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En las reuniones se debe propiciar un clima transparente para abordar los problemas que puedan derivar en prácticas no apropiadas. (Richard Drew)
Las exigencias sobre el cumplimiento de lineamientos y políticas éticas, acorde con la misión de la empresa, ya no son un juego, y nunca lo han sido.
La ética en la empresa se debe vivir a diario y es una tarea de la empresa revertir cualquier efecto nocivo entre sus colaboradores.
Las tendencias internacionales para la empresa moderna indican aspectos vitales, como retomar los valores que se han dejado a un lado en el actuar diario de la empresa y, dos, fortalecer las políticas de la empresa en materia de prevención de la corrupción.
Dos tendencias más que fortalecen la toma de decisiones y la ejecución de las mismas a nivel corporativo son las siguientes: analizar y fortalecer a la empresa desde del punto de la bioética, y analizar al fenómeno de la corrupción como un riesgo más en la empresa para gestionarlo, prevenirlo y controlarlo.
Una empresa bioéticamente responsable será aquella que basa sus actuaciones en el respeto a los mismos en cada decisión y acción.
La bioética, aplicada a la empresa, dará un buen resultado cuando se haga de la ética un factor de predisposición a tomar decisiones justas, y el verdadero éxito llegará cuando adquieran el carácter de hábito indiscutible.
Uno de los principales pasos a dar es que la empresa cuente con un código de ética que vaya acorde y soporte la misión de la misma, además, se debe comunicar y capacitar al capital humano en dicho lineamiento y sancionar a quien no actué en consecuencia.
Sin embargo, nada de esto funcionará sin el convencimiento del alto mando de la organización.
En pocas palabras, se debe comenzar por dar el ejemplo.
Por otro lado, la empresa podría seguir una tendencia que puede prevenir desastres en la reputación y económicos: considerar a la falta de ética o a la corrupción (pública y privada) como un “riesgo” ante el cual deben tomarse acciones claras para que no hayan puertas abiertas.