Uno de los crímenes más mediáticos en Estados Unidos ocurrió en 1989, cuando dos hermanos ingresaron a su hogar en Beverly Hills, Los Ángeles, y asesinaron a sus padres. Lyle y Erik Menéndez lograron ocultar durante dos meses los homicidios, hasta que la verdad salió a la luz.
Su escalofriante historia se narra en Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, la nueva temporada de la popular serie de Netflix.
Los nueve episodios de esta serie, creada por Ryan Murphy como secuela de Dahmer, relatan cómo los hermanos orquestaron el crimen contra sus padres, José y Kitty Menéndez. Durante el juicio, alegaron que buscaban escapar del maltrato que habían sufrido desde pequeños; sin embargo, el argumento de los fiscales señalaba su pretensión de quedarse con la fortuna familiar.
¿Por qué los hermanos Menéndez asesinaron a sus padres?
Para comprender el crimen de los hermanos Menéndez, es necesario retroceder en el tiempo. Su padre, José Menéndez, era un exitoso empresario en la industria del entretenimiento. Nació en Cuba y emigró a Estados Unidos a los 16 años, poco después de que Fidel Castro asumiera el poder.
Al llegar al país norteamericano, José Menéndez se casó con su novia Mary Louise “Kitty” Andersen, a quien había conocido en la universidad. Muy pronto tuvieron dos hijos y se establecieron en Los Ángeles. Gracias al éxito comercial de José, la familia disfrutó de una vida de lujo: su casa tenía un valor millonario, Erik era un tenista profesional a nivel nacional y Lyle asistió a la Universidad de Princeton, aunque después fue suspendido.
Sin embargo, durante el juicio, los hermanos revelaron que su padre los maltrataba desde pequeños y que su madre, Kitty, estaba al tanto de la situación. “El acusado (Lyle) lloró casi desde el principio, mientras contaba la historia de un niño asustado que sufría presiones aterradoras por parte de un padre cruel y exigente, y expresiones de odio de parte de su madre”, se lee en un informe de The New York Times sobre el juicio.
Cuando Lyle y Erik tenían 21 y 18 años, respectivamente, planificaron el asesinato de sus padres. El 20 de agosto de 1989, mientras la pareja veía televisión en la sala del hogar, les dispararon con escopetas a quemarropa: Kitty recibió 10 impactos de bala y José seis. Después de cometer el crimen, los hermanos se dirigieron al cine local para ver una película y utilizarlo como coartada.
Dos horas después del asesinato, Lyle llamó a la línea de emergencias y afirmó que alguien había disparado a sus padres. Los hermanos sostuvieron que se trataba de un crimen de la mafia, ya que su padre era un exitoso empresario con varios enemigos, y esto evitó que fueran vistos como sospechosos en el caso. No obstante, en los días siguientes, las personas a su alrededor empezaron a notar comportamientos extraños en los hermanos, como el gasto de grandes sumas de dinero sin motivo aparente.
El curso de la investigación dio un giro el 31 de octubre de 1989, cuando Lyle visitó a su terapeuta, L. Jerome Ozie. Durante la sesión, le confesó que tanto él como su hermano habían sido los autores del crimen. El psicólogo contactó de inmediato a Judalon Smyth, una mujer con quien mantenía una relación extramatrimonial, para que se presentara en su oficina y actuara como testigo. Esa misma noche, Erik llegó al consultorio y Judalon escuchó las confesiones. Meses después, el testimonio de Judalon sería clave para el arresto de los hermanos.
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¿Dónde están los hermanos Menéndez ahora?
El primer juicio contra Lyle y Erik Menéndez comenzó en 1993. En ese entonces, los hermanos testificaron que habían matado a sus padres por temor a perder sus propias vidas. Alegaron que habían sido víctimas de abuso sexual, emocional y físico desde su infancia, e incluso sus primos, Andy Cano y Diane Vander Molen, testificaron que conocían sobre el abuso.
Este juicio fue televisado y concluyó en 1994 sin un veredicto, ya que los jurados no lograron llegar a un acuerdo. Se ordenó un segundo juicio que comenzó en 1995 y terminó en marzo de 1996, cuando un juez dictó que cada hermano era culpable de dos cargos de asesinato en primer grado y conspiración para cometer el crimen. Ambos fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
En el 2018, los hermanos se reencontraron por primera vez en décadas tras su condena. Según informó CNN, en ese momento el Departamento Correccional y Rehabilitación de California autorizó la transferencia de Lyle Menéndez al Centro Correccional Richard J. Donovan, donde se encontraba su hermano, y fueron alojados en la misma unidad de vivienda.
A lo largo de los años, el caso de los Menéndez no ha parado de ser centro de discusión, pues han resurgido nuevas pruebas en el caso, como cartas de Erik donde detalla el abuso sexual que su padre lo obligaba a realizar. En mayo del 2023, debido a las nuevas pruebas, el abogado de los hermanos, Cliff Gardner interpuso un habeas corpus para que se anulara la condena.
En la serie de Netflix, Nicholas Chavez interpreta a Lyle Menéndez, Cooper Koch a Erik Menéndez, Javier Bardem al padre José Menéndez y Chloe Sevigny a la madre, Kitty.
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