Naturaleza, arte, relajamiento, paz y tranquilidad, todo en un solo día. ¿Dónde? El Valle de Orosi, en Cartago, tiene esto y más. Es el lugar perfecto para escaparse un buen rato del estrés diario.
La idea de viajar a Orosi nació no solo por la necesidad de descubrir el lugar y hablar sobre sus destinos turísticos, sino porque era obligatorio hacer una parada del trajín diario del trabajo, de las interminables presas de la capital, del corre corre por cumplir con horarios y responsabilidades. Al final de cuentas fue una muy buena idea.
Durante un día completo, un equipo de Viva salió de la redacción para descubrir y sorprenderse. A eso de las 10 de la mañana comenzó un recorrido que se extendería hasta casi las 5 de la tarde con un final perfecto: una taza de café en medio del bosque.
El jardín
La primera parada de este viaje nos llevó al Jardín Botánico Lankester. Este es un centro de investigación de la Universidad de Costa Rica, donde además de estudios científicos sobre la flora costarricense y de otros lugares, es especial para apreciar diferentes especies de plantas como orquídeas, cactus, suculentas, helechos, zingiberales y bromelias.
En medio de la belleza de flores y árboles, nos llamó especial atención el jardín japonés. Atravesar el arco de la entrada y descubrir al fondo dos hermosas cabañas rústicas al estilo japonés fue como ingresar en un mundo aparte.
En medio de las cabañas, un estanque con peces koi resguardado por una plantación de bambú, da esa sensación de paz y de tranquilidad que tanto buscábamos. Debajo de las flores de loto en el pequeño lago, ver a los peces nadar libres e intensos, también contribuyó con el ambiente de tranquilidad.
El jardín mide 11 hectáreas y cuenta con un sendero de un kilómetro de extensión que lleva a los visitantes a todos los espacios del lugar. Ese sendero es apto para personas con alguna condición especial, está pavimentado y no tiene elevaciones. El recorrido se puede hacer en aproximadamente una hora caminando, pero a lo largo de los jardines hay espacios para descansar y hasta para hacer picnic; también se pueden ver animales pequeños, aves y mariposas.
El Lankester está abierto todos los días del año, incluso feriados y fines de semana, el horario es de 8:30 a. m. a 4:30 p. m.. Las entradas valen ¢2.500 (adultos) y ¢1.500 (niños, estudiantes y adultos mayores).
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Dos miradores
Después de estar muy de cerca de la belleza de las flores y plantas en el Lankester, buscamos un paisaje más amplio, queríamos que ante nuestros ojos se mostrara lo imponente de la naturaleza y vaya que encontramos los dos lugares más apropiados para ello.
En el Valle de Orosi y a poca distancia uno del otro se encuentran dos miradores. Sí, dos. El primero que visitamos fue el de Orosi, desde la altura de la montaña (con un acceso muy apropiado para cualquier persona), apreciamos el pueblo de Orosi: se ve la iglesia, al fondo el Parque Nacional Tapantí, el río Perlas y parte de la represa de Cachí.
Sentados al pie de la montaña, recibiendo el sol de media mañana y una brisa refrescante, estuvimos cerca de media hora disfrutando de una vista espectacular. En el mirador, que es administrado por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), hay juegos infantiles y ranchitos con sillas y mesas para hacer parrilladas.
Pasamos al Mirador Ujarrás, también bajo la tutela del ICT, que cuenta con ranchitos y juegos para niños. Desde ahí, que es un espacio más pequeño que el anterior, se ve Ujarrás, las ruinas de la iglesia, la represa, los chayotales y también la catarata conocida como El salto de la novia.
Ambos lugares tienen horario de 8 a. m. a 4:30 p. m. y la entrada es gratuita.
Llegada la hora del almuerzo, buscamos un lugar con comida típica que estuviera cerca de los miradores. En el trayecto hay varias opciones de sodas y restaurantes con platos como el tradicional casado hasta un menú mucho más sofisticado de carnes especiales.
