Adriana Durán vivirá el Mundial de Brasil en el país pues le corresponde tomar la batuta en las emisiones de La Revista Mundialista, de Teletica Deportes.
Hace 12 años, también trabajando para canal 7, asistió al Mundial Corea-Japón 2002, llamó la atención sin querer y los ticos fuimos testigos de ese capítulo.
La señal internacional que emitió FIFA para el juego Brasil-Costa Rica (5-2) en Suwon enfocó a la cartaginesa. Alrededor del mundo, se la vio en tres ocasiones en la transmisión del partido.
“Nosotros no teníamos los derechos de transmisión (eran de Repretel), pero estaba acreditada y acudí al partido para luego hacer los trabajos. Iba bien identificada con mi chonete, la cara pintada y la bandera de Costa Rica. Me comentaron que me enfocaron en la pantalla, pero de eso me di cuenta mucho después”, cuenta ahora.
Incluso, el ya fallecido narrador Manuel Antonio Pilo Obando, de canal 6, quien estaba en aquel entonces en directo desde el estadio coreano, le dijo a Hernán Morales en media transmisión: “¡Ahí está Adrianita ! La mandaron a pasear. Esa gente sí tiene plata”. Era su característico humor, que siempre ponía en aprietos a Morales
Mientras estaba en suelo asiático le contaron a Adriana, desde Costa Rica, que salió por todas las pantallas.
Durán reveló que ella cocinaba entre el grupo de periodistas en Corea, y que los olores a pinto recién hecho llegaban hasta las habitaciones contiguas, donde había personas de otros medios de comunicación costarricenses alojadas.
“Soy un poco delicada con las comidas e iba preparada con arroz, frijoles en lata y salsas. Estuvimos 22 días en Corea y hacía falta comer pinto. Por ahí llegaban colegas a pellizcar... También, me cuidaba de no comer perro ( risas ). Me impresionaron mucho los mercados; allá, los peces te los venden vivos para que los cocinés en casa. Aprender de la cultura y todo lo que ofrece Corea fue lindísimo”, dijo Adriana Durán.
La presentadora de La Revista Mundialista (a las 10 p. m. entre semana por canal 7) recuerda también que asistió a una cena tradicional coreana. Como precaución, esperó a que sus compañeros dieran el primer bocado para luego ella animarse a comer.
“No es que sea delicada para comer; soy medio ideática para las cosas que no conozco. En esa cena, lo que hacía era que esperaba como 5 minutos para ver que nada en el plato se moviera: esto por lo que te comenté de los mercados y la venta de peces vivos”, expresó Durán.