Tras miles de peticiones por parte de sus colaboradores, la empresa Adidas anunció que rompería su relación profesional con el rapero Kanye West a causa de lo que dijo, una serie de comentarios antisemitas publicados por el artista.
El cantante y la firma trabajaban juntos bajo la marca Yeezy, una de las colaboraciones más exitosas en la historia de la compañía. Terminar la asociación significa que Adidas tendrá una pérdida neta de unos $250 millones este año, según el medio de comunicación británico BBC.
Sin ese contrato con Adidas, West (quien actualmente es conocido por su nombre artístico “Ye”) pierde al menos $400 millones, razón por la que Forbes lo sacó de su lista de “billonarios”.
El resto del dinero del músico, estima Forbes, proviene de bienes raíces, su catálogo de música y una participación del 5% en la firma de ropa interior Skims, propiedad de su exesposa Kim Kardashian.
Además, la empresa de modas Balenciaga también se hizo a un lado. “Balenciaga ya no tiene ninguna relación ni planes para futuros proyectos relacionados con este artista”, se afirmó en una misiva por parte de Kering, la compañía a la que pertenece la marca de ropa.
Anteriormente, West abrió los desfiles de moda de Balenciaga y colaboró con el director artístico de la casa, pero la firma española decidió eliminar de su página web el look de pasarela de West del desfile Primavera 2023.
También, la empresa GAP se separó laboralmente del rapero pues, en un comunicado, anunciaron que Kanye tiene una “visión no alineada” con la filosofía de la marca.
Aunado a la ruptura con las empresas de moda, la productora de cine y televisión MRC canceló el documental que tenía listo sobre la vida de West. La producción estaba terminada, pero decidieron no transmitirlo. En un comunicado señalaron que el cantante es portavoz de “expresar la mentira de que los judíos son malvados y conspiran para controlar el mundo para su propio beneficio”.
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¿Qué fue lo que pasó?
Desde hace varias semanas, el rapero ha hecho declaraciones en las que ha expresado su disgusto con ejecutivos del entretenimiento de origen judío y ha hecho declaraciones antisemitas.
West compartió teorías de conspiración antisemitas con el presentador de Fox News, Tucker Carlson. En el programa, el rapero sugirió que Jared Kushner, exasesor presidencial de Donald Trump de origen judío, buscó acuerdos de paz entre Israel y los países árabes para obtener ganancias financieras.
La Liga Antidifamación, organización que lucha contra el neofascismo, emitió un comunicado el viernes diciendo que “el comportamiento exhibido esta semana por Kanye West es profundamente preocupante, peligroso y antisemita. Punto. No hay excusa para que propague lemas de supremacía blanca y antisemitismo clásico sobre el poder judío, especialmente con la plataforma con la que cuenta”.
Además, West ha utilizado sus redes sociales para insinuar amenazas de eliminar judíos.
En sus cuentas de Instagram y Twitter, las cuales fueron suspendidas, el cantante publicó mensajes como “death con 3 on Jewish people”, lo que daba a entender que tomaría algún tipo de acción contra la comunidad judía.
“DEFCON es un acrónimo que hace referencia al estado de alerta de las fuerzas armadas estadounidenses; “death con 3″ parece ser un uso confuso de ese término. Aún así, transmitió una clara violencia”, analizó el portal de noticias Infobae.
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La influencia que tiene West es tan grande que, horas después de sus tuits, un grupo de supremacistas blancos escribió en un cartel en plena carretera de Los Ángeles en el que se leía “Kanye tiene razón sobre los judíos”.
Ante estos mensajes, más de 60.000 empleados de Adidas le pidieron a la marca hacerse a un lado de la imagen de West, a lo cual finalmente accedió la empresa alemana.
“Tras un estudio en profundidad, la sociedad tomó la decisión de poner fin inmediatamente a la colaboración con Ye”, declaró el grupo en un comunicado, refiriéndose al cantante. “Adidas no tolera el antisemitismo ni cualquier otra forma de discurso de odio”, añadió.
La compañía había dicho a inicios de mes que estaba revisando su relación con West luego de que apareciera en un desfile de modas en París con una camiseta que tenía impresa la inscripción “Las vidas de los blancos importan” (“White Lives Matter”, en inglés).
La frase es una reacción de grupos de ultraderecha y supremacistas blancos en Estados Unidos para desprestigiar el movimiento de “Las vidas de los negros importan” (“Black Lives Matter”), el cual denuncia el racismo.
Brian Levin, director del Centro para el Estudio del Odio y el Extremismo en Cal State San Bernardino, explicó Los Angeles Times que “es inusual y profundamente preocupante que un discurso de odio tan corrosivo provenga de una celebridad del calibre de West, y trae consigo el peligro de envalentonar otros, porque su fama da credibilidad a sus ideas”, expresó.
“Este no es un tipo sutil de intolerancia. Es más descarado, es más violento y no se disculpa”, agregó Levin.