Si se tuviera que tomar una fotografía de la televisión de la última década, el resultado sería halagador.
El encuadre estaría centrado en producciones como Game of Thrones, Mad Men y House of Cards; obviamente, Breaking Bad estaría ahí y a la cabeza. La serie creada por Vince Gilligan es un reflejo de cómo han evolucionado las producciones televisivas en su nueva era de oro.
Breaking Bad se estrenó en el 2008, con una temporada de tan solo siete episodios. En Latinoamérica, fue Sony Entertainment Television el canal que lo transmitió; para la segunda temporada había sido trasladado al canal AXN. Aquí, como en todas partes, fue un fenómeno.
¿De qué trataba?
La historia gira alrededor de Walter White –magníficamente interpretado por Bryan Cranston– un profesor de química de colegio que es diagnosticado con cáncer de pulmón.
Para dejarle dinero a su familia, el educador se involucra en el negocio de las drogas, específicamente como “cocinero” de metanfetaminas, una droga potente y muy adictiva que se consume mucho en EE.UU.
Walter es secundado por su ex alumno Jesse Pinkman –interpretado por Aaron Paul–. La trama se complica por la inexperiencia de los dos en lidiar con los líderes del narcotráfico. En medio de la presión, el protagonista empieza a mostrar una nueva identidad, la cual él la denomina como “Heisenberg”, en honor al físico alemán.
“Yeah, b*tch!” It’s a #BreakingBad reunion!
— Entertainment Weekly (@EW) June 28, 2018
We caught up with the full @BreakingBad_AMC cast 10 years after the show first aired to revisit high times from the groundbreaking drama: https://t.co/8kHvgDTYT0 #BreakingBadReunion pic.twitter.com/O1AmiofECu
Walter deberá mantener esta vida paralela oculta de su familia en especial de su cuñado, un prestigioso agente de la DEA (La policía antidrogas de Estados Unidos).
Con tal argumento, el creador de la serie, Vince Gilligan orquesta 62 episodios en los que narra la transformación del protagonista y deja claro que el Walter White que vimos en el capítulo y el del último son ambos el mismo, pero opuestos.
Influencias y legado.
Toda esta historia está contada como un western moderno, el cual se nutre además de filmes como El padrino (Francis Ford Coppola), Cara cortada (Brian De Palma), Pulp Fiction (Quentin Tarantino), Fargo (Ethan y Joel Coen), Por un puñado de dólares (Sergio Leone) y la serie ochentera Miami Vice, de Anthony Yerkovich.
Es evidente la influencia de El padrino en Breaking Bad, pues ambas colocan a la familia como el fin que justifica cualquier medio.
En el primero es Michael Corleone que se involucra en el negocio para vengar a su padre. En el caso de Walter White este empieza a traficar drogas para buscar el bienestar de su esposa e hijos. En ambos casos el fin parece, en cierta manera, justificar los medios; el uno por vengar a su padre, el otro por pagarse el tratamiento contra el cáncer y dejar capital a sus seres queridos. Esto, hasta cierto punto, hace que el espectador simpatice con la causa, aunque sea ilegal.
Sin embargo, al final de la serie Walter perderá el cariño de su familia; Corleone, por su parte, llegará al tope del negocio después de mandar a asesinar a su hermano Fredo y provocarle un aborto a su esposa, Kay Adams. Hay una clara paradoja en ambas sagas.
En el caso de Caracortada, la cinta cuenta la historia de Antonio Montana, un inmigrante cubano que surge desde de las escala más baja social para convertirse en el capo del narcotráfico en Miami. Esta adicción al poder lleva a Montana a una espiral de autodestrucción que culmina con su propia muerte. Un destino similar al de White, quien tuvo incontables oportunidades de salir del narcotráfico por la puerta grande.
Muchas de las escenas más poderosas de esta serie se filmaron en el desierto de Albuquerque con tomas similares a las que se utilizaron en la reconocida película de vaqueros, Por un puñado de dólares.
Con respecto a Pulp Fiction, Breaking Bad utilizó distintas ángulos y tomas que hacen referencia a la obra de Tarantino. Por su parte, Gilligan usó canciones y música contemporánea a lo largo de los capítulos, un estilo que empezó a familiarizar Miami Vice.
Breaking Bad fue un coloso en cuanto a premios, pues en total obtuvo 230 nominaciones en distintas premiaciones y conquistó 118.
La popularidad de la obra de Gilligan fue en aumento a medida que transcurrían las temporadas. El episodio final de la serie, Felina, fue sintonizado por 10 millones de personas solo en Estados Unidos y generó 5,5 millones de comentarios en Facebook. Y tras concluir, en el 2013, la serie sigue dando de qué hablar. Si se perdió la ola hace una década, ahora puede disfrutar de Breaking Bad en Netflix.