En noviembre del 2020, La Reina del Sur 2 se ganó el Emmy en la categoría de mejor serie de habla no inglesa. La entrega fue muy diferente a las galas tradicionales, pues por la covid-19 se realizó de forma virtual.
Esto permitió que todo el equipo detrás de la producción pudiera estar presente en la gala. Entre ellos una soñadora costarricense, que por años ha hecho posible que la magia de la televisión ocurra.
Se trata de Adriana Salas, una publicista y productora quien desde hace 14 años trabaja para la cadena Telemundo, en Miami, Florida. Ella celebró el gane del Emmy con mucha emoción, pues aunque no sale frente a cámaras fue parte fundamental para que la telenovela llegara al streaming y a la gran pantalla.
“La verdad que lo del Emmy fue un orgullo y no deja de ser emocionante. Todo esto se logra trabajando en equipo y la verdad es que La Reina del Sur 2 fue una súper producción”, afirmó Salas.
“Al ser parte del equipo nos hacen parte de la premiación, que en esta ocasión fue virtual. Eso, hasta cierto punto, fue más emocionante, porque si no hubiera sido virtual no hubiéramos podido ver nada”, agregó la tica.
Y a pesar de que esta telenovela se llevó el premio, no es la única producción en la que ha trabajado Salas. Ella forma parte de Telemundo desde el 2007 y ya perdió la cuenta de la cantidad de series y telenovelas en las que ha trabajado.
Entre ellas se encuentran ¿Dónde está Elisa?, El rostro de Analía, Más sabe el diablo, El Chema y Pecados ajenos. Así como El Señor de los Cielos, La Doña y Señora Acero. Actualmente forma parte de La suerte de Loli, producción que finalizó su rodaje y que ahora se encuentra en postproducción, departamento al que pertenece la tica.
En esta área se encargan del proceso final, antes de que el proyecto salga al aire. Luego de que se graban las escenas, los de postproducción unen la telenovela (pues no se graba en orden), editan, ponen efectos visuales y musicalizan la producción de forma tal que le inyecte emotividad.
Además, el equipo de postproducción se encarga de darle sensibilidad visual y un estilo personalizado al proyecto, entre otras cosas.
“Vivimos una vida bastante apresurada, porque las producciones en Telemundo llevan un ritmo bastante distinto al del industria. Normalmente estamos grabando las producciones casi al tiempo que están saliendo al aire, entonces, ese se convierte en uno de los grandes retos que tenemos a nivel de postproducción. Es decir, que cuando están grabando la escena y están viendo todo el material, nosotros tenemos que correr porque prácticamente ya va a salir el capítulo al aire”, explica Salas.
Desde hace aproximadamente seis años, la productora costarricense está a cargo de uno de los equipos de postproducción, el cual está conformado por más de 40 personas. Y pese a que el ajetreo es diario, se siente muy afortunada de trabajar para Telemundo, pues hace lo que más le gusta en una cadena reconocida a nivel internacional.
Esfuerzo
Hasta el 2005 Adriana Salas trabajaba en Costa Rica como publicista, sin embargo, antes había viajado a España para cursar una maestría en Producción de Cine y Televisión.
De regreso al país, Salas supo que si realmente quería dedicarse a lo que le gustaba tenía que salir de Costa Rica, pues en el territorio nacional las oportunidades son muy limitadas.
Hizo maletas y, sin tener nada seguro, a los 26 años se fue a Miami a probar suerte. Los primeros dos años se dedicó a realizar trabajos como freelance, en producciones pequeñas, principalmente con videos de yoga.
“La verdad es que en un principio no fue fácil, uno está muy acostumbrado a vivir en Costa Rica muy bien; con la familia, con una rutina, estar yendo al trabajo, a la escuela... yo allá trabajaba en publicidad y tenía mi horario regular, pero estar en Madrid me dio otra visión de la vida”, recordó la tica.
“Al estar una sola y valiéndose por sí misma, me ayudó mucho a tomar las riendas del asunto y decir ‘vamos a probar suerte, a ver qué pasa’, y creo que mi actitud me ayudó mucho”, agregó.
