Lo primero que hay que decir es que ninguno de los chicos que presentamos en este artículo se siente cómodo denominándose influencer. Ellos tienen reservas con esta palabra que ha sido bastante criticada.
Lo cierto es que, de una u otra manera, ellos influyen a sus miles de seguidores y quizá esa sea una de las razones por las cuales marcas u organizaciones los buscan para que promocionen sus productos o servicios.
En esta oportunidad hablamos de quienes hemos bautizado como “una nueva generación de influencers”. Los cinco jóvenes mencionados han nacido en las redes sociales y la creación de su contenido hace que ganen dinero por ello. Despiertan interés en seguidores fieles y a partir de ello, las marcas les ponen los ojos encima.
En la mayoría de eventos exclusivos que realizan diferentes empresas para promocionar sus novedades, es probable que estén. En las redes sociales estos creadores de contenido no suman centenas de miles de seguidores, (como la mayoría de influencers costarricenses que por lo general cuentan con un pasado o presente en medios de comunicación), pero con los que tienen basta para que empresas de joyería, de alimentos, de moda y hasta entidades como Unicef, confíen en ellos.
Conozca de cerca cómo Kristine Dyer, Karla Avilés, May Alfaro, Celeste León y Juan José Rojas han creado una comunidad virtual, al igual que otros chicos costarricenses, que hoy es parte importante de su vida y de sus finanzas.
Kristine Dyer (krisdyer_)
La voz de Kristine Dyer suena igual cuando habla en sus historias de Instagram que cuando bromea por teléfono. La naturalidad que se percibe en su voz es justamente la que ella quiere transmitir en su cuenta de Instagram. Su objetivo es "ser siempre real” y garantiza honestidad en sus recomendaciones.
Kristine tiene 23 años y suma más de 21.000 seguidores en Instagram.
En su feed (muro en el que aparecen su foto de perfil, biografía y contenidos que comparte) se aprecian imágenes y videos relacionadas con sus viajes, estilo de vida, moda y sus comidas preferidas, entre otros.
En sus historias de esa red social es aún más interactiva con sus seguidores, a quienes les comparte tips de belleza y un poco de sus pasatiempos.
Kristine empezó a aparecer, junto a sus hermanos, hace unos años en los videos de Vine o Instagram que hacía y hace su papá, el músico Kurt Dyer. Quizá por ello muchos la conocieron, pero al parecer, hoy la siguen por ser ella misma.
El perfil de Kristine ha llamado la atención de marcas como Rappi, Almay, Johnny Rockets, Veet, Smirnoff y Women´s Secret, entre otras.
“Esto nunca lo planeé. Creo que las marcas valoran cuando uno le pone cuidado y amor al contenido que genera. Ver que marcas que de verdad te encantan están empezando a confiar en lo que uno hace me ha gustado mucho. Me contactan y me dicen: ‘queremos que sea lo más usted posible. El factor común de lo que me dicen es que les gusta que sea auténtica. Mis recomendaciones son bastante honestas", dice.
Ella no se cataloga como influenciadora, pues dice que la palabra en Costa Rica “tiene cierta connotación negativa”. Eso sí, cree que todas las personas tienen el poder de “influenciar positiva o negativamente.
“En mi caso me gusta verlo como que tengo una plataforma de contenido curado con recomendaciones auténticas donde comparto las cosas que verdaderamente amo”, sentencia.
En su cuenta, esta chica está enfocada en mostrar su vida real. No busca acercarse a la “perfección”.
“Mi contenido es realmente mostrar las cosas que yo amo. Yo no podría decir que soy fashion blogger, ni make up blogger. Creo que se genera más cercanía cuando uno se pone en una posición de ‘no soy experta en esto’. Me gusta enseñar qué me ha funcionado a mí y que aprendamos juntos”, afirma.
Ser una persona seguida en redes sociales le ha permitido además de generar ingresos, la posibilidad de acercarse a una audiencia que le da la confianza de compartir detalles de su vida. Por ejemplo, resalta la buena experiencia de hablar acerca de ir a terapia psicológica.
