rara aparición pública en el funeral de su entrañable amigo Michael Jackson.
El sitio TMZ reveló ayer que
Vea la grabación del chat sobre Elizabeth Taylor