El galardonado actor canadiense, Michael J. Fox, no siempre tuvo el reconocimiento y el dinero del que hoy goza. De hecho, su pobreza lo hizo pasar por situaciones complicadas en las que incluso tuvo que ensuciarse entre los desechos para conseguir alimento.
“Estaba viviendo en los márgenes. Tenía 18 años, sin dinero, sin conexiones, literalmente buceando en la basura en busca de comida”, dijo el actor a Variety en un perfil publicado el jueves. La revista también ahondó en el parkinson con el que tuvo que aprender a lidiar.
“Es una enfermedad de mierda”, dijo Fox al mismo medio. “No quería pensar en eso. No quería lidiar con eso. No encajaba en mi historia”, agregó.
Criado en Vancouver por su padre William, un exsargento del ejército convertido en despachador de policía, y su madre Phyllis, empleada de nómina, siendo apenas un adolescente el actor participó en obras de teatro escolares y se dio cuenta de que tenía “más talento que mucha gente”, por lo que abandonó la escuela secundaria y se mudó a Los Ángeles para dedicarse a la actuación.
En 1982 Fox consiguió el papel que definió su carrera en Family Ties y rápidamente se convirtió en la estrella emergente de la comedia de NBC. Así fue como consiguió el papel en el éxito de taquilla de 1985 Volver al futuro y sus dos secuelas.
Su carrera iba en ascenso, pero en 1991, a los 29 años, fue diagnosticado con Parkinson y los médicos le dieron 10 años más para trabajar.
De acuerdo con Page Six, Fox hizo todo lo posible para mantener en secreto el empeoramiento de los síntomas físicos, incluidos temblores, problemas de equilibrio y problemas de coordinación, hasta que hizo pública su enfermedad en 1998. A pesar de la predicción de los doctores, su carrera como actor continuó floreciendo, hasta que anunció su retiro en el 2020.
Hoy, Fox tiene 61 años y, con una constancia envidiable, abrió su historia profesional y también su vida privada en Still: Una película sobre Michael J. Fox, el documental se estrenó este 12 de mayo en Apple TV+.
Still: Una película sobre Michael J. Fox
Dirigido por Davis Guggenheim, el film muestra el ascenso, caída y lucha del astro desde la realidad cotidiana; por momentos divertida, por momentos descarnada. Still: Una película sobre Michael J. Fox —que incorpora elementos documentales, de archivo y guionizados— relata la extraordinaria historia de Fox con sus propias palabras: la historia improbable de un niño pequeño de una base del ejército canadiense que alcanzó las alturas del estrellato en la década de 1980 en Hollywood.
“Íntima, honesta y producida con un acceso sin precedentes a Fox y su familia, la película narra los triunfos y tribulaciones personales y profesionales de Fox y explora lo que sucede cuando un optimista incurable se enfrenta a una enfermedad incurable. Con una mezcla de aventura y romance, comedia y drama, ver la película se siente como... bueno, como una película de Michael J. Fox”, destacó Apple TV+ en un comunicado.
LEA MÁS: Michael J. Fox sobre su Parkinson: ‘Sé que no voy a llegar a los 80 años’
‘Un nuevo comienzo’
Cuesta ver al actor caerse en plena calle por no poder mantener el equilibrio, la dificultad repentina que lo lleva a no poder terminar una frase, o las permanentes sesiones de rehabilitación para recuperar un mínimo control de su cuerpo. Pero junto con ello está el optimismo, el mensaje de que siempre hay que seguir adelante, el activismo para que se avance en la lucha contra la enfermedad.
El contraste entre el éxito, y la angustia de una condición que solo sabían sus afectos más cercanos marcó al actor en sus horas más felices, donde no se trataba solamente de disfrutar los aplausos sino de encontrar la mejor manera de disimular, ante las luces del set o los flashes de los paparazzis, que su cuerpo temblaba descontrolado.
Pero Still: una película sobre Michael J. Fox no es solamente un manifiesto en favor de la vida ante el avance de lo inevitable, sino una celebración de la meteórica carrera del intérprete, merced a un trabajo de archivo y edición impecables que no solo recogen imágenes inéditas y otras bastante conocidas de sus trabajos actorales, sino que las resignifican en función de las palabras del actor. Como si él se hubiese interpretado toda la vida a sí mismo; o mejor, como si no hubiera hoy en los recuerdos de Fox una distinción entre realidad y fantasía.
Sensible, conmovedora, inteligente, con una enorme carga emocional por personaje e historia, Still: una película sobre Michael J. Fox es una propuesta que evita el morbo pero sigue el pulso de su protagonista. Que sufre, que se angustia, que se burla de sí mismo mientras se muestra carente y vulnerable, que sigue adelante a pesar del evidente deterioro físico que lo condiciona cada vez más. “Muchos creyeron que mi enfermedad era el final, pero para mí fue un nuevo comienzo”, dijo Fox. ¿Por qué no creerle?