“¡Que se escuchen las leonas!”, gritó Jorge Lozano y el anfiteatro entero estalló en gritos y aplausos. Así empezó la conferencia Estado civil: Ingobernable que el mexicano, mejor conocido en redes sociales como El Cucaracho, presentó este viernes 24 de noviembre en el CIC del ANDE, en Belén. Decenas de mujeres –y también muchísimos hombres– se juntaron para escuchar a este charlista, conocido por dar consejos sobre relaciones sentimentales.
Su fama lo ha llevado a varios países a decirle al público femenino, que es el que más le sigue, cómo hacer para tener una vida en pareja sana y con mucha felicidad. Eso sí, los cucarachos (como Lozano se refiere a los hombres traicioneros), no se quedan sin su buena dosis de enseñanzas.
Las carcajadas del público que fue a verlo comprobaron que la combinación de comedia, histrionismo y consejos de vida es una exitosa fórmula. La conferencia se dio entre risas y chistes, pero muchas verdades fueron dichas. A veces hay cosas que es mejor oír en compañía.
Entre vacilón y vacilón, Lozano tocó temas de mucha importancia como el amor propio y la amistad. Entre los tópicos de la noche destacó el sanar el corazón y dejar las tristezas y cadenas que cargamos del pasado.
Para no tener un corazón opaco, El Cucaracho recomendó incluir en el día un “poquito de oración”. “Hay que hablar con Dios de nuestro día, de la familia... sobre todo las solteras”, dijo, y el lugar estalló en risas.
“Hay que decir: ‘Dios, no te pido nada para mí, pero a mi madre mándale un buen yerno’”, agregó.
El segundo consejo fue hacer respiración cuando hay tristeza. Afirmó que rara vez las personas respiramos a consciencia. Además, dijo que hay que tener determinación para que cuando las cosas se pongan mal decir “ni modo, una lloradita y a darle”.
La cuarta reflexión fue sobre sonreír. “Nunca sabes si te está viendo sonreír el amor de tu vida. Entre más soltera, sonríe más temprano”, aseveró.
Jorge Lozano, un cucaracho inspirado en su madre y su abuela
Durante la velada, el mexicano aprovechó para ponerse nostálgico al recordar a su abuelita y a su madre. Contó que decidió dedicarse a hablarles a las mujeres inspirado en ellas, ya que tuvieron que sacar adelante a sus hijos solas.
Su abuelita quedó viuda muy pronto y su madre se divorció, así que ambas fueron jefas de hogar. “Mi madre tenía una gran inteligencia emocional y mi abuela era la ingobernable mayor, se llamaba Pasión”, dijo.
Gracias a la fortaleza de su mamá y su abuela se dio cuenta de que hay que borrar las etiquetas que nosotros mismos y que la sociedad imponemos. Que hay que evitar las voces internas que nos impiden salir adelante.
Para él, esas voces son “La saboteadora”, que es la que habla cuando se está en paz para decirnos que nos metamos en problemas; “La pesimista”, que aunque estemos recibiendo cosas positivas nos dice que todo va a salir mal, y “La insuficiencia”, que afirma que no somos merecedores de algo.
En plena charla, El Cucaracho se fue a hablar con su público para pedirle testimonios de sus vidas. Una mujer habló sobre los 10 años que estuvo en una relación que la hacía infeliz, otra contó que había sufrido infidelidad y la última narró cómo fue ella quien tomó las riendas para dejar atrás a una pareja que no la merecía.
Para el cierre, Lozano apostó por un tema muy importante y que se vio reflejado en el público: la amistad. La mayoría de las personas iba acompañada por sus amigos más cercanos y queridos. El conferencista afirmó que la amistad es una de las relaciones más importantes que debemos de tener en nuestras vidas y que cuando se encuentra a un buen amigo o amiga, hay que valorarlo.
“El ministerio de la presencia es muy valioso. Hay personas que no nos dan consejos, pero están ahí cuando las necesitamos. Es esa gente que deja huellas y está en las buenas, en las malas y que nunca se van”. De inmediato en el público se vieron muchos abrazos de cariño.
Recomendó, además, tener en nuestras vidas a personas honestas, que son héroes y heroínas, a quienes escuchan sin juzgar.
La despedida de El Cucaracho llegó con uno de los consejos más fuertes de la noche. Contó que la única herencia que les dejó su abuela fue un “recetario”, lo que provocó las risas de la gente, pero ese recetario es la Biblia.
“No se trata de religiones o doctrinas. Mi mamá y mi abuela me enseñaron a orar, a doblar rodillas. Pidan, oren”, finalizó.
Así, en medio de muchas carcajadas y una que otra lágrima, Lozano dejó en sus fans ticos una buena dosis de positivismo, de alegría y hasta de fuerza para dejar atrás a los cucarachos (y también cucarachas) que no aportan nada bueno.