Con una función ayer al mediodía que hizo las delicias de los niños, inició sus presentaciones en la plaza González Víquez, en la capital, el "Espectáculo de delfines y focas de Acapulco", que se mantendrá aquí por una temporada de seis a ocho semanas.
Las funciones son a las 6 p.m. y 8 p.m., de lunes a viernes, y a las 12 mediodía, 4 p.m., 6 p.m. y 8 p.m., los sábados y domingos. Los niños pagan ¢600 y los adultos, ¢1.000; el palco cuesta ¢2.000 tanto para adultos como para menores.
Fabricio Athié, funcionario de Convimar, empresa dueña del show, aseguró que parte de lo recaudado se dedicará a la construcción de un estadio en plaza González Víquez.
Según parece, el Comité Cantonal de Deportes piensa darle otro uso a la cancha infantil de futbol, utilizada parcialmente para construir la piscina que emplean los delfines y leones marinos en el espectáculo.
"No es ningún problema rellenar el hueco de la piscina para cuando terminen todas las funciones previstas; lo que sucede es que el Comité Cantonal de Deportes piensa darle (a la cancha) un uso distinto al que tenía", afirmó Jorge Espinoza, de Convimar.
Cuando se le preguntó acerca de las medidas de seguridad, Athié aseguró que se han cumplido todas las exigencias de la Comisión Nacional de Emergencia (CNE).
"Tenemos dos salidas de emergencia, cuatro servicios sanitarios, zonas de seguridad y protección para la parte alta de las graderías", explicó el representante.
La Nación comprobó que esa medida protectora se cumple solo en dos de los sectores, y parcialmente, pues en dos de las graderías se colocaron cuerdas, en vez de la red pedida por la CNE, y la otra carece de ella.
"Nos pareció que con las cuerdas era suficiente", aseguró Athié.
Convimar es una empresa dedicada desde hace 14 años a este tipo de shows. Junto a ella, una fundación, Oceanis, se dedica a la investigación y la "delfinoterapia", que consiste en el tratamiento de niños autistas con la ayuda de estos mamíferos marinos.