Al mejor estilo de Terminator, indestructible, Arnold Schwarzenegger propició titulares en todo el mundo este fin de semana al anunciar, postrado en una cama de hospital lleno de cables e instrumental médico, que había sido (nuevamente) operado del corazón y que se sentía “fantástico”.
“Tengo una nueva válvula aórtica para que acompaña a mi nueva válvula pulmonar de mi última cirugía”, escribió el actor de 73 años de edad, en su cuenta de Instagram.
No se sabe la fecha exacta de la operación pero se infiere que ocurrió hace días, pues en la misma publicación el exgobernador de California y curtido actor de Hollywood, también publicó fotos en las que recorre las calles de Cleveland, mientras admira los monumentos de la ciudad con actitud relajada, viste ropa deportiva y a simple vista se percibe fuerte y saludable.
El actor fue enfático en agradecer todos los cuidados que ha recibido por parte del personal médico de la Clínica Cleveland.
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Esta es la tercera operación de corazón a la que ha sido sometido el actor por causa de un problema congénito. Si bien en este caso, al parecer, todo fue programado con calma tras la detección de un problema, no ocurrió lo mismo en marzo del 2018, cuando el actor fue operado de emergencia a corazón abierto. Lo mismo había ocurrido en 1997, cuando enfrentó su primera cirugía de corazón.
El exgobernador de California, de 70 años, fue internado el jueves en un hospital de Los Ángeles para que le reemplazaran una válvula de una arteria del corazón, colocada originalmente en 1997, por lo que dijo entonces el actor era un problema congénito.
“Esa válvula no sería nunca permanente y ya había sobrepasado su vida útil”, explicó Daniel Ketchell, vocero del protagonista de clásicos de acción en aquel momento.
Aunque se le trató de bajar el nivel de gravedad a la segunda intervención, realizada hace tres años, finalmente trascendió en medios especializados que los médicos tuvieron que entrar de urgencia al quirófano para operar a corazón abierto durante varias horas.
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Los rumores sobre que sus afecciones del corazón fueran producto del consumo de esteroides no tardaron en surgir, pero el ex Mr. Universo negó que esta fuera la causa.
De hecho, hace unos meses, en entrevista con el diario español La Vanguardia, Schwarzenegger explicó: “Tengo una condición preexistente, tuve que pasar por dos operaciones a corazón abierto porque tengo una enfermedad congénita en las válvulas que también tuvieron mi madre y mi abuela. Por lo tanto tengo que ser especialmente cauteloso”.
Es por ello que el actor no quiere correr ningún riesgo con esta pandemia y pasa la mayor parte del tiempo recluido en su residencia: “Yo no voy a pisar un plató hasta que sea totalmente seguro”, afirmó, y ciertamente ha predicado con el ejemplo, pues en su cuenta de Instagram aparece en los últimos meses recorriendo calles y parajes en bicicleta, siempre con su cubrebocas. Incluso ha realizado varias publicaciones en los que manifiesta su felicidad por hacer ejercicio al aire libre en lugares en los que prácticamente hay poquísimas personas en la calle.
También encabezó una campaña para propiciar el uso de mascarillas. Curiosamente en las fotos que se ha tomado en su recorrido por Cleveland, aparece sin la mascarilla en todas, pero también se nota que no hay gente a su alrededor.
Así las cosas y con los cuidados extremos que debe guardar Schwarzenegger al estar ubicado entre la población de alto riesgo frente a la covid-19, al parecer faltará su buen tiempo para volver a ver al icónico actor frente a las cámaras.
Por lo pronto, parece haberle caído muy bien el receso obligado, pues está más dedicado que nunca a su familia, máxime que a principios de agosto pasado se estrenó como abuelo: su hija Katherine y el actor Chris Pratt se convirtieron en los felices padres de Lyla Maria quien, según la prensa rosa estadounidense, tiene de narices al veterano histrión.