Kianny Berry, la hija de Glenda Peraza, conmovió a quienes acompañaron a su mamá y a su hoy esposo, Byron Garita, en la boda que celebraron ayer por la mañana en lo que fue una sencilla y sentida ceremonia.
Y es que la adolescente fue la encargada de “entregar” a su mamá y el detalle estuvo a punto de sacarles lágrimas matutinas a los presentes.
Los cerca de 70 invitados se dieron cita a eso de las 9 a. m. en el Hotel Villa Hermosa, ubicado en la Garita de Alajuela.
El matrimonio civil fue breve, para alivio de los invitados y de los mismos novios, ya que el calor creciente amenazaba con incomodarlos a todos.
Aunque Glenda lucía tranquila, en el momento de la entrega de los anillos se quebrantó de la emoción. Con gran efusividad agradeció a los presentes por acompañarlos y dijo que cada persona que estaba ahí tenía un gran significado para ellos.
Mientras trataba de controlar la emoción y el nerviosismo propios de una novia a las puertas de la boda, Peraza agregó. “Una de las cosas con las que estoy más agradecida es que Byron es el ser humano que me ha hecho sentir más protegida a mí y a mi hija y eso no tengo cómo pagárselo”.
En lugar del vals, la feliz pareja eligió bailar la canción Flor pálida , de Marc Anthony porque, según explicaron, tiene un gran significado para ellos.
En una entrevista con Viva , publicada este domingo, Peraza habló de su sentir. “Estoy viviendo lo que Dios me dio y me siento bendecida. Después de lo que sucedió en mi vida, vuelvo a renacer, vuelvo a construir un hogar con la fe de que Dios nos cubra con el mayor amor posible”.
Ella usó un vestido en tonos champán corte sirena ajustado con pedrería y su cabello recogido; Byron vistió un traje de lino color blanco.
Después del brindis, novios e invitados se relajaron y se dispusieron a disfrutar del sabroso desayuno, con bailongo incluido y un alegre ambiente.