A Cynthia Cordero las mejores lecciones de vida se las ha enseñado su hija de 11 años. Se sorprende todos los días de la madurez, responsabilidad y virtuosismo de su hija Cynthia Soto , la niña pianista.
“Mi hija me ha enseñado a vivir, me ha enseñado que la mentalidad simplista es lo que logra la felicidad”, comentó la mamá de la pianista, quien ha hecho recitales en Alemania y Rusia, entre otros países.
Además de las lecciones de vida, la pequeña también le ha enseñado de música. Ahora, Cordero sabe de ritmos, figuras musicales y entonación, ya que acompaña siempre a sus clases de música, a pesar que en su niñez la música era un trauma.
Amiga y crítica, así considera la talentosa pianista a su madre. Juntas, juegan y cocinan. Su mamá también les da el visto bueno a sus interpretaciones, ya que siempre le aconseja en qué mejorar.
“Somos muy amigas, es como la única amiga que tengo de verdad” aseguró la niña.
Cordero, médica de profesión, asegura que su hija estudia un día completo piano porque así lo quiere y no por imposición. “Nunca le exigiría a ella hacer algo que no quiere, pero siempre y cuando ella esté contenta, yo la estaré apoyando”, dijo esta vecina de La Uruca.
La hija es despistada y pasiva; la madre es estresada y muy organizada, pero esas diferencias, en lugar de alejarlas, las acercan. Tienen tan buena relación, que todos los días aprenden la una de la otra.