Con una gran fiesta, el cantón alajuelense de San Ramón se prepara para celebrar a su patrono: San Ramón Nonato.
Este viernes será la elección de la familia reina de los festejos. Los participantes han recaudado fondos desde hace tres meses y este viernes se conocerán a los ganadores, con un baile amenizado por la agrupación Papel y Lápiz.
Además de la novena en honor a San Ramón que se realiza todos los días, las actividades familiares no se harán esperar y serán el plato fuerte de los festejos patronales.
El domingo 24, a las 10 a. m., se llevará a cabo el tradicional desfile de boyeros que, según la organización, tendrá la participación de cerca de 260 yuntas que harán un recorrido desde el centro parroquial hasta el templo del lugar.
“Este año queremos invitar a todos y decirles que los esperamos en San Ramón con los brazos abiertos y con una fiesta que es única en su género, por su carácter familiar y fervoroso”, aseguró el Presbítero Greivin Hidalgo, párroco de San Ramón en un comunicado de prensa.
Ricas comidas y mucha diversión. Otra de las tradiciones moncheñas son los famosos ranchos que se ubican frente a la iglesia del cantón.
Decenas de ranchos con comidas típicas son instalados en el lugar por los representantes de los diferentes distritos de San Ramón.
Los ranchitos son adornados por los encargados y tienen a la venta deliciosos platillos como picadillos, lomo relleno, arroces, miel de toronja, chinchiví y jugo de caña.
La tradicional Entrada de los Santos se llevará a cabo el 30 de agosto. En esta actividad, diferentes santos de distintos lugares del país llegan al cantón para visitar a San Ramón.
Esta es una de las fiestas más esperadas por los ramonenses, ya que significa la unión de los pueblos hermanos. La procesión con las imágenes se hará a las 10 a. m. y como es costumbre se espera la visita de al menos 60 santos patronos de otras comunidades de todo el país.
Las imágenes se quedan durante una semana en el templo local.
El cierre de las actividades en honor a San Ramón será el 2 de setiembre, ese día se hará la raspada de olla, una comilona de los platillos que queden de las ventas y que se comparte entre todos los vecinos e invitados de la comunidad.