Un Batman va por una hamburguesa mientras su pareja, una Sailor Moon, termina de guardar sus recientes adquisiciones en los puestos de venta del Cómic-Con. A su lado, un grupo de amigos, vestidos sin atuendo especial, ven que la chica ha dejado caer un llavero.
Le señalan, se acercan e intercambian algunas palabras. ¿Qué estarían conversando? ¿Compartirán aficiones? ¿Debatirán sobre alguna discusión geek que les haya remitido ese llavero caído?
El Cómic-Con Costa Rica, en su primera edición este 7 de mayo, trajo un intercambio de conversaciones sobre lo que significa ser geek. Compartir la afición por la cultura pop es un reto mayúsculo, pues por mucho tiempo ser ñoño no fue visto con los mejores ojos. Pero justamente, el Cómic-Con, recuerda que es cool vivir todas estas aficiones al punto de quedarse conversando con un extraño sobre un simple llavero. Es un festejo a vidas que han compartido pasiones.
Oportunidad única
Desde comienzo de semana, la producción del Cómic-Con anunció el llenazo absoluto que se contemplaba para este sábado, el primer día de fiesta. El viernes se dio el concierto de inauguración a cargo de la Orquesta Filarmónica y el sábado, desde las 9 a. m. , ya había un buen puñado de automóviles parqueados en el Centro de Convenciones de Heredia, donde se pactó el encuentro.
La emoción era mucha y no para menos: desde hace dos años que se espera este festejo. La pandemia provocó que toda actividad se postergara y el Cómic-Con Costa Rica debió rearmarse para llegar hasta este mayo.
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La larga espera convirtió la ansiedad en sonrisas. Aunque las mascarillas fueron el mandato para recorrer el largo Centro de Convenciones, cargado de videojuegos, puestos, firmas de autógrafos y cabinas de fotografías, los ojos de los visitantes cargaron brillantes de emoción.
Las sonrisas quedaron al desnudo a la hora de fotografías. Por ejemplo, en una instalación que simulaba la Batiseñal que convoca al héroe murciélago, cientos de personas removieron sus tapabocas y dejaron en manifiesto la norma del día: sonreír y sonreír.
En sus inevitables desplazamientos de lado a lado del recinto, Óscar Romero, organizador del evento, caminaba con el orgullo de ver a un hijo recién nacido: “Lo logramos”, dice, como si recién anotara un gol. “Las expectativas se superaron y tener a quince mil personas gozando esto es el sueño que tuvimos por mucho tiempo. Hubo que guardar paciencia, pero finalmente lo tenemos”, dice.
En los largos pasillos, los salveques parecían la norma de ingreso para entrar. Como bien sospecharon muchos, la oferta por adquirir libros, pósters y mercadería hizo que muchos tomaran previsiones y trajeran grandes bultos para guardar sus adquisiciones. No es para menos: es la oportunidad para conseguir de todo un poco, sea de Star Wars, Harry Potter, Fortnite, Marvel, etc.
En las filas para adquirir alguno de estos productos, se repetían las preguntas: “¿dónde está Gimli? ¡Ya quiero ver a Gimli!”, refiriéndose a la presencia del actor John Rhys-Davies, quien se encontraba en otra locación ofreciendo firmas y fotos.
Así, los fanáticos se desplazaron de un lado a otro y, en el camino por buscar algún puesto de ventas, quedaban atrapados en algo más: en una cabina de fotos, en una estación de juego o haciendo una de las misiones planteadas. Colores, mil atuendos de Jinx y Deadpool e ilustraciones por doquier marcaron la tónica del día.
Porque, el Cómic-Con Costa Rica, no conoce de espacios muertos; siempre hay algo por hacer, algo por descubrir, probar o jugar. La primera jornada transcurrió cumpliendo el cliché que se espera para este tipo de eventos: la felicidad llegó tal cual se esperaba. En resumen: una victoria más para la cultura geek.
Vea a continuación más imágenes de la primera jornada de la convención, la cual seguirá este domingo 8 de mayo.