El periodista Gerardo Zamora está dispuesto a luchar cada vez que tenga oportunidad y, a su lado, permanecerá incondicional su esposa, Ginnés Rodríguez. Así lo han hecho desde hace dos años cuando al conocido periodista le detectaron un tumor meningioma. Desde entonces, él ha pasado por seis complejas cirugías.
En setiembre del 2021 tuvo una de las más complicadas, esa vez le extirparon su ojo derecho. Gerardo se sobrepuso nuevamente y con sus palabras de fortaleza y positivismo ha inspirado a muchas personas. El jueves 30 de junio tuvo que regresar al quirófano, esta vez para retirarle cuatro nuevos tumores que le aparecieron en la frente, en la ceja y en la nariz.
El periodista salió bien del procedimiento y por ahora se recupera en la serenidad de la casa de su mamá, según contó su esposa Ginnés, presentadora de Informe 11, de Repretel.
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Un tumor “necio”
En palabras de Rodríguez, el tumor con el que ha estado luchando Gerardo es benigno, pero insistente. Afortunadamente no hace metástasis.
La periodista explicó lo que pasó esta vez, en que aparecieron las nuevas masas. Dice que las células del tumor que no se lograron retirar a través de la cirugía o radioterapia, permanecen y se convierten en un tumor potencial.
“Esas células quedaron como semillas. Crecieron cuatro tumorcitos más. Esta vez estaban más expuestos en la parte de cara: dos en la frente, uno en la nariz y otro en la ceja. Siempre en el lado derecho. Estos no rozaban ningún órgano importante.
“La otra vez tomaron el ojo derecho y también estaban rozando el cerebro”, detalló.
En una resonancia magnética reciente, los Zamora Rodríguez celebraron como si se tratara de un milagro que los tumores cercanos al cerebro de Gerardo desaparecieron. Pese a ser benignos, esas masas sí podían afectar ese órgano.
“El tema es que es un tumor necio. Los que rodeaban el cerebro ya no estaban en mayo. Los doctores tuvieron expresiones casi que de milagro. Dijeron que era extraordinario el resultado. Ellos esperaban dejar quedititos esos que estaban cerca del cerebro, sin embargo las imágenes revelaron que se redujeron o no estaban en la resonancia magnética. Eso nos permitió respirar con mucha tranquilidad. Porque si esos empujaban el cerebro o si se acercaban a una arteria era peligroso”.
En esa misma resonancia vieron “los cuatro bultitos nuevos apareciendo”.
“Estos había que quitarlos porque crecen tan rápido que empiezan a generar molestias. Si no se hace cirugía está el riesgo de que se extiendan. Entre más pequeños estén es más fácil poder controlarlos”, dijo Ginnés.
Gerardo ya ha pasado por seis operaciones, su esposa dice que en promedio van siendo dos por año. Como cualquier ser humano, Ginnés y Gerardo quisieran que el tiempo de prueba tuviera su capítulo de cierre, y que esta última cirugía fuera de verdad la última, pero entienden que no siempre puede ser así, por ello, mantienen la voluntad de pelear contra lo que se presente.
“Cada operación es para que él esté mejor, para que no tenga dolores, para que siga siendo productivo en esta vida. Quisiéramos un capítulo de cierre, pero por el momento no viene, no lo conocemos, seguimos celebrando las oportunidades de seguir peleando para que él tenga calidad de vida.
“Hemos aprendido a ver esta situación como a una compañera que tal vez tengamos que integrar en nuestras vidas, ojalá no con cirugías, pero sí seguro con controles, tratamientos alternativos, resonancias y ese tipo de elementos que hacen que este proceso se vuelva un compañero permanente dentro de nuestros temas de conversación”.
En este momento, Zamora se encuentra con medicamentos un poco más fuertes y permanece descansando, sin embargo, luego de salir de la cirugía mostró ese optimismo que ha demostrado durante todo su proceso.
“Dentro de todo esto, una de las partes que dan propósito es que a Gerardo le gusta esto de servir a los demás con algo que le sale muy natural, que es su positivismo.
“A él lo llaman para dar entrevistas, que van desde una asociación de desarrollo comunal para charlas de motivación y hasta pastorales juveniles. La gente lo agradece. A veces piensan que Gerardo es el que necesita más apoyo y él termina dándonos apoyo”, agregó.
Fortaleza
Hay días buenos y también otros malos para Gerardo y su compañera, quien no lo ha soltado durante el proceso. Ella cuenta que ha sido complicado ver a su esposo, conocido por ser muy activo, con dificultades para levantarse debido a los dolores. En los tiempos complicados siempre llega un abrazo, una palabra o un apoyo inesperado.
“Yo le hago berrinches a Dios. Le digo: o nos ayuda o vea a ver qué hace, porque solitos no podemos. Le pedimos ayuda y aparece alguien que nos da un contacto médico (...). Somos humanos con días buenos y malos. Siempre encontramos esa fortaleza en Dios a través de personas que nos rodean, de oraciones y así podemos seguir avanzando. Todo va a estar bien”.
Por ahora, Gerardo y Ginnés permanecen positivos, creyendo en Dios y en un milagro, pero si no llega eso que piden están preparados para continuar con la batalla.
“Desde la primera cirugía anhelamos que fuera el cierre para continuar, pero no ha sido así, confiamos en que Dios tiene un propósito y que él sabrá cómo acomodar las fichas. No nos ha dejado solos.
“Seguimos esta lucha contra el tumor necio, nos sentimos bien equipados con la red de apoyo que tenemos. No dejamos de sentir a Dios, ni dejan de aparecer los ángeles que nos dan abrazos o nos conducen al medicamento que él necesita para sentirse mejor. Estamos satisfechos, mientras no nos dejen solos, seguimos en este camino”.
Los tumores que salieron en el rostro de Gerardo tenían la apariencia de chichotas, por lo que fue sencillo removerlos. Por ahora, él continuará en control médico.