Santa Ana tiene, además de muy buen clima y cómodos accesos, un lugar para recreación que no muchos conocen: el Centro de Conservación Santa Ana.
Se trata de una finca que fue adquirida allá por 1.869 por Robert Lang, un inmigrante inglés y que, tras la donación que hizo uno de sus descendientes al Gobierno en 1976, ahora es un sitio de recreación y educación que está al alcance del público en general.
Durante muchos años surgieron intentos para construir aquí un zoológico pero ninguno se concretó hasta que en 1994 la propiedad pasó a ser administrada por la Fundación Pro Zoológicos, la misma que tiene a su cargo el Zoológico Simón Bolivar, y desde entonces estos terrenos tomaron el rumbo conservacionista que ahora la caracteriza.
"Queremos mostrarle al público un concepto más global que solo el de exhibir animales. La idea es que el Zoológico Simón Bolivar sea un centro de educación ambiental urbano y el Centro de Conservación Santa Ana, un lugar que preserve el patrimonio histórico y natural", comentó Yolanda Matamorros, directora de ambas instancias.
Esto significa que además de venir a este sitio a ver animales, usted podrá también informarse sobre la producción de árboles nativos, conocer sobre historia costarricense, ver especies en peligro de extinción, aprender sobre problemas ambientales o sencillamente pasar un rato con la familia.
Un vistazo
De los cursos y talleres que se imparten aquí ya les informamos en ediciones anteriores, así que hoy le recomendamos venir a este centro sencillamente a disfrutar de un poco de aire libre.
El Centro de Conservación Santa Ana tiene, pese a su escaso presupuesto, opciones para visitar: una casona de 250 años de antigüedad, un trapiche, patios para el secado del café construidos hace unos 80 años, animales de granja y de colección, un sendero, cancha de futbol y áreas de pic nic.
La Casona, por ejemplo, es un joya arquitectónica unos 250 años de vida que por cierto fue declarada Patrimonio Histórico Nacional.
Fue la primera iglesia del cantón de Santa Ana y está construida con bahareque y calicanto, caña brava y teja, materiales que fueron tomados de la misma finca.
A su alrededor las visitas se encontrarán maquinaria agrícola pesada y herramientas para labrar la tierra que fueron usados en el cultivo de la caña y el café, actividades a las que se dedicó esta hacienda por muchos años.
Hay un trapiche enorme pues el señor Ross se dedicó a la producción de miel y la vendía a la Fábrica Nacional de Licores como materia prima para la elaboración del alcohol.
Igual de grandes son los patios del beneficio que tras 80 años de vida aún siguen ahí y que podrán ser vistos luego de una pequeña caminata.
Si usted es de los que gustan caminar, el sendero Uruca lo llevará por un bosque secundario de aproximadamente 30 años con especies cultivadas (introducidas) y especies nativas de la zona. "Se han sembrado 10.000 árboles nativos, algunos en peligro de extinción", comentó Marcela Solís, relacionista pública del Centro.
¿Y los animales? No pueden faltar...en la granja verá cabras, ovejas, un pavo, gallinas criollas ponedoras, jardineras y japonesas, hay un faisán, patos, y gansos.
Y entre los llamados animales de colección hay unos impresionantes jaguares, saínos o chanchos de monte, venados, tucanes y monos tití.
Y si además de apreciar lo que tiene el Centro quiere tener un día de pic nic en familia, puede hasta asar carne pues hay ranchos con parrilla, agua y luz y sin pago adicional.
Cómo, cuándo, dónde...:
¿Qué? Centro de Conservación Santa Ana.
¿Dónde? Río Oro de Santa Ana, del colegio de Santa Ana, 200 metros al norte y 15 al oeste.
Horario: Todos los días, de 9 a. m. a 4 p. m.
Entrada: De 3 a 7 años ¢700 y de 7 años en adelante ¢900.
Actividades: Se reciben grupos de estudiantes de todos los niveles, con previa cita.
Teléfono: 282-8434 (boletería)/ 256-0012 y 233-6701 (Zoológico)