Un ambientazo. Eso fue lo que se vivió ayer en la versión criolla de la vieja tradición alemana, el Oktoberfest, que con esta edición suma tres de celebrarse oficialmente por estos lares.
Unos fueron para desafiar su paladar probando diferentes clases de cerveza, otros para escuchar buena música sosteniendo una jarra.
También hubo quienes solo querían pasar un buen rato entre amigos o en pareja. En fin, cualquier excusa era válida para validar la usanza germana, y en vez de decir ein Prosit (un brindis), los ticos dijeron: ¡salud!
La tercera edición del Oktober Beer Fest Costa Rica vivió ayer el primero de dos días de fiesta, en el Centro Kölbi del Parque Viva en La Guácima.
Cientos de personas (la producción no tenía el dato de cuánta gente ingresó) acudieron al llamado de “la birra”, ya fuera comercial o artesanal, en un evento que resaltó por el orden y el buen comportamiento del público.
No era para menos si cada entrada valía ¢12.000 en general y ¢17.000 VIP (en reventa estaban ¢3.000 más caras).
La banda de rock Las Tortugas, autoproclamada la representante del rock geriátrico en el país, complació a fans y ajenos durante hora y media y lo cierto es que el suyo fue un gran aporte para propiciar el ambientazo que se vivió durante toda la jornada. Ellos abrieron la celebración en la amplia zona de degustación bajo techo, seguidos a las 4 p. m. por Alphabetics.
Mientras unos escuchaban a las bandas, otros prefirieron ir al grano: ¡beber cerveza!
Andrés Moreno, un colombiano investigador de mercados y radicado en el país, se fue con dos amigos a la actividad.
“Estoy tomando una cerveza artesanal marca 101. El evento está muy bien organizado. Llegué y no esperaba tanta gente. Los precios son bastante accesibles y no he visto pleitos. La gente es muy educada”, comentó.
Ante la pregunta del millón, ¿cómo se devuelven a sus casas? Moreno no tuvo problema en responder: “Tenemos una persona que nos viene a recoger a la salida”, dijo.
Otro método para regresar sano y salvo a casa utilizó Balbino Chacón, vecino de Cartago, quien acudió con dos amigos también de la Vieja Metrópoli.
“Nos vamos en el bus que ponía la organización. Así que aquí morimos”, dijo con total confianza el brumoso.
“Ya probé varias artesanales como La segua y ahorita estoy tomando La descarada , ¡es un viaje! Hasta el momento todo me ha gustado. ¡Yo me quedo hasta que cierren!”, agregó con esa contentera que solo se desborda cuando las burbujas ambarinas empiezan a relajar los hombros.
Y es que el lugar contaba con 40 stands entre puestos de cerveza comercial, artesanal, venta de comidas (principalmente de la típica salchicha alemana) y accesorios alusivos a la feria.
El punto más fuerte de reunión ayer, aparte de la tarima de conciertos, fueron los puestos de las micro-cerveceras artesanales, ubicado en el corazón de la feria.
Ignacio Castro, gerente de producción de la firma 35 fábrica de cervezas, relató que se colocaron 10 microempresas en el área llamada Zona artesanal para promocionar su producto, y se mostró sorprendido por la buena recepción del público.
“La idea es presentarnos ofreciendo todos los estilos y variedad que tienen las cervecerías artesanales. No somos Coors light ni Imperial, pero unidos nos damos a conocer. Son 40 diferentes tipos de cervezas. Nos ha ido de maravilla, las bebidas artesanales son pocas las que están embotellando y vendiendo en supermercados. Hay mucha gente que nos conoce aquí”, señaló Castro.
Además de su marca están Artisan, Beéche, Tierra Fértil, La Bruja, Costa Rica Meady, Caldero, Clan Cinco Patas, 101 y otras.
Entre las bebidas más solicitadas destaca La Tumbacalzones , de color rosado, elaborada de una con flor de jamaica, miel orgánica y levadura de champaña.
También llamaron la atención La majadera , La pelona , Maldita vida , Mercenario , Caribeño , El nicoyano , y otras más.
Para los que gustan saborear de productos 100 % alemanes, también podrán encontrar cervezas del país teutón, como la Becks, Erdinger, Paulaner Brevery y Bit Burger.
Horas más tarde, a las 6 p. m. en tarima se presentaron Kurt Dyer, y a eso de las 9 p. m. Cocofunka.