“Empecé a ir a terapia y he hablado de eso, de lo que me ha beneficiado. Lo último que quiero es aparentar algo que no soy. Es gratificante que la gente se sienta relacionada, que tengan buena respuesta es extremadamente valioso. Me gusta mostrar una vida de equilibrio. Siempre voy a tratar de recomendar cosas que me funcionan y no hablo solo de cosas materiales”, afirma.
Kristine es publicista y sacó doble titulación en diseño gráfico y dirección de arte. Aparte, junto a su mamá manejan el emprendimiento Aroma Flor orgánico, por lo que cuenta con un salario fijo.
El dinero que gana gracias al trabajo que realiza para marcas en Instagram, es ahorrado en su totalidad, dice.
“Me gusta el hecho de no depender completamente de esto porque me ha permitido, no lo digo en mala forma, tener la capacidad de decir: ‘no me gusta esta marca, no quiero trabajar con esta marca’. O esta marca no es afín a lo que quiero transmitir o con lo que yo creo. No vivo 100% de esto, sin embargo, sí me genera”.
¿Por qué trabajar con un perfil como el de Kristine? Cristina De la Espriella, directora de mercadeo de Rappi Costa Rica, dijo que “una marca no solamente se puede basar en buscar celebridades o influencers de gran magnitud. Cuando decidimos que queríamos trabajar con influencers, la estrategia que consideramos fue siempre buscar a las figuras más originales y frescas que encontraramos. Que su voz fuera directa, original y segura de lo que dice. Kris es una chica de la que uno quiere ser amiga. Es educada, es respetuosa, es divertida. Además, es súper familiar y ama lo que hace. Es fácil sentirse cercana a ella y confiar en sus recomendaciones”.
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Karla Avilés (karlaa_aviles)
Karla Avilés tiene 23 años y una vida independiente. Hace poco se graduó como periodista y vive en su propio apartamento, ambos hechos los ha logrado gracias al dinero que gana como generadora de contenido.
El material que produce para redes sociales como Instagram (la siguen más de 56.000 personas ) y Tiktok (cuenta con 165.000 seguidores) le permite vivir 100% de ello.
Las plataformas digitales han sido su boleto a una vida solvente. Antes ha tenido pequeñas participaciones en medios tradicionales como en radio (estuvo en 103 FM) y televisión (fue parte de los chicos que llevaban incidencias a las redes sociales de lo que ocurría en la Dancing with the Stars 6), sin embargo construyó su credibilidad y generó confianza gracias al trabajo que ha realizado en sus redes sociales.
“Gracias al trabajo me gradué de la U y soy independiente. Esto me da libertad de realizar viajes. Me gusta ir a países donde hay creadores de contenido más consolidados. En abril voy a México a la convención de creadores de contenido más grande del mundo (VidCon)”, detalló Karla.
Ella se define como creadora de contenido. El termino influencer está ausente en su vocabulario. Sin embargo, su influencia en las personas que la siguen —en Instagram— hace que marcas como Pozuelo, Taco bell, Almacenes El Rey, Covergirl, Samsung, Levis; y organizaciones como El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) confíen en el trabajo de esta chica.
Gordon Jonathan Lewis, el representante de Unicefen Costa Rica, refirió la razón por la que eligen perfiles como el de Karla para comunicar sus mensajes.
“Unicef reconoce el valor de influenciadores para alentar la participación de adultos y jóvenes e influir en el cambio de opiniones y comportamientos para impulsar resultados positivos en los derechos de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes. Ellas y ellos lo hacen gratuitamente porque son personas que creen profundamente en esta causa. Hemos trabajado con varios influenciadores para llevar los mensajes de la niñez a todas las personas. (…) Los jóvenes influenciadores también son aliados claves de Unicef, ejemplos de ello son Karla Avilés y Fabián Mora quienes están movilizando a las personas adolescentes para que se unan y participen en la plataforma digital U-Report, para que sus opiniones sean tomadas en cuenta en los espacios nacionales y locales de toma de decisión en los temas que afectan a las niñas, niños y adolescentes del país”, dijo el representante de Unicef.