Ruinas, represa y La casa del soñador
Por supuesto que en el recorrido no podía faltar la visita a las Ruinas de Ujarrás. Este destino es infaltable para quienes vayan a la localidad cartaginesa porque además de ser Patrimonio Cultural, también es un espacio tranquilo para pasar un buen rato.
Es una especie de parque cuyo eje central son las ruinas, allí hay información del cómo y el por qué se construyó la iglesia entre los años 1561 y 1569. También hay espacios para descansar, mesas, juegos para los chicos y se puede ingresar en las ruinas para conocerlas más a fondo. La entrada es gratis y el horario es de 8 a 4:30 p. m.
Siguiendo con el camino, otro lugar en el que hay que detenerse para conocer es la represa de Cachí. Desde el puente se puede ver la impresionante construcción, si va en carro puede parquear a un lado de la calle, eso sí, con mucho cuidado.
También, si desea tener una vista más amplia, puede pasar el puente y en la primera entrada a mano izquierda se llega a una especie de mirador donde se aprecia la totalidad de la estructura.
Después de la represa, a un kilómetro más o menos, nos topamos con una casona hecha de madera que nos llamó mucho la atención. Está ubicada sobre la calle principal en dirección al noreste, se trata de La casa del soñador, un pequeño espacio de artesanías donde el artista Macedonio Quesada tenía su taller.
Allí su hijo Miguel Quesada conserva la tradición que le enseñó su papá (quien fue Premio Nacional de Cultura en 1994) de tallar en madera de café esculturas bajo el arte del primitivismo. Miguel lo atenderá, le contará la historia de su padre y el legado que dejó para el arte costarricense, además podrá adquirir una de las hermosas esculturas talladas a mano.
Iglesia de Orosi, museo y aguas termales
La última parte del viaje nos llevó hacia el centro de Orosi, justamente a su iglesia colonial. Lamentablemente estaba cerrada y no pudimos apreciar su belleza desde dentro.
Solo los lunes no abren la iglesia al público y tampoco el museo de arte religioso, pero los demás días de la semana el horario es de 8 a 12 m. y de 1 a 5 p. m. En el museo, que fue un convento de padres franciscanos hay artículos religiosos que datan del siglo XVII, así como pinturas y objetos relacionados con la historia de la religión católica de Costa Rica.
Para cerrar el día, con un buen café, como comentamos al principio, fuimos a visitar el hotel Río Perlas que tiene varias piscinas de aguas termales... sí, termales en Orosi.
Ubicado a dos kilómetros al oeste de puente negro, en Orosi, el hotel cuenta con habitaciones, restaurante, spa y además un sendero de 12 kilómetros que recorre los alrededores del hotel que colinda con el Parque Nacional Tapantí, así que en el trayecto podrá observar flora y fauna representativa del lugar.
Las aguas termales corresponden a las venas del volcán Irazú, así que en las diferentes piscinas encontrará distintas temperaturas para su elección. El hotel ofrece el servicio de pase de un día a un precio de ¢12.000 que incluye alimentación y uso de las instalaciones.
Fue ahí, donde terminó nuestro recorrido en un ambiente de paz y tranquilidad rodeados por la exuberante vegetación del bosque tropical. Descubrir Orosi en un día fue gratificante, asequible y de fácil acceso, este es un paseo muy recomendado para hacer esta Semana Santa. Ojalá que lo disfruten.
Llegar en bus
Si va a realizar este paseo en transporte público debe tomar el autobús de San José a Cartago, de la empresa Lumaca.
La terminal se ubica a 300 metros al sur de las oficinas de la Caja Costarricense del Seguro Social, en San José centro, el precio del pasaje es de ¢625, ya en Cartago debe de bajarse en la iglesia de los Padres Capuchinos.
Si se dirige a Orosi, la parada se encuentra 150 metros al norte de la iglesia de los Capuchinos, el pasaje vale ¢525.
Si va a Ujarrás, el bus sale 150 metros al norte del costado sur de la iglesia de los Padres Capuchinos. El valor del pasaje es de ¢635.
Para todas las líneas, habrá servicio durante toda la Semana Santa.