Si hace un año le hubieran preguntado al chef Daniel Vargas cuáles eran sus planes para el 2023, posiblemente hubiera hablado de muchos proyectos pero ninguno relacionado con la posibilidad de subir el monte Everest.
Hasta inicios de este 2022, luego de meses de estar escribiendo un libro relacionado con el crecimiento personal, el ganador de la tercera temporada de Dancing with the Stars Costa Rica pensó, por primera vez, en la posibilidad de subir el pico más alto de la Tierra.
El chef detalla que, mientras escribía, pensaba cuál iba a ser “la cereza del pastel” de su libro; dándole vueltas, una y otra vez a las ideas, decidió escalar la montaña.
“No lo tenía en mis planes, pero las cosas se dan así, de la nada. Yo siempre he sido de tomar decisiones muy rápidas porque si no las tomo así se pierden las oportunidades. A principio de año ya venía pensándolo, y dije: Ok, voy a ir a Nepal. Voy a ir a conocer antes de tomar la decisión y ver si realmente me gusta la idea. Fui y me fascinó”, afirma el popular chef.
El monte Everest forma parte de la cordillera Himalaya; está situado en el sureste asiático, entre Nepal y China, y tiene una altura de 8.848 metros sobre el nivel del mar.
Vargas asegura que detrás de esta decisión hay más que una meta personal. Lo que existe, dijo, es un compromiso con las personas y las metas que se proponen, y con quienes vayan a leer su libro.
“Obviamente me motiva que yo sea el segundo costarricense y el más joven (en subir). El libro se trata de crecimiento personal y lo estoy haciendo para los demás. Hago este reto con la intención de que las personas que necesitan un empujón, están teniendo un mal momento o sienten que están en un hueco en su vida, lo vean como una ayuda. Creo que es bastante lindo y positivo. No es algo personal; va más allá de mí”, asegura.
Muchos sentimientos
El chef comenta que la preparación para subir el Everest ha sido muy intensa. Solo en este año, ha ido dos veces a Nepal para conocer el campamento base, la empresa con la que va a subir y los guías; también se ha preparado con la alimentación y el entrenamiento, que serán más fuerte a partir de diciembre, en Ecuador.
Vargas asegura que su mamá, Leonor Calvo, de 71 años, ha sido una de las personas que más lo ha impulsado y motivado a cumplir su reto.
“Sé lo que conlleva y que es un reto enorme, pero me ha ayudado mucho el apoyo de la gente cercana. Mi mamá siempre ha sido muy atleta y aventurera y cuando le conté se moría de risa. Me dijo: ‘si lo va a hacer, hágalo bien; si yo tuviera su energía y su disciplina, de fijo estaría en las mismas. No le puedo decir que no lo haga, nada más hágalo bien’”, recuerda entre risas el también coach.
El chef confiesa que ha sentido miedo en el proceso por lo retador que resulta subir caminando más de 8.000 metros de altura. Sin embargo, explica que ha convertido sus temores en una fortaleza para alcanzar con más ganas su objetivo.
“El miedo, en lugar de ser una energía limitante, debería ser una energía que nos estimule. En mi caso, el miedo que siento es normal. Lo que pienso es que me voy a ir dos meses, que no voy a ver a mi familia y es un riesgo bastante alto. Eso obviamente da cierto temor”, revela.
En lo que más piensa es en su hija de ocho años, Camila, porque va a pasar mucho tiempo sin verla. En esas semanas tampoco verá a su actual pareja, la presentadora de Teletica Shirley Álvarez, ni a su familia y eso le da nostalgia, pues es muy unido a sus seres queridos.
Mas por otro lado se imagina en la cima del Everest y ese temor y nostalgia se convierten en una gran ilusión que, de vez en cuando, le quita el sueño por las noches.
“La visualización es una herramienta sumamente poderosa. No te miento si te digo que me visualizo en el mero cucurucho de esa montaña, sosteniendo la bandera de Costa Rica. Incluso, a veces siento el frío de ahí arriba. Eso me da una ilusión enorme. Estoy disfrutando montones este proceso. Creo que el nivel de ilusión sobrepasó, por mucho, al miedo”, agrega.
En diciembre, el chef subirá tres cimas en Ecuador: Illiniza norte, el volcán Cotopaxi y el volcán Chimborazo para prepararse para el Everest. Además, unas seis u ocho semanas antes de la travesía, Vargas dormirá en una cámara hipobárica para aclimatar su cuerpo y disminuir las posibilidades del mal de altura.
El 10 de marzo del 2023, Daniel Vargas viajará a Nepal, e iniciará el ascenso hacia el campamento base del Everest.
Al llegar allí, comenzará el verdadero reto, que durará entre seis y ocho semanas tiempo durante el cual luchará contra el frío, la altitud y el agotamiento físico y mental para llegar a la cima. Una vez ahí, con ilusión, espera alzar la bandera de Costa Rica y decir: “¡lo logré!”.