Escuchamos sus rugidos a varios cientos de metros; poco a poco nos vamos acercando a él, sabemos que está ahí pero no lo vemos todavía. Hay nervios, pero también algo de entusiasmo. Debemos de tener cuidado porque somos excursionistas en medio del bosque tropical lluvioso de Guanacaste y es muy posible que nos topemos de frente con el impresionante tiranosaurio rex.
¡Lo vimos! Lo tuvimos de frente con sus afilados dientes, sus casi cuatro metros de altura, 13 de largo y 6.000 kilos de peso. Rugiendo fuertemente, diciéndonos a todos que él es el rey de la era jurásica, que manda sobre todos y que es un carnívoro que tiene mucha hambre. Pero tranquilos, salimos ilesos de esta expedición. No corrimos ningún tipo de riesgo y más bien hasta pudimos tomar fotografías y videos del famoso T-rex que habita en el Dinopark del hotel Blue River, ubicado en Liberia.
Resguardados por el imponente volcán Rincón de la Vieja, 27 dinosaurios se esconden en el bosque guanacasteco. No es difícil encontrarlos, nada más hay que seguir un sendero en medio de la vegetación para descubrirlos y de paso en el trayecto disfrutar del delicioso clima de la zona que combina los elementos del Caribe con los característicos de la zona pacífica.
Con la ayuda de un guía especializado del Dinopark nos sentimos protegidos pero, eso sí, teníamos que seguir las instrucciones que en el recorrido nos brindaban varios letreros. “Si los escuchas muy cerca es mejor que corras”. " No te alejes de tu grupo, te pueden comer". “No dejes que te coman, les puedes caer mal”.
Con todas las medidas de seguridad listas, nos dispusimos a conocer de cerca la envolvente historia que hay detrás de estos 27 animatronics con movimiento, sonido y hasta efectos especiales que se encuentran en esta especie de parque jurásico costarricense. Los dinosaurios son gigantes y aunque no todos tienen las medidas verdaderas, se aproximan mucho a la realidad.
Tienen sensores de movimiento así que cuando se acercan los visitantes, los dinos comienzan con su espectáculo. Están ubicados en diferentes puntos dentro del bosque, el recorrido es de aproximadamente un kilómetro y 200 metros y se puede hacer en poco más de una hora.
Durante el camino, el guía del Dinopark explica las características de estos gigantes, de dónde eran, qué comían, cuánto llegaron a medir. También narran otros aspectos de la vida de estos reptiles de gran tamaño como la razón de ser de sus corazas, caparazones, colmillos, cuernos y alas. También cuentan en qué lugares del mundo vivieron. Es toda una experiencia natural combinada con un poco de aventura y aprendizaje.
La variedad de dinosaurios del Dinopark muestran especies de herbívoros, omnívoros y carnívoros. Hay réplicas de eras prehistóricas como, por ejemplo, los periodos cretácico, permico, paleoceno y el eoceno.
En el camino se podrá topar con el impresionante T-rex, pero también otros especímenes como el triceratops que vivió en Estados Unidos y Canadá; el parasaurolophus que se ubicó en Nuevo México, Ontario y Montana; el irritator, que se alimentaba solo de pescados; el pterosaurios que fue uno de los primeros vertebrados conocidos que evolucionaron vuelo; el spinosaurus, que se ubicó en el norte de África y desarrolló una especie de vela sobre su lomo; el amargasaurus, descubierto en el sector de Argentina, y el gastornis, que era un pájaro gigante que no podía volar.
También conocerá el significado de sus nombres. “Rey de los tiranos lagartos”, ¿adivina cuál es? Sí, el T-rex. ¿A qué le suenan ‘lagarto amarga montañas’, ‘toro consumidor de carne’, ‘cara con tres cuernos’ o ‘reptil valiente’? Sus nombres reales los podrá aprender también en el Dinopark.
