Un deporte novedoso y lleno de adrenalina está abriéndose campo en el gusto de los jóvenes costarricenses. Se trata del parkour , una mezcla entre arte, astucia y agilidad, que se complementa con la destreza física y mental.
Tal vez usted haya visto en algún lugar del país a un grupo de jóvenes reunidos brincando sobre muros, haciendo saltos mortales, caminando de manos o subiendo paredes; estos son traceurs o practicantes del parkour , una disciplina basada en un entrenamiento militar combinado con una filosofía de vida cuyo lema es “ser y durar”.
“Se trabaja fuerza general, se necesita flexibilidad y coordinación. Es una relación con las habilidades físicas y mentales como el valor y el esfuerzo”, comentó Carolina León de San Pedro, una joven de 25 años quien se está iniciando en este deporte.
Lo más atractivo de esta práctica, originada en Francia, es la accesibilidad que presenta; se puede entrenar en cualquier lugar y no son necesarios implementos de alto costo para realizarlo, solamente un par de zapatos adecuados y ropa muy cómoda.
Son buenas las gradas de un parque, un árbol en un bosquecito o hasta un edificio abandonado para hacer los movimientos y los desplazamientos que conforman esta disciplina; eso sí, siempre debe hacerse en grupo y bajo la supervisión de expertos para evitar un accidente.
Desplazarse en cualquier entorno (sea natural o urbano) es la finalidad de esta práctica que tiene una meta específica: superar los obstáculos que se encuentren en el camino, utilizando solamente las capacidades físicas del cuerpo humano, pero siempre anteponiendo la seguridad personal.
La Federación Mundial de Freerunning y Parkour define esta disciplina como el acto de moverse desde un punto a otro, sorteando los obstáculos en su camino para aumentar la eficacia del desplazamiento.
Esta idea se logra mediante movimientos y acrobacias que dan como resultado una impresionante técnica, la cual es desarrollada en exposiciones y competencias a lo largo del planeta.
El traceur e instructor costarricense Raúl Solano se dedica desde hace cinco años a realizar acrobacias en diferentes exposiciones artísticas en el país.
Solano también fundó la academia Evolución Natural , ubicada en Los Yoses, para enseñarle a niños, jóvenes y adultos.
“Más que un deporte, el parkour es una conexión entre cuerpo, mente y espacio. Es conocer las capacidades físicas del cuerpo, qué se puede y qué no se puede hacer”, explicó Solano.
Así las cosas, un simple recorrido por el parque puede convertirse en una aventura llena de adrenalina para aquellos que practiquen el parkour .
Agilidad, destreza.... Según explicó Solano, hay varios tipos de movimientos que son básicos para el entrenamiento.
El primero y más necesario de aprender es el “rollito”.
“El rollito o rompecaídas es el que se encarga de absorber el impacto de la caída. Sirve para el parkour , pero es funcional porque también se aplica en la vida”, comentó el experto.
Uno de los fundamentos más importantes es que sus movimientos se pueden utilizar a diario para prevenir accidentes o ayudar en el equilibrio del cuerpo.
Conforme se va practicando esta especialidad, la complejidad de los movimientos avanza. Este deporte es apto para que lo practique cualquier persona que goce de buen estado físico y de salud.
Algunos de los trucos más funcionales son el salto de precisión, que consiste en saltar o subir un obstáculo y caer con las puntas de los pies para evitar el golpe en los talones.
Los vaults son los impulsos que se hacen apoyando las manos en el obstáculo, para lograr pasar las piernas sin necesidad de apoyarlas.
En cuanto a los movimientos más osados, se pueden citar “el mono” y el catlip , inspirados en la naturaleza animal que aseguran el paso adecuado de un lugar a otro sin afectar el cuerpo.
En “el mono”, el traceur corre a una alta velocidad, apoya sus manos en el suelo y en medio de sus brazos pasa las piernas, al igual que corre un mono por la selva.
El catlip es un agarre con las manos, funciona para sujetarse de muros y ejerce una estabilidad a los brazos para subir una pared.
“Lo primero que hay que realizar son movimientos pausados, luego al avanzar en el conocimiento se unen para lograr combinaciones. Se hacen rutas y patrones imaginarios cuando se está ante una serie de obstáculos para reaccionar a ellos durante el recorrido”, explicó Solano.
El instructor asegura que esta disciplina se creó para que fuera funcional, pero gracias a que se popularizó en el ambiente urbano fue creciendo en espectacularidad y, poco a poco, se le agregaron acrobacias para hacerlo más retador y exigente al cuerpo.
Práctica y entrenamiento. La constancia y la disciplina son factores fundamentales que debe tener un traceur . La idea no es intentar superar obstáculos o subir una pared de cemento al primer intento, como todo deporte de alto riesgo, se debe comenzar por lo básico.
En la academia Evolución Natural se cuenta con instrumentos y accesorios para dar los primeros pasos en este deporte.
“Hay un sistema que se usa para iniciar. Se prepara físicamente el cuerpo, se hace un diagnóstico de agilidad y se van despertando las destrezas físicas con estimulación. Para hacer parkour , lo más importante es tener buen estado de salud física”, aseveró el instructor.
Para iniciar es recomendable hacer los movimientos en recorridos a nivel del suelo; conforme se vaya ganando seguridad y agilidad se puede aumentar la altura de los obstáculos y los trayectos.
“Sí, es un deporte peligroso, pero su base es cuidar del cuerpo para seguir practicándolo. Ser y durar”, agregó Solano.