Mientras Salas trabajaba como freelance conoció a una productora que ya estaba conectada con Telemundo. Ella le dijo algo que le cambiaría su vida.
“Me dijo que si yo tenía interés en entrar (a la televisora), que le gustaba mucho mi trabajo, que si quería ir a una entrevista y por ahí empecé”, comentó Salas.
Al principio trabajaba como supervisora de guión en el set de las telenovelas, es decir, se encargaba de verificar las escenas que se iban grabando. Posteriormente pasó a ser asistente de dirección en la unidad de exteriores, lo que significa que le tocaba ir a grabar fuera del set, en las diferentes locaciones.
“Cuando trabajamos afuera estamos luchando contra la naturaleza: el viento, la marea, el día, la noche y el sol y todos esos factores que hacen que realmente el trabajo sea pesado. Eran muchas horas de trabajo”, cuenta.
Sin embargo, así fue como conoció a una gran cantidad de actores, de los cuales hoy a muchos los llama amigos. Entre ellos están afamados artistas de Telemundo, tales como Gaby Espino, Elizabeth Gutiérrez, Karla Monroig y Jorge Luis Pila.
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Sin embargo, a pesar de lo mucho que disfrutaba su demandante trabajo, en el 2011 decidió retirarse por un tiempo, pues quedó embarazada y su prioridad era formar una familia al lado de su esposo, Alfredo Gutiérrez. Hoy es madre de Lía, de nueve años, y Marco, de ocho, quienes hasta la fecha siguen siendo su prioridad.
Por sus retoños y su esposo Salas regresó al canal, pero no a la misma área.
Un regreso
Lía y Marco aman Costa Rica y anhelan vivir aquí al igual que sus primos y el resto de su familia; sin embargo, Adriana y su esposo saben que la calidad de vida no sería la misma si regresan al país.
Eso sí, Salas no descarta que en el futuro tomen la decisión de retornar, pues extrañan “Costa Rica todos los días”.
Lo que más echan de menos es a la familia, pero hasta cierto punto, a Salas le emociona que sus parientes al menos pueda ver el trabajo que ella realiza. Actualmente esta posibilidad es más recurrente, pues muchas de las producciones de Telemundo ahora se realizan en coproducción con Netflix, o al menos llegan más rápido a la plataforma de streaming.
Tal es el caso de 100 días para enamorarnos, que ha sido muy exitosa en Costa Rica. Esta es una producción que siempre se encuentra entre el top de lo más visto en el país y tuvo que grabarse en dos temporadas, pues a la mitad del rodaje la pandemia obligó a hacer una pausa.
“100 días para enamorarnos ha sido un éxito. Esa fue una producción que se convirtió en un gran reto para nosotros, porque nos tocó grabarla con la covid-19 muy de cerca. De hecho, cuando estábamos en plena producción, empezó todo lo de la pandemia, nos cerraron y tuvimos que parar toda la producción. Ya después decidimos reinventarnos, porque la vida sigue y los editores se pusieron el sombrero y sacaron el material.
“Esta es una historia de la cual todo el mundo se ha enamorado, donde la temporada uno, por ejemplo, tiene un final muy lindo, porque son los actores saludando y contando un poco de la realidad detrás de cámaras y el por qué estaban parando la producción, que era por la covid-19. Ya cuando se pudieron reiniciar las grabaciones otra vez nos pusieron a correr, a grabar y a editar, para que saliera al aire y terminar la historia como se debía”, explica.
Salas admite que no ve en pantalla todas las producciones en los que trabaja, principalmente por falta de tiempo. Sin embargo, cuando tiene el tiempo para hacerlo, se siente sumamente orgullosa de lo que ha logrado.
Por ese motivo la costarricense motiva a los ticos para que rompan barreras mentales. Es decir, que si alguien tiene el sueño de crecer profesionalmente fuera de Costa Rica, Salas lo invita a que lo haga, pues en está consciente de que en muchas ocasiones el temor puede ser mayor.
En ese sentido la consigna de Salas es clara: “el miedo no existe, es creado... y si las cosas no funcionan ¿qué es lo peor que pase?, que nos regresemos para poder volver a agarrar impulso”.