Pero no solo hay elementos de gran tamaño, también hay una réplica a escala real de tres huevos del tiranosaurio que lo impresionarán por su presencia, una culebra impactante que lo sorprenderá desde un árbol y hasta hermosos insectos reales que habitan en el bosque, como la hormiga bala, de la cual hay que cuidarse mucho por su potente mordida.
Estando en el corazón del bosque y además en las faldas del volcán, no podía faltar el espectáculo natural que envuelve por todos los costados a los visitantes. El follaje tupido, grandes árboles, hermosas flores, uno que otro pájaro, o monos, se pueden apreciar en el Dinopark.
También hay oportunidad de observar la caída de cascadas durante el recorrido y ríos que acompañan al visitante en su caminata.
Con todo esto, la experiencia jurásica es total. No se preocupe, que si sigue los consejos de los guías, podrá salir sin un solo rasguño del parque.
Respeto a la naturaleza
La idea de crear el Dinopark en la propiedad del hotel Blue River fue de su propietario, el israelí Danny Appleboin, quien asegura que la inspiración le llegó de una vieja leyenda que hay en la localidad que dice que en el Rincón de la Vieja hallaron un hueso de dinosaurio.
Enamorado del verdor costarricense, Appleboin compró una propiedad hace más de 15 años y la convirtió en un pequeño paraíso natural, un lugar especial para el descanso y la diversión: el hotel Blue River. Pero sentía que hacía falta algo más y tan soñador y alegre como es, pensó en dinosaurios.
Los robots animatrónicos fueron traídos desde China en barco hace casi tres años. Desde el desembarque en Puntarenas, fueron trasladados con cuidado a la complicada locación del futuro parque natural; no fue fácil, los dinos viajaron primero en furgones, pero al llegar a la finca debieron ser movilizados en carretas con bueyes, a la antigua, porque Appleboin no iba a permitir que el bosque sufriera ningún tipo de daño.
Su pasión por la naturaleza nacional y en ese momento por los dinosaurios lo llevaron a idear que cada animal gigante se ubicara de acuerdo al entorno del bosque, sin tener que lesionar ningún elemento natural. Fueron los mismos trabajadores del hotel los encargados del montaje de los robots y de los sistemas electrónicos.
“Tuve un sueño, una visión de que podía hacer el lugar más hermoso de Costa Rica en donde se encuentren muchas cosas en un solo espacio. Cuando vine como turista visité varios lugares como Quepos y La Fortuna, pero había un problema y es que había que trasladarse para hacer diferentes actividades. Aquí en el Blue River puede hacer muchas cosas sin moverse grandes distancias”, explicó Appleboin.
Disfrute y relajación
El Dinopark es parte del hotel Blue River, que se ubica a 90 minutos del aeropuerto de Liberia. El establecimiento ofrece un paquete de un día para disfrutar no solo de la aventura en el Dinopark, sino también de las instalaciones del hotel que cuentan con piscinas de aguas termales, agua fría, restaurante, spa y cabinas para quedarse a dormir.
Además, en el hotel hay senderos que lo llevarán a diferentes espacios para disfrutar de la naturaleza que rodea al volcán. Hay un mariposario, un ranario, fuente de barro volcánico, observatorio de colibríes, estanques de peces koi y tilapias, lago de aves y jardín de orquídeas. Hay un sauna estilo baño turco y un impresionante sauna natural llamado La Catedral, que está formado por material volcánico.
En el lugar también conviven diferentes animales, así que en una caminata se puede ver a un oso perezoso con su caminar lento por las ramas de los árboles, caballitos y burros miniaturas y gran variedad de aves de corral y voladoras. También ofrecen otros tipos de experiencias de aventura como caminatas por el bosque, cabalgatas, rafting, safari en un camión del ejército, canopy y tubing en el río azul.
La tarifa por el tour de un día es de $55 adultos y $45 niños menores de 12 años. Este paquete incluye la entrada al Dinopark, almuerzo, visita al jardín de mariposas y al ranario, sauna natural, tratamiento de barro y el uso de las piscinas.
Puede reservar y pedir más información a los teléfonos 8817-2872, 8897-7495 y 2290-9070.