Karla siente que su voz es escuchada por los jóvenes. Sus estadísticas le indican que el rango de edad de sus seguidores en Instagram va, principalmente, de los 18 a los 24 años, e incluso personas menores de esas edades.
“Creo que el mensaje principal es mostrar una vida completamente real. Estamos en temporada en la que ‘todo es perfecto’. Y la gente se siente mal porque quiere “vidas perfectas”. Yo me enfoco en mostrar mi estilo de vida, todo lo más natural posible”, dice la periodista.
En las historias que graba Karla puede aparecer muy arreglada o sin maquillaje. Entre los temas que toca están el de autoestima, cambio climático, contaminación, voluntariado (que ha realizado) y acoso.
Todo siempre enfocado a su público joven.
“Me gusta compartir este tipo de temas. En el caso del voluntariado es para que la gente vea que es algo que nos toca hacer y no cuesta nada”, afirma.
¿Cuánto puede ganar? La respuesta es que todo depende del trabajo que se realice. Ella se reúne con marcas y a partir de allí prepara un presupuesto.
Los precios arrancan en $200 (esto puede costar una serie de historias comunicando un tema).
May Alfaro (maymooncr)
May Alfaro tiene una comunidad en Instagram de 13.000 seguidores. Ella define ese espacio como “pequeño” en comparación a la de mediáticas figuras. Sin embargo, junto a sus seguidores han conseguido una relación en la que ella les da recomendaciones o consejos y recibe lo mismo de ellos.
A finales de 2018, esta relacionista pública empezó a vivir absolutamente de la creación de contenido. Antes lo intentó, no obstante no funcionó y tuvo que trabajar en esto y en una empresa de artistas a la vez.
Hoy May, apoyada por un fotógrafo y especialista en páginas web, se dedica de lleno a un espacio en el que comparte contenidos relacionados con moda, estilo de vida saludable y viajes. Adicional a ello, por su experiencia como productora audiovisual, May comparte en sus historias temas relacionados con cine.
“Básicamente el público al que le llego está entre los 20 y 35 años. Trato de generar contenido relacionado con moda que para mí es pasión. Hace un año tuve problemas de colesterol y me obligué a mejorar mi salud física. Estoy tratando de inspirar o dar tips que me han ayudado a mejorar mi salud”, contó May.
Ella empezó en este trabajo por hobby. Es afín a la moda por herencia de su abuela y siempre modificaba prendas y llamaba la atención de sus amigas. Luego empezó a seguir blogs, creó su propia página web en la que escribía sobre sus diferentes “pasiones”. Poco a poco la fueron invitando a más eventos y las marcas se empezaron a acercar.
Hasta ahora, esta chica, de 28 años, ha trabajado para Pandora, City Mall, Plaza Tempo, Veep, Del Río, Almay, MAC, Revlon y Covergirl, entre otras.
May no tiene problema en decir que muchas veces ella ha tocado puertas de marcas: les ha presentado propuestas y han conseguido trabajar en conjunto.
“Trato de que las marcas con las que trabajo sean marcas con las que me identifique. También me gusta recomendar algo que he usado.
"Por ejemplo me gusta Almay porque es hipoalergénica y libre de crueldad”, destaca.
La premisa de esta creadora de contenido es transmitir mensajes de amor propio y aceptación.
El rango de precios de May inicia en $100. Destaca que cada proyecto es analizado de distinta manera. Toma en cuenta si son marcas que están empezando, pues es su manera de retribuir las veces que ella tuvo apoyo en sus inicios.
“Trato de tener precios fijos, pero con opción de balancear.
"Hoy los stories (historias de Instagram) tienen mayor valor. Hago estudio de esto y utilizo herramientas que me ayuden a valorar cuánto es lo que debería cobrar por los seguidores que tengo”, detalló.
