Luego de la noche llena de acontecimientos para su padres durante la edición número 94 de los premios Óscar, Jaden Smith, el hijo de Will Smith y Jada Pinkett Smith, intervino en redes sociales. Con un comentario de pocas palabras, el rapero estadounidense mostró el orgullo que sintió cuando su papá defendió a su mamá de las bromas del comediante Chris Rock.
“Así es como lo hacemos”, tuiteó el joven de 23 años. Minutos después publicó una foto donde utilizaba lentes de sol en el asiento de un automóvil y escribió: “El discurso de mi papá me hizo llorar”.
And That’s How We Do It
— Jaden (@jaden) March 28, 2022
Cuando el actor y comediante, Chris Rock, debía presentar la sección documental que tenía a cargo, hizo una serie de comentarios al público, entre ellos uno desató el acontecimiento que rápidamente se viralizó. “Jada, te amo, G.I. Jane 2 , no puedo esperar a verte”, dijo Rock entre risas, pues el personaje principal de la película utilizaba la cabeza rapada.
Jada sufre alopecia, por lo que el chiste le pareció de mal gusto. Segundos después del comentario, Smith se acercó a Rock y lo golpeó en el rostro.
Sin embargo, el golpe de Smith a Rock no es el único acontecimiento que causó asombro a los espectadores de la premiación en la historia, pues los premios Óscar se caracterizan porque en sus entregas los artistas muestran una versión de sí mismos poco conocida.
Aquí algunos de los momentos inolvidables que marcan casi un siglo de historia de los Óscar:
El momento más impactante de la historia reciente de los Óscar ocurrió, sin duda, en 2017, cuando el principal galardón de la noche, el de mejor película, fue otorgado durante dos minutos al musical “La La Land”, pese a que el verdadero ganador era el drama sobre el tránsito a la madurez “Moonlight”.
El problema ocurrió cuando los auditores de PricewaterhouseCoopers, la empresa responsable de vigilar y preservar los votos de los Óscar, dieron a los presentadores del galardón Warren Beatty y Faye Dunaway el sobre equivocado. Los veteranos actores recibieron un duplicado del que contenía el premio a mejor actriz, que acababa de llevarse Emma Stone por “La La Land”, en vez del que tenía a “Moonlight” como vencedor de mejor película.
La vergonzosa confusión, el error más grave de la historia de los premios de la Academia, pasó a conocerse como “Sobregate”. “Fue un fiasco desgarrador”, escribió después el crítico de Entertainment Weekly Jeff Jenson. “Sentías vergüenza por Dunaway y Beatty, que sabían claramente que algo estaba mal cuando abrieron el sobre, pero no sabían cómo actuar”, agregó.
En marzo de 1973, el legendario Marlon Brando ganó el premio a mejor actor por su trabajo en "El padrino", imponiéndose a una brillante lista de competidores formada por Michael Caine, Peter O'Toole, Laurence Olivier y Paul Winfield.
Brando, sin embargo, decidió no asistir a la gala y mandó en su lugar a la actriz y activista apache Sacheen Littlefeather, que salió a recoger su premio. Cuando el actor Roger Moore quiso entregarle la estatuilla dorada, la joven alzó la mano en señal de rechazo y él y la copresentadora, Liv Ullmann, dieron un paso atrás cuando esta comenzó a hablar.
Ante un público atónito, Littlefeather contó que Brando “lamentablemente no podía aceptar este generoso premio” en protesta por el trato que la industria del cine daba a los nativos estadounidenses. Sus palabras levantaron aplausos, vítores y algunos abucheos entre el público.
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En la historia de los Óscar existen varios empates, aunque uno de los más destacados ocurrió en 1969, cuando Barbra Streisand y Katharine Hepburn ganaron ambas el premio a mejor actriz. “El ganador es... ¡es un empate!”, exclamó Ingrid Bergman, quien presentó el galardón.
Streisand conquistó así su primer Óscar gracias a su interpretación de Fanny Brice en “Funny Girl”, mientras Hepburn —que con cuatro estatuillas tiene el récord entre todos los actores— triunfó con “El león en invierno”. Solo Streisand acudió, sin embargo, a la ceremonia. “Hola, preciosa”, le dijo a la famosa estatuilla dorada cuando al fin fue suya.
Los actores suelen estar muy emocionados cuando logran entrar en el selecto club de ganadores de un Óscar, pero Adrien Brody llevó esa pasión demasiado lejos en el 2003.
Al subir al escenario para recoger su premio a mejor actor por la desgarradora “El pianista” de manos de la vencedora el año anterior, Halle Berry, Brody sorprendió al público —y a la propia Berry— plantándole un breve y apasionado beso en los labios. “No estaba planeado. No sabía nada”, contó después Berry en una entrevista del 2017, explicando que la agarró desprevenida. Y confirmó que, sencillamente, ella le “siguió”.
De su lado, Brody explicó en el 2015 que “el tiempo se ralentizó” para él en aquel momento, y que su arrebato casi le cuesta la oportunidad de dar su discurso. “Cuando terminé de besarla... Ya estaban mostrando el mensaje que decía ‘Sal del escenario, tu tiempo se ha acabado’”, recordó en una entrevista durante el festival de cine de Toronto.
Hace sesenta años, la puertorriqueña Rita Moreno ganó el Óscar a la mejor actriz de reparto por su interpretación de la aguerrida Anita en la versión original de “Amor sin barreras”. “¡No puedo creerlo! Señor. Los dejo con eso”, exclamó Moreno en su brevísimo discurso al recibir el premio de manos de Rock Hudson en 1962.
Ese Óscar, el primero para una mujer latina, fue el primer paso de Moreno en su camino al estatus EGOT, que implica conquistar un Emmy, un Grammy, un Óscar y un Tony. Es un club pequeño, con sólo 16 personas que alcanzaron este codiciado altar.
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