Hay personas que nacen con suerte. Se toman selfies cuando despiertan y los pueden subir a redes sociales sin retocar nada. Para conseguir su primer trabajo todo lo que tuvieron hacer fue presentarse. Cuando decidieron renunciar, lo hicieron para dedicarse a algo todavía más impresionante.
La semana pasada, Cara Delevingne explicó cómo renunció a su primer trabajo, el modelaje. Después de seis años de caminar en pasarelas y posar para los lentes de altas revistas de moda, la joven de 23 años tomó la decisión de cambiar el rumbo de su carrera.
En entrevista con el periódico británico The London Times , Delevingne reveló que el estrés al que estaba sometida le causó problemas en la piel (psoriasis, un padecimiento inflamatorio): “El modelaje me hizo sentir vacía después de un tiempo. No me hacía crecer como un ser humano. Casi que olvidé lo joven que era... Me sentía tan vieja”.
Otra pasarela. Decir que renunciar al mundo de la moda sanará el vacío de Cara es precipitado. Desde el año pasado, la joven cambió lentamente su estatus como una cara bonita y silenciosa para posar con líneas frente a las cámaras de cine.
Este año, protagonizó la cinta Ciudades de papel , una adaptación del libro del mismo nombre de John Green (responsable de reventar la taquilla del 2014 con otra cinta basada en uno de sus libros: Bajo la misma estrella ).
Antes del estreno del Escuadrón Suicida – en donde interpreta al personaje de DC Comics la Encantadora– tiene otras cuatro películas que se encuentran en posproducción.
“Siempre quise actuar, desde que tenía cuatro años. Cuando era más pequeña me odiaba, así que prefería convertirme en otra persona”, dijo con sorprendente franqueza en una entrevista con The New York Times.
Hija de una familia británica, seis años atrás, Delevingne comenzó a trabajar con la agencia Storm Model Mangagement.
La directora Sarah Doukas (la misma responsable en empujar la carrera de Kate Moss) la descubrió un día que la vio en el colegio donde estudiaba su propia hija.
Doukas había reclutado tiempo antes a la hermana de Cara, Poppy Delevingne.
Para el 2011, Cara ya tenía en su carpeta una campaña para la marca Burberry. Sus facciones habían encantado a fotógrafos, editores de moda y seguidores de Instagram por igual.
Con pómulos altos y unos penetrantes ojos verdes enmarcados por sus icónicas cejas, la joven comenzó a escalar rápidamente hitos de la industria del modelaje: ser modelo de las pasarelas de Victoria’s Secret (dos veces), convertirse en la musa del diseñador Karl Lagerfeld y ser comparada directamente con una de las estrellas más grandes, Kate Moss.
La comparación, además de estética (ambas rubias, con rostros perfilados y punzantes miradas), es un elogio a la actitud desenfadada, irreverente, que ha proyectado en su vida pública, la que exhibe en sus redes sociales.
“Para Cara, es natural usar redes sociales y es parte de cómo vive”, decía Doukas el año pasado a una periodista de Vogue UK . “El otro día se tomó un selfie en la pasarela. Ninguna otra modelo de otra generación, ni siquiera Kate, siquiera lo consideraría”.
Princesa de Tumblr. En el 2013, Cara f ue nombrada por Tumblr la modelo más reblogueada de su red social. El título se lo ganó a punta de otras de sus grandes habilidades: deformar su cara con muecas graciosas, alzando sus voluminosas cejas, abriendo sus ojos, asomando pícaramente su lengua.
A finales del 2013, la revista Vogue también contaba la cifra de seguidores de Delenvigne en sus redes sociales : en Twitter, 1,2 millones; en su cuenta de Instagram , 3,5 millones.
En el 2015, las cifras se han multiplicado exponencialmente. En Twitter ahora tiene 3,6 millones, y en Instagram 18,4 millones.
Delenvigne es la hija pródiga de las nuevas formas de fama en la era digital. No es necesario que su nombre aparezca en muchos medios de comunicación para mantenerse popular
La conexión que tiene Delenvigne con sus fans trasciende las fronteras de los tabloides.
A finales de julio, una entrevista suya con motivo de Ciudades de papel se viralizaba en sitios de chismes. Los conductores del programa matutino de noticias le habían preguntado de forma condescendiente sobre si había leído o no el libro de John Green antes de filmar la película.
Evidentemente agotada y confundida, Delenvigne les respondía con sus características muecas el hilo de preguntas que le hacían los periodistas.
El segmento cerró de mala gana, uno de los conductores mandó a Delenvigne a descansar para que se le pasara el mal humor.
Pero no fue mala prensa. Al contrario, le dio la oportunidad a Cara de publicar una foto suya en Instagram sosteniendo el libro de Green. El resultado del truco: 1,2 millones de “me gusta”; 22.900 comentarios.
En redes sociales ha sido tan auténtica como no lo ha podido ser en las pasarelas, ni en los espacios que le ha dado la prensa. Allí, libre para ser tan ella misma como puede, ha admitido abiertamente su bisexualidad y su relación con la cantante St. Vincent.
“Mi sexualidad no es una etapa”, concluía con The New York Times . “Soy como soy”,
Y, efectivamente, no hay otra forma de describirla mejor.