Ni Kiss, ni Guns N' Roses, ni Soda Stereo: el 2020 nos dejó sin ver estos espectáculos de primer nivel en Costa Rica y a como pinta el futuro, el 2021 también será un año ingrato con los eventos de concentración masiva en el país. La pandemia ha afectado intensamente a la industria del entretenimiento, no solo a los fanáticos que llenan los recintos y gritan de emoción frente al escenario, sino a miles de personas que trabajan en el sector.
Tras el anuncio más reciente de cancelación de un concierto (el esperado recital de la legendaria banda Kiss), los productores de espectáculos levantaron la voz para pedirle a las autoridades costarricenses mayor apertura para buscar soluciones, y tomar en consideración el bienestar de la industria como parte de la reestructuración social que debe de tener el país en términos, no solo económicos y de salud, sino también para mejorar la salud mental de una población agobiada.
En agosto hubo una luz de esperanza para reactivar, poco a poco, las actividades de concentración masiva en el país a partir de enero del 2021; sin embargo, la última resolución de las autoridades de salud (documento que rige desde el 8 de octubre) indica que de nuevo este tipo de actividades no se pueden programar mientras la emergencia sanitaria por la covid-19 se mantenga. Y su vigencia es indefinida.
Ante esta decisión de Salud es que el Ministerio de Economía Industria y Comercio (MEIC) y la Dirección de Apoyo al Consumidor informaron a los empresarios productores de que los espectáculos que estaban en espera de una reprogramación para el 2021 debían cancelarse del todo y reembolsar la totalidad de las entradas a los consumidores que ya las habían comprado.
Andrés Guanipa (Move Concerts), Andrés Naftalí (Primo Entertainment) y Flor Carreras (Interamericana de Producciones), productores miembros de la Cámara de Promotores de Eventos Masivos y Afines (Capema), expresaron sus molestia ante la imposibilidad de mantener en pausa los espectáculos que ya tenían los permisos respectivos para llevarse a cabo y, por el contrario, recibieron la orden de cancelar definitivamente los shows y empezar la tramitología desde cero si desean agendarlos para una nueva fecha del 2021.
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Aquí el tema es algo engorroso y parece una serpiente que se muerde la cola, o algo así como el cuento del huevo y la gallina. Le explicamos. El MEIC es el ente encargado de dar los permisos para realizar los eventos masivos que impliquen una preventa de entradas (como son casi todos los conciertos), para resguardar los derechos del consumidor y que en caso de que no se lleve a cabo la actividad se asegure la devolución del dinero que pagó el usuario por su boleto.
El MEIC otorga los permisos para realizar el espectáculo tras revisar una serie de documentos por parte del empresario solicitante, entre ellos los contratos de la producción con el lugar donde se llevará a cabo el show y con el artista. Estos contratos deben de especificar la fecha de realización del espectáculo y el aforo (capacidad de personas aceptadas en el recinto).
Aquí es donde empieza el dominó que impide actualmente la reprogramación de los eventos que debieron suspenderse a causa de la pandemia (como los conciertos de Kiss, Guns N' Roses y Soda Stereo, que tras varios cambios en el calendario, finalmente fueron cancelados), pues el MEIC no entrega el permiso al organizador si este no aporta los contratos donde se especifican fecha y aforo previstos, y a su vez el productor no puede precisar fecha ni aforo porque el Ministerio de Salud en el documento Medidas administrativas temporales para la atención de actividades de concentración masiva debido a la alerta sanitaria por COVID-19 no indica a partir de cuándo y con cuánta cantidad de personas se pueden retomar los eventos masivos. La directriz no tiene, a este momento, fecha de expiración.
Las actividades masivas que están suspendidas, según el Ministerio de Salud, son los conciertos, espectáculos públicos, campos feriales, actividades taurinas, topes, actividades deportivas con público, festejos populares, turnos comunitarios, actividades de entretenimiento en centros comerciales, convenciones y exposiciones comerciales y festivales artísticos.
“Queda entendido por lo tanto que si la situación de la emergencia sanitaria por covid-19 se mantiene, las programaciones de actividades de concentración masiva podrían no ser autorizadas”, explica el documento de Salud.
Volvemos a la espiral: el Ministerio de Salud no ha dado señales acerca de las posibles fechas del 2021 y los aforos que permitirá para la realización de los eventos masivos; los productores no tienen cómo incluir en sus solicitudes de reprogramación las fechas previstas o los aforos probables, y el MEIC no autoriza que un concierto se reprograme si el organizador no indica cuándo lo hará y cuánta gente espera recibir... justamente porque Salud emitió una prohibición indefinida. Y así sigue el ciclo que está estrangulando a la industria del entretenimiento en vivo en nuestro país.
Los actores
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La posición del MEIC es clara. Alegan que tienen como función la defensa del consumidor y asegurarse que quienes compraron sus entradas reciban el reintegro del dinero si no se efectúa el evento. Ante la imposibilidad de asegurar una nueva fecha para los espectáculos que debieron suspenderse porque aún no hay luz verde de parte del Ministerio de Salud para reprogramarlos en el 2021, el MEIC no otorga los permisos y pide que se cancelen definitivamente los shows.
