
Su música es parte fundamental en la historia del baile en Latinoamérica. En Cuba nacieron y conquistaron el mundo a punta de son, salsa y sabor. Cuando la agrupación Buena Vista Social Club nació en los años 90 para rendir homenaje al icónico club social de La Habana, los bailarines se rindieron ante ellos.
Ahora, siguiendo con aquella intención del tributo, del reconocimiento y de continuar con el legado, las Estrellas de Buena Vista Social Club enamoran con sus voces y sus instrumentos a quienes añoran aquellos tiempos, pero también a nuevas generaciones que encuentran en su música y su baile, una ilusión por los sonidos de nuestras raíces.
Esto es precisamente lo que la agrupación cubana presentará en concierto en Costa Rica esta semana: una fiesta de honor, picardía, talento y alegría a una institución musical que marcó un hito en la historia.
Los cubanos tocarán en nuestro país el miércoles 30 de abril a las 8 p. m. en el Teatro Melico Salazar, en San José. El montaje del show está a cargo de AEA Producciones Artísticas.
Las Estrellas de Buena Vista Social Club son un grupo de 14 artistas, combinando en sus filas a músicos de aquellos gloriosos años 90 y otros de nuevas generaciones. Esta selección de artistas, bajo la dirección del maestro Pancho Amat, conocido como el mejor intérprete del tres cubano en el mundo, ha logrado un balance entre el pasado y el presente, pero siempre manteniendo la esencia del Buena Vista original.
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La Nación conversó vía telefónica con Amat, curiosamente en un momento de un corte de luz inesperado en Cuba, por lo cual el artista se tuvo que trasladar al parqueo del aeropuerto para tener buena señal de Internet y conectarse a WhatsApp. Pese al impás, el músico, que cumplió 75 años el 23 de abril, se mostró muy emocionado por volver a Costa Rica.
Los de Buena Vista: “Nos sentimos embajadores culturales”
Si hay algo que tiene orgullosos a los músicos de Estrellas de Buena Vista Social Club es ser embajadores culturales, no solo de la historia de Cuba, sino también de toda Latinoamérica.
Eso lo dijo con voz emotiva Pancho Amat, director y músico de la orquesta, días antes de viajar a Costa Rica. A continuación, un extracto de la entrevista con el artista, ícono del son y la salsa.

-Estamos a pocos días de que regresen a Costa Rica para encantar a los costarricenses con su historia y su música...
-Estamos con mucho entusiasmo de ir para allá. En el concierto habrá algo de lo mismo y algo nuevo, si gustó la vez pasada, pues vamos a repetir. Con Buena Vista llevamos aquellas canciones que fueron premiadas en aquel primer disco, que forman parte del repertorio más trascendente de la música tradicional cubana. Pero también llevamos una sorpresa.
-Son guardianes de la historia musical de su país y también de Latinoamérica...
-¡Obviamente! La música cubana como la latinoamericana en sus inicios fue muy semejante porque los ingredientes fueron los mismos: lo que trajeron los colonizadores de Europa, lo que vino de África después. Entonces llevamos una carga muy importante porque en nuestra música van a encontrar sonoridades que recuerdan a sus países.
-¿Sienten una responsabilidad en sus voces e instrumentos por preservar la historia?
-Primero que todo es un honor, una alegría. Fijate que en el mundo convulso como vivimos y uno se aparece con música, ¡caramba! ¡qué bueno!. A mí me da mucha alegría que los que me antecedieron hicieron esta música que ahora es tan reconocida, admirada y disfrutada en todas partes del mundo.
”Nos sentimos embajadores culturales, de la amistad y de la alegría que tiene la música popular“.
-Y en estos momentos, todo lo que menciona es muy necesario...
-El papel de la música siempre ha sido ese, de toda la vida. Ha sido un acto, además de transmitir cultura e identidad, es un acto de recreación y que la gente se sienta satisfecha. Es un acto de que el público se sienta anímicamente bien.

-¿Cómo ha sido el trabajo de balancear la presencia de músicos de la vieja y la nueva escuela?
-Aquí hay una continuidad en cuanto a la manera de hacer música. Cada hombre, cada músico, tiene su trayectoria, identidad y experiencias musicales que aplica en sus enfoques propios. Sin embargo, las esencias y los ingredientes primarios en el caso de los que seguimos la huella de la canción tradicional siempre van a estar presentes y eso es lo que se aprecia.
“Te das cuenta de que hay matices propios en este proyecto; sin embargo, lo que prima, lo que está más subrayado es lo que tú ya conoces de la música cubana. Cuando te sientas a ver el proyecto, no te sientes defraudado porque te vas pensando que escuchaste una canción como la cantaba Matamoros o Buena Vista inicialmente”.
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-¿Pero sí hay algo diferente?
-Pues aparecen colores un tanto diferentes. No te digo que es más contemporáneo, ni más novedoso. Hay diferencias por el enfoque de los artistas que estamos. Al menos yo no me puedo poner muy diferente porque acabo de cumplir 75 años y formo parte de aquella generación.
“La idea es vestir la música de Buena Vista con un toque personal, respetando la esencia de la tradición cubana”.
-Es inevitable hacer la pregunta: ¿Cómo viven los artistas cubanos su profesión desde la situación social del país?
-Bueno, ahora mismo tuvimos que salir de casa para hacer la entrevista. Pensamos que hubo un corte de energía (apagones que se dan en Cuba), pero fue que hubo un accidente contra un poste de electricidad. Nos movimos al estacionamiento del aeropuerto que queda a cinco minutos de la casa y ahora estamos hablando. Pese a todo, la vida debe de continuar.
-¿Qué significa para usted ser catalogado como el mejor tresista del mundo?
-Creo que soy la cara más visible, pero no precisamente que sea el mejor. La música no se hizo para competir, no es un fenómeno deportivo en el que llega primero, es el mejor. Aquí de lo que se trata es de hacer las cosas bien. En el caso de la música nuestra tradicional, todos los que han aportado al trabajo pedagógico y de difusión, es lo importante.