La esposa del príncipe Enrique, Meghan, considera que la monarquía la dejó “indefensa” y le “prohibió defenderse” cuando, durante su embarazo, fue atacada por los diarios británicos, según documentos legales citados este jueves por la prensa.
Esos documentos fueron presentados a la Alta Corte de Londres en el marco de la querella de Meghan Markle, 38 años, contra Associated Newspapers, la sociedad que edita el diario Daily Mail y su versión dominical Masil on Sunday.
La esposa del príncipe Enrique acusa al diario de violación de la vida privada al publicar extractos de una carta dirigida a su padre Thoms Markle, en agosto de 2018.
Meghan Markle lo acusa además de "actuar deshonestamente" al modificar la carta, una acusación que el tribunal desestimó a principios de mayo.
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Los documentos, citados por la BBC y la agencia de prensa Press Association, hacen referencia a una entrevista, bajo el anonimato, que cinco amigos de Meghan Markle dieron al semanario estadounidense People en febrero del 2019 y donde denunciaban los ataques contra ella. Un artículo en el que Meghan no estaba implicada, según esos documentos.
Meghan Markle "se convirtió en objeto de un gran número de artículos falsos y perjudiciales en los tabloides británicos, particularmente el acusado, que le causaron una inmensa angustia emocional y alteraron su salud mental", afirman.
"Sus amigos nunca la habían visto así antes, y se preocupaban con razón por su bienestar, particularmente por estaba embarazada, dejado sin defensa por la institución y con la prohibición de defenderse ella misma", agregan.
Los documentos indican también que el casamiento muy mediático en mayo del 2018 de Meghan con el príncipe Enrique, de 35 años y nieto de la reina Isabel II, generó más de mil millones de libras de ganancias.
Esta demanda constituye una acción judicial a la del príncipe Enrique, sexto en la orden de sucesión al trono británico, contra otros grupos de prensa a los que acusa de haber interceptado mensajes de audio privados.
Actualmente, instalado en California junto a su esposa, el príncipe denunció varias veces la presión despiadada de los medios sobre la pareja. Esto fue la razón principal de su decisión de abandonar sus funciones como miembros de la realeza británica, anunciada en enero y efectiva desde principios de abril.