Aquí cabe aclarar que el dinero de las entradas que ya se vendieron no están en manos de los productores ni tampoco del MEIC. Esos dineros están resguardados por terceros (bancos y tiqueteras) con el fin de protegerlos y, en dado caso, devolverlos.
“Esto no es un obstáculo para que ellos (productores) puedan presentar la autorización de nuevo cuando se reabra la posibilidad de establecer eventos de acuerdo con lo que disponga la autoridad sanitaria. Lo cierto del caso es que hasta que no exista una fecha cierta y un aforo determinado es imposible aprobar la venta de entradas, ahí empezamos con el tema cíclico de cuántas entradas vamos a autorizar”, dijo Cynthia Zapata, directora de la Dirección de Apoyo al Consumidor.
“Nosotros realizamos la autorización de un evento determinado con un aforo determinado, eso es lo que establece la regulación; no podemos establecer una autorización en genérico. Entendemos lo que el sector manifiesta, hemos estado en la búsqueda de diálogos, trabajamos también con el Ministerio de Cultura para ir abriendo la posibilidad de que existan espectáculos”, agregó Zapata.
Por su parte, los productores piden que en lugar de una cancelación y de tener que devolver los dineros de las entradas que ya se habían vendido, que haya una pausa y que los eventos que tenían autorización queden en espera de una reprogramación para las fechas en que decida la reapertura el Ministerio de Salud.
Andrés Guanipa, de Move Concerts (Kiss), fue muy enfático en expresar que Costa Rica se ha convertido en un país “muy hostil” para producir espectáculos públicos. Afirma que en las diferentes reuniones que se han sostenido con las autoridades y los productores, ellos piden la ayuda del Gobierno y que no han encontrado ese apoyo y, por el contrario, lo que se topan son trabas para trabajar.
“Hemos tratado de conseguir soluciones para los diferentes eventos que ya estaban programados pero lo que han hecho es poner trabas. Se negaron a la posibilidad de una segunda reprogramación y en la ley no se establece que nada más se puede hacer una reprogramación”, explicó Guanipa.
“El Gobierno nos dice no. Nos dice que podemos pedir un permiso nuevo pero que hay que devolver las entradas. ¿Quién va a arrancar de cero una venta que ya tenía miles de boletos vendidos? Yo a un cliente que tenía primera fila no le puedo garantizar que la vuelva a tener en una nueva venta”, agregó el empresario, quien afirmó que en ninguno de los otros 16 países donde opera Move Concerts se han topado con la compleja situación que viven en Costa Rica.
Con él concuerda la empresaria costarricense Flor Carreras, de Interamericana de Producciones. A ellos hasta el momento no les han cancelado oficialmente ningún espectáculo, pero ya les avisaron que sí sucederá. Interamericana fue una de las primeras firmas afectadas, ya que el día que se anunció la suspensión de las actividades masivas, ellos tenían programados los conciertos del uruguayo Jorge Drexler en el teatro Melico Salazar.
“No estamos en este momento ni siquiera pidiendo que nos abran para hacer eventos masivos, no. Lo que estamos solicitando es un poco de claridad, un poco de planificación ante la incertidumbre en la que estamos. Es una situación grave para el país, todos entendemos que estamos esperando una cura para la enfermedad y también para salir de esta situación económica que es muy grave”, afirmó Carreras.
“Nos dijeron que no podemos reprogramar porque no hay fechas; el problema es que no podemos tener fechas para reprogramar no por culpa nuestra o del artista, sino porque nuestro Gobierno tampoco nos da las fechas. ¿Entonces, qué es primero el huevo o la gallina? Como no puedo poner una fecha porque el Gobierno no me la da, me cancelan el evento porque no puedo reprogramar sin fecha. Lo que pedimos es que queden congelados los espectáculos, suspendidos como han estado hasta ahora mientras se aclaran los nublados del día”, agregó.
En el caso de Andrés Naftalí de Primo Entertainment (Guns N' Roses y Soda Stereo), concuerda con sus colegas en decir que le han pedido soluciones al Poder Ejecutivo, e incluso que han realizado propuestas para buscar una reapertura en el sector.
“Nadie nos ayuda, nadie nos da prioridad, en vez de ayudarnos tomaron medidas para ponérnoslas más difícil a nosotros que teníamos los shows vendidos. Nos dijeron que había que devolver el dinero de las entradas cuando le dimos la posibilidad a la gente de que el que quisiera pidiera la devolución y el que no, que se la deje esperando una reprogramación. Nadie está obligando a nadie a guardar las entradas, hubo mucha gente que las guardó para más adelante. Ahora hay una resolución del MEIC obligando a todos a devolver las entradas y no nos dejó reprogramar para el año que viene”, expresó el empresario.
Naftalí también produce espectáculos en otros países y confirmó que la situación fuera de Costa Rica es muy diferente. “Estoy haciendo José Luis Perales en Estados Unidos, la tiquetera me dio la elección de devolver la plata o no, pero yo tomé la decisión de devolverla a quien la pida, es una democracia. En Estados Unidos, que es uno de los países más productores de eventos del mundo, se maneja de manera más eficiente, ¿por qué en Costa Rica quieren inventar la rueda?", aseveró.
