“¡La bendición, la bendición!” ... Era quizá el tiempo de mayor tormenta ante las arremetidas de la covid-19 en el país cuando, en setiembre pasado, conocimos una hermosa historia de amor del bueno. En pocas palabras Costa Rica descubrió a La Trafiquina (menos conocida como Janeth Pérez), la (hoy) famosa amiga del no menos mediático presentador Ítalo Marenco, una trabajadora nicaragüense que desde hace años, día a día, se gana el sustento en un semáforo en San Francisco de Dos Ríos.
De hecho, entre la gente que más mal la pasó en el año de la pandemia, a no dudarlo está La Trafiquina, que de un momento a otro vio disminuidos sus ingresos (en moneditas, la mayor parte, igual ella feliz sumando de poco en poco), por el confinamiento que implicaba una feroz disminución en el tránsito vehicular.
En medio de todas las peripecias: el bajón anímico, la incertidumbre, las terribles noticias de sucesos que abundaron y aumentaron, ponderamos en su momento la actitud de personajazos como la Trafiquina.
LEA MÁS: El Topo: La gran lección de la Trafiquina... y de Ítalo Marenco también
La historia completa fue recopilada por la periodista Jéssica Rojas, en la Revista Dominical del domingo 13 de setiembre (¡La bendición, la bendición! Conozca a la Trafiquina que alegra las mañanas de Ítalo Marenco), que en esencia recopila la filosofía de Janeth, una pulseadora de esas de hueso colorado, ingeniosa, valiente, cero quejas, quien fue “descubierta” por Ítalo mientras hacía la parada de un semáforo en El Bosque y entre minutos y bromas, se hicieron pinche y minche y vieran la belleza, pues él la ha incorporado en sus historias en redes sociales y ahora aquella se ha vuelto todo un personaje.
Pero visto lo visto, el tránsito de la fraternal relación entre Ítalo y la Trafiquina no se ha quedado entre el vacilón y las tertulias frente al semáforo, sino que fue escalando y hoy no solo han construido una fraterna amistad digna de corto documental -la historia de Janeth da, por sí sola, para un historión- sino que desde hace un par de meses, en toda la gigantez de su humildad ¡la Trafiquina se volvió tremenda influencer!
Resulta que, viendo el eje de cariño, popularidad y buenas vibras que seguía desperdigándose cada vez más en torno a la Trafiquina, y siendo que ella había pasado un 2020 tremebundo por la baja en su vaivén de acomodar y dirigir carros, Ítalo un día empezó a hacerle cerebro a cómo potenciar esas bendiciones que su amiga les confería a él y a tanta gente en el semáforo y ¡zaz!, se le ocurrió que su amiga tenía atributos excepcionales para convertirse en una muy particular influencer y hoy, dos meses después, son felices los tres: Ítalo, La Trafiquiña y Super Baterías, el negocio que apadrinó la idea contante y sonante y que ya se luce con su marca en las redes de Ítalo.
LEA MÁS: ¡La bendición, la bendición! Conozca a la Trafiquina que alegra las mañanas de Ítalo Marenco
“El camino con la Trafiquina ha sido muy bello, porque es una señora sola que se vino de Nicaragua con una mano adelante y otra atrás. Ella dice que Dios le dio un talento que diay ‘es ¡mover a los carros!’ y decirles a los choferes ´¡Ey, venga venga parquéese aquí!’ y ella es feliz siendo la famosa Trafiquina. Ella la pasó muy mal en la pandemia porque diay, no había carros ¿cómo iba a hacer? Bueno pero Dios me mandó ángeles en el camino, sacamos bastante ropita, bastante comida, gracias a Dios salió adelante, Dios es tan enorme que a mí se me prendió el bombillo y yo dije ‘bueno diay ¿qué pasa si yo les digo a las empresas que yo hago influencer a la Trafiquina, yo saco las historias de la Trafiquina y ellos le pagan como cualquier otro influencer y bueno, Super Baterías confió en nosotros ¡y les ha ido super bien!”, le contó Ítalo Marenco a nuestros Topos.
“Entonces, cualquier persona que tenga un proyecto, que tenga una empresa, que tenga un salón, que ponga uñas... yo le llevo a la Trafiquina de influencer, ellos le pagan a la Trafiquina y yo les regalo las redes sociales mías, o sea, yo les regalo la herramienta para que ellos se anuncien en mis redes sociales, yo no les cobro nada, sino que páguenle a la Trafiquina porque ella paga ₡80.000 al mes por el cuarto donde vive y a duras penas llega a fin de mes... ¿verdad? y diay ella tiene que comer también, sus asuntos de salud.... es una señora que lo único que hace es dar la bendición a otras personas y Super Baterías ha sido una bendición de un calibre enorme en nuestras vidas, porque ya lleva dos meses y ya son dos salarios, y ella dice que nunca ha tenido tanta plata en su vida, ve qué pecado... Yo creo que es Dios quien me usa de herramienta y la voy a seguir ayudando, estamos intentando conseguirle el bono de la vivienda, hay algunos trámites que hay que hacer antes, es un poco engorroso porque lógicamente todo tiene su orden pero va encaminado y si Dios quiere lo voy a lograr”, acota Marenco con un tono de gigantesca ilusión.
Sobra decir que para Ítalo y toda su familia, la Trafiquina es parte del clan. ¿Qué significa ella en sus vidas?
--Para mí la Trafiquina significa lealtad, significa una mujer que quiere salir adelante, no importa si está lloviendo, si hace calor, ella va echa pa’lante. Pide sus moneditas, le manda la bendición a todo el mundo y yo quiero que las futuras generaciones y las personas la vean como un ejemplo, porque en Costa Rica sigue habiendo mucha discriminación hacia los nicaragüenses... Mi mamá me enseñó a respetar, a siempre ayudar y siempre actuar con el corazón, para mí esa señora (la Trafiquina) sigue siendo un ejemplo de vida, y cuando estoy agüevado... hasta llorando pasé cuando tuve que pasar lo de mi mamá...(la muerte de la actriz Roxana Campos), ella me ha secado las lágrimas, ella me levanta también, ella es mi famosa Traquifina”, acota Ítalo con un entusiasmo que nos conmueve y nos contagia.
Porque, a no dudarlo, debe haber decenas de “Traquifinas” o “Traquifinos” a lo largo y ancho del país. Pero con solo saber lo que se ha ido generando espontáneamente con y pro doña Janeth, ya eso nos funciona como un bálsamo, un fresquito en el corazón.