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Celeste León (celesteleonc)
Celeste León siempre ha usado su cuenta de Instagram para compartir fotos de su relación, de los restaurantes que le gusta visitar, de sus outfits y de mascotas. Inicialmente lo hizo para mostrarlo a su familia y amistades. Relata que sin buscarlo, su cuenta empezó a acumular seguidores y hoy suma casi 16.000.
“Es algo que se ha dado paulatinamente y muy natural. No lo planeé. Con el tiempo se convirtió en una plataforma en la que aparentemente las personas se interesaron. He ido a un lugar bonito, me tomo foto con mi outfit y eso le gusta a mis seguidores. La plataforma se fue haciendo más grande. No me considero influenciadora, pero sí me gusta compartir genuinamente lo que me apasiona”, contó.
Celeste tiene 22 años, estudia psicología y trabaja en modelaje. Es hija del cantante Érick León. Cree que quizá ser una cara seguida por miles tiene que ver un poco con que en ocasiones ha aparecido en informaciones de prensa junto a su familia.
“Siento que eso llama la atención de la gente. Ahora que cuento con estos seguidores mi objetivo es ser yo y contar las cosas que me suceden de forma transparente”, dice.
Gracias al interés que ha generado en sus seguidores, Celeste suma varias marcas con las que ha trabajado. Entre ellas destacan Pandora, Parfois, Kai y Felicity Swimwear, entre otras.
También empresas la invitan a eventos o le envían sus productos y en caso de que les guste, se los cuente a sus seguidores.
“No vivo de esto. Tengo distintas facetas. Sí me gusta subir mi contenido pero no es que siempre reciba algo económicamente de eso. Recibo ganancias del modelaje, que es un tema aparte. Mi contenido es algo que me apasiona y lo haré si me genera ganancia o no”, detalló Celeste, quien afirma que es amante de los viajes, de la familia y de un estilo de vida saludable.
Para ella ha sido muy valioso que marcas la busquen para que comunique sus novedades, pues está convencida que se debe a que gusta lo que hace y que se perfila como una persona con credibilidad.
“Aprecio mucho que los acercamientos que he tenido con las tiendas no involucran un cambio en mi forma de ser. O sea me buscan por ser quien soy y esa es una sensación superlinda. Siento que todos los trabajos han dejado una marca en mí porque he conocido personas lindísimas y he crecido ”, agregó.
Juan José Rojas (@Thepreppyboycr)
Juan José Rojas es comunicador y hoy también es embajador de marcas.
Su llegada al mundo de la generación de contenido (mediante el cuál puede influir en sus seguidores) viene desde 2010 cuando empezó a hacer recomendaciones gastronómicas, de sitios para conocer y de diseño de modas.
Empezó a notar cómo las personas se interesaban en sus juicios y dice que orgánicamente fue ganando seguidores.
En su feed comparte temas relacionados con moda y destacan las imágenes de sus viajes. La gastronomía no queda de lado y por lo general ofrece a su audiencia opciones accesibles, cuenta.
“Mi contenido de estilo de vida es bastante accesible. Si hago algún viaje y me preguntan yo les doy mi estrategia para viajar. El contenido es real y orgánico. Me muestro yendo a la oficina en pijama o sin peinar.
"Siento que las publicaciones con todo perfecto es algo antinatural”, comenta Juan José, quien dice que ha encontrado aceptación en mujeres y población LGTBI.
Juan José cuenta con 10.000 seguidores en Instagram y gracias a la conexión generada con su audiencia marcas internacionales y nacionales han confiado en su trabajo.
En la lista están Mastercard, HP, Starbucks, La Roche Posay, Express, Aldo Shoes y Del Río, entre otras.
Por su personalidad, él prefiere crear alianzas permanentes con las marcas más allá de trabajar para muchas de ellas.
“No me gusta ir de marca en marca. Más allá del proyecto que trabajemos me gusta convertirme en embajador y hacer relaciones a largo plazo. Una vez trabajé con una marca de café y luego la competencia me ofreció un proyecto y lo dejé pasar por respeto al trabajo y la búsqueda de vínculos a largo plazo”, destacó.
Juan José no se dedica solamente a la generación de contenido. Aparte de este trabajo, él tiene proyectos paralelos.
No siempre la retribución por su trabajo es monetaria. En ocasiones hay marcas que le dan canje de producto, pues es una posibilidad usual.
Él se caracteriza por ofrecer dentro de su contenido el estilo de storytelling (contar una historia), por lo que hace parte de su vida el producto con el que esté trabajando. Por ello resalta la importancia de vincularse con marcas afines a su vida.
Actualmente Juan José es embajador de Nescafé Dolce Gusto. Se declara amante del café y una forma de mostrar este producto a sus seguidores es contándoles nuevas alternativas para prepararlo.
Carlos Quevedo, gerente de Nescafé Dolce Gusto para Centroamérica, habló de la razón por la que encuentran en Juan José y en su comunidad una figura atractiva para comunicar sus mensajes.
“Creemos en el impacto que genera que un consumidor real y auténtico comparta su experiencia de consumo con otros. Además, en Nestlé, como compañía apoyamos mucho el talento joven y apostamos por las nuevas generaciones de emprendedores.
"A través nuestra marca Nescafé Dolce Gusto apoyamos iniciativas relacionadas al arte y la moda. The Preppy Boy es un creador de contenido ideal para esto, ya que es amante de ambas y un consumidor real de nuestros productos”, detalló Quevedo.
Juan José no cotiza su trabajo por post o historia. Él llega a acuerdos con sus clientes y desarrolla proyectos de varias semanas. El costo va desde los $500.
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¿Qué ven las marcas?
La credibilidad y cercanía con sus audiencias parecen ser cualidades más poderosas que tener miles de miles seguidores. Empresas como Pozuelo se refieren a este tema que cada vez está más presente en estrategias de mercadeo.
Seidy Delgado Lepiz, gerente de Mercadeo Países de Pozuelo, refirió que específicamente en campañas de la marca Chiky buscan este perfil de “influenciadores” por el “gran alcance de personas que tienen en cada acción que realizan en sus redes sociales”.
"Son figuras que no publican nuestros productos de manera comercial, si no a través de sketches, por ejemplo. También este tipo de influencers los buscamos por el rango de edad al que le llegan con sus redes sociales, que en su mayoría son adolescentes; y a su vez es el mismo target de Chiky. Entonces realizar dinámicas con este tipo de personas nos resulta efectivo.
Una marca no solamente se puede basar en buscar celebridades o influencers de gran magnitud, también existen los microinfluencers (a partir de 10.000 seguidores), que ya por su alcance y forma de comunicarse son mucho más efectivos que muchos otros medios", explicó Delgado.
¿Más convincentes? María Fernanda Lencina, directora de contenidos de Upgrade Comunicación, agencia que trabaja con una marca que ha tomado en cuenta para sus campañas a chicas como Celeste León y May Alfaro, refirió por qué confían en perfiles como los de ellas.
“La tendencia actual en el marketing y comunicación digital es generar mensajes creíbles a través de la elección de influenciadores que lleguen al segmento específico que se quiere impactar. Nosotros en Upgrade Comunicación recomendamos, según la marca, el uso de microinfluenciadores para sus campañas, ya que suelen ser más convincentes que un famoso con cientos de miles de seguidores, y generan más y mejor conversación sobre el producto. Su contenido debe ser también de calidad, creativo y orgánico para fortalecer la relación de confianza con sus seguidores”, explicó.
Sus perfiles de Instagram
View this post on InstagramSomos las ruinas de nuestro pasado... Hagamoslas únicas, aclamadas e imponentes 🖤
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View this post on InstagramLos estilos de @coral_bahia me tienen así 😍
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View this post on InstagramSabor: atardecer de enero o también conocido como Smirnoff Screwdriver 🌅🍊#Elmásbuscado @smirnoff.cr
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