De nuevo surgen las preguntas a las cuales contestó Zapata.
¿Hay un límite de reprogramaciones?
-Un límite de reprogramaciones no. Hay principios de razonabilidad y proporcionalidad, yo no puedo decirle a usted que el 2030 es una fecha racional y proporcionada; además de que tiene que haber un contrato con el artista y para eso necesita una fecha posible que es lo que se ve desde el punto de vista administrativo.
-Al principio de la pandemia eso fue lo que se hizo. Entendemos que todo ha cambiado conforme avanza la enfermedad, pero se les dio a los productores un límite de tiempo para considerar...
-Claro porque la proyección sanitaria que hubo en ese momento permitía decir que podían implementar de cierta manera. Esa fue la proyección sanitaria del momento que no sabíamos muchos datos que ahora la autoridad sanitaria tiene y con los que puede hacer una mejor y mayor proyección.
-¿Por qué no se mantiene esa misma lógica para el próximo año?
-Esa autorización no la puede emitir el MEIC. Hay otro encargado que dice la proyección que permite que nosotros podamos realizar las reprogramaciones a partir de una fecha; todo tiene que ser coordinado, no somos islas y la pandemia exige actuar coordinados.
Importancia del entretenimiento
Todos los involucrados están de acuerdo en que el entretenimiento es necesario para el desarrollo de las personas, además de que también es una industria de suma importancia para la economía del país.
Aquí entra a jugar no solo el esparcimiento de las personas en un momento donde el estrés y el confinamiento están jugando muy malas pasadas a los ticos debido a la cuarentena, sino que también muchas personas dependen de este sector para trabajar y, además, es una actividad que le genera al Estado una entrada de dinero importante por concepto de impuestos y cargas laborales.
Zapata comentó que desde el MEIC saben de la importancia del entretenimiento para los costarricenses y que por eso trabajan de la mano con el Ministerio de Cultura para buscar espacios lúdicos.
“Es una prioridad del Estado que no podemos soslayar. Por eso la mesa de trabajo está también integrada por el Ministerio de Cultura como rectoría que comprende mejor lo que es estar en los zapatos de un artista. Es una preocupación la reactivación de la economía pero también la defensa del consumidor que no solo tiene derecho a divertirse sino a que le reintegren su dinero si no se hace el espectáculo. Tiene que haber un balance y en la búsqueda de ese balance estamos comprometidos todos”, expresó la funcionaria.
En ese sentido los productores piden a las autoridades una mayor flexibilidad para que los trabajos no se vean afectados.
“No le estamos pidiendo al Gobierno que nos abran ahorita la posibilidad de hacer un show, le estamos pidiendo que por favor tengan un poquito más de consciencia, de lógica y que no perjudiquen a la empresa privada como lo están haciendo. Además, se ve perjudicado el Gobierno porque deja de cobrar impuestos. Yo no estoy pidiendo exoneración de impuestos, no estoy pidiendo nada que no sea lo lógico en medio de una pandemia”, dijo Guanipa, quien afirmó que cuando Move Concerts realiza un evento en el país todos los trabajadores de la producción son costarricenses, desde quienes montan las estructuras hasta los profesionales en luces, sonido, seguridad, etc.
“Entre Kiss, Guns N' Roses y Soda Stereo se iban a recaudar cerca de $5 millones, de ese dinero el 30% son impuestos para el país, estamos hablando de cerca de $1.7 millones que el Gobierno va a dejar de recaudar. No solo nos perjudicamos a los empresarios, sino también el Gobierno porque pese a que la macroeconomía no es mucha, no deja de ser bastante dinero”, agregó Naftalí, cuya empresa, Primo Entertainment, también le genera empleos a cientos de trabajadores de la industria en el país.
Concluye este tema Flor Carreras, de Interamericana, quien afirma que como empresarios responsables están claros en que hay que respetar las directrices en materia sanitaria, pero que también consideran que ya ha pasado mucho tiempo de espera para la industria.
“Nuestra queja es que en casi todas las industrias y áreas comerciales ha habido por lo menos un poco de apertura, una esperanza, una luz. En nuestro caso no tenemos nada del Gobierno, no nos ha apoyado en nada, no nos han dicho que vamos a hacer algo o que el próximo año, no nos han dicho nada”, explicó Carreras.
En el caso de Interamericana, la empresaria afirmó que además de los trabajadores continuos que tiene la empresa, a los que les tuvo que suspender el contrato recientemente, también contratan proveedores externos que van desde vestuaristas, diseñadores, catering service y pequeñas empresas familiares que les venden productos y servicios para llevar a cabo sus espectáculos.
¿Soluciones?
Hasta el momento no hay una claridad con respecto al tema. Tanto en el MEIC como los empresarios afirman que seguirán en el intento de buscar una solución para la reactivación de los eventos de concentración masiva, todo a partir de las mesas de trabajo en conjunto que se han venido sosteniendo.
Lo único que sí se sabe es que mientras las directrices no cambien, el calendario de conciertos internacionales del 2021 luce desolado.