Hace algunos días, la chef Doris Goldgewicht disfrutó de la naturaleza en la zona de río Celeste, hizo canopy y también tubing. Su vida continúa activa y repleta de ilusiones; el diagnóstico de cáncer de médula ósea que le dieron hace siete meses no ha cambiado nada de su día a día. Es la mujer optimista de siempre.
La chef Doris, hoy de 71 años, ha sido una mujer amante del ejercicio toda su vida. Sin embargo, a mediados del 2022, empezó a notar que se estaba cansando de manera inusual y que su vientre se inflamaba. Se extrañó, pues su “pancita” empezó a crecer.
“El año pasado fue bastante difícil, me venía sintiendo un poco débil. Mi cuerpo cambiaba. Sé que los viejitos cambiamos, pero me creció el estómago, aún cuando continuaba con mis hábitos de siempre, con ejercicio que es lo que me mantiene siempre alegre y activa. Subo montañas, hago muchas cosas”, comentó Goldgewicht.
Asegura que a Nany Sevilla le debe su amor por el ejercicio que es mi vitamina: “El ejercicio siempre me mantiene con mi peso y cuerpo regular, pero me empecé a sentir diferente”.
Con las alertas encendidas, acudió al médico. Consultó con una amiga cardióloga que le dijo que debía verse con un internista, pues le preocupaba que una mujer tan deportista no pudiera completar una prueba de esfuerzo que ella le realizó.
“Fui al internista. Hicimos exámenes, no salía nada, pero luego vimos que el hígado y el bazo estaban grandecitos. Me hicieron una biopsia de hígado, gastroscopia y colonoscopia. Hasta que el internista me dijo: ‘esto no es mío, parece que es algo oncológico’”.
Para su cumpleaños número 71, en agosto, doña Doris no tenía respuestas. Además, tras la biopsia, pasó varias semanas mal, pues cuenta que sangró mucho y la sangre se le fue al vientre. Mientras, se mantuvo en su casa, tranquila y en reposo.
Acudió al oncólogo y le hicieron exámenes, incluidos unos genéticos. Los resultados dieron respuestas. Descubrieron que Doris Goldgewicht tiene mielofibrosis derivada de una mutación genética.
La mielofibrosis es un tipo de cáncer poco común en la médula ósea.
“La médula hace fibra y donde hace fibra no hay espacio para los glóbulos rojos y blancos”, comentó.
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Recibir el diagnóstico le dio tranquilidad, pues los malestares ya tenían respuesta. Al conocer el tipo de cáncer que padece, doña Doris viajó a Estados Unidos para ser atendida en la Clínica Mayo por el doctor Ayalew Tefferi, quien es especialista en hematología (trata las enfermedades relacionadas con la sangre).
Aunque claro, Goldgewicht dice que la palabra cáncer sí le dio “escalofríos”.
La protagonista de Sin secretos con Doris cuenta que su papá padeció de algo similar, pero no igual. La condición de ella es genética, pero no hereditaria. Su papá murió por una enfermedad llamada Policitemia vera, que sucede cuando “hay demasiados glóbulos rojos en la médula ósea y la sangre”.
Noticias alentadoras
El doctor Tefferi le comentó a la costarricense que, de momento, no iban a hacer nada porque su enfermedad está controlada. Eso sí, le pidió que no deje el ejercicio y que no altere su alimentación “porque la enfermedad podría volverse loca”.
“Estoy bien, de buen ánimo, que es lo más importante. Estoy muy controlada. Las plaquetas bajas, hemoglobina baja. No tengo la misma fuerza, pero estoy estable”, comentó serena y siempre sonriente.
Sobre la preocupación alrededor de la enfermedad, doña Doris es clara.
“Mi temor siempre ha sido estar en una cama. Sin embargo, los médicos me tranquilizaron mucho. Dicen que ni siquiera puede ser que muera de esto, sino de otras cosas. Cuando recibí el diagnóstico no me asusté porque nunca le he temido a la muerte. No morí joven. Ya soy anciana. Hago muchas cosas, hace poco hice tubing y canopy. Hago vida normal”, dijo tras terminar una clase de pilates.
Por ahora, ella no recibe tratamiento, además, este tipo de cáncer no se trata con quimioterapia. Los especialistas le insisten en que por ahora se quede tranquila.
Cada tres meses tiene revisiones y ultrasonidos para ver cómo están el bazo y el hígado; ambos continúan inflamados. Ella desconoce la relación entre el crecimiento de sus órganos y el cáncer; y confía que no ha querido “enredarse” demasiado con los términos médicos.
En caso de ser necesario, lo que sí le harían sería un trasplante de médula.
“No he preguntado más de lo que tengo que preguntar. En la enfermedad es bueno saber qué puedo hacer para ayudarme. Estoy muy tranquila, en buenas manos. Aquí me ve el doctor Andrés Wiernik, un oncólogo buenísimo que encontró mi mutación. Él me ayudó después de mucho buscar qué diablos tenía”.
Se siente confiada, pues sabe que está en las manos correctas. No tiene temor y pasa “bailando la vida”.
Ella había mantenido discretamente su condición, mas, en una entrevista reciente en De boca en boca, habló del cáncer de médula ósea, una enfermedad descrita como rara.
Durante su proceso, la vital doña Doris ha contado con el respaldo incondicional de toda su familia, a quienes el doctor Tefferi tranquilizó.
Goldgewicht quiso aprovechar esta conversación para enviar mensajes de agradecimiento a las personas que siempre le han expresado cariño y la han abrazado.
“Mi trabajo era hacer comida para la gente, fui a supermercados, hice shows de cocina, estuve en televisión, en radio; La Nación me abrió las puertas, su revista Viva. Le agradezco tanto afecto a la gente. Han estado orando por mí. Jamás me imaginé tener ese cariño”, contó.
Motivada
Ella está viviendo sus días como siempre. No deja a la chef nunca porque esta labor le ha regalado muchas satisfacciones. También está enfocada en su empresa Tips y en crear contenido para su canal de Youtube Sin secretos con Doris. Suma 105.000 seguidores y ya la plataforma le dio una placa por eso.
Está realmente motivada y, sobre todo, con mucha vitalidad.
“Quiero decirle a las personas que cuando se tiene esta enfermedad no significa estar muerto. Hay que seguir aprovechando la vida. Verla con nuevos ojos. Valorarla. A veces se nos olvida que se nos puede ir